Sangre y morbo

Valoración

Datos

• País EEUU

• Año 1987

• Dirección y guión Alan Parker

• Reparto Mickey Rourke, Robert De Niro, Charlotte Rampling, Lisa Bonet.

• Género Drama

Su director, Alan Parker, fundamentó gran parte de su filmografía en el factor sorpresa. De ahí su irregularidad, su capacidad para crear expectativas a veces cumplidas, muchas otras frustradas. En un ciclo como el que la Filmoteca dedica al cineasta de 'El expreso de medianoche' no podía faltar un título como 'El corazón del ángel' en el que se plantea una narración fronteriza entre géneros, territorios y tonos. Pero en la película prima el método Parker: el impacto y la morbosidad son la alianza de una colisión entre el thriller diabólico y el cine noir. El cineasta de 'Birdy', uno de sus mejores trabajos, adaptó la novela de William Hjortsberg, 'Ángel caído'. La oscuridad como mantra y cómplice de todo poder es el eje que subyace a la peripecia de un detective y su vínculo con la persona que le contrata. Fausto, sombras, terror se entrelazan en inquietantes escenarios, que no en sustos al uso.

Parker jugó en la taquilla con factores como la provocación, los desnudos, la mirada sobre el sexo, hoy todo ello mera pirotecncia. Había muchas sendas posibles y alguna más serena que otra. Pero Parker opta por el efectismo, la truculencia, lo hiperbólico y la atmósfera enfermiza como motor de la historia. No es menos cierto que a ojos de hoy el filme muestra el despliegue de su pareja de actores. De Niro empezaba a ubicarse en el umbral de ese periodo en el que no sabía qué hacer para caer más bajo, y Rourke al borde de convertirse definitivamente en caricatura. Atrás quedaba su magnífica presencia en esa obra maestra que es 'Rumble fish' de Coppola. La turbiedad, el desasosiego están presentes pero es todo envoltura, sin escapismo y mucha trampa y apariencia, dado que el propio Parker se encargó del guion. Nueva Orleans es el escenario elegido por el director para ambientar este juego de obsesiones, retorcimiento, perturbación. El tenso duelo entre el fantástico y la trama negra queda subordinado al ruido visual, al falso barroquismo, pese a que nunca logra eludir el trasfondo satánico e infernal toman el mando, pese a las decisiones del cineasta como la secuencia sorpresa de la hemoglobina cayendo del techo de una estancia que ni los propios intérpretes conocían.