Más semilla que diablo
Cinesa ·
Entre enredos, engaños, señales muy burdas y otras certezas, oscila entre el mal y su imparable dominio y lo absurdo y anormalSecciones
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Cinesa ·
Entre enredos, engaños, señales muy burdas y otras certezas, oscila entre el mal y su imparable dominio y lo absurdo y anormalHay ingenuidad naif y una cierta vulgaridad decorativa a la hora de moldear este filme mestizo, a veces despistado, y otras difuso. En su indefinición reside la trampa. Revisita otros muchos argumentos ya manidos y conocidos donde asoman la mujer embarazada, la casa propia y ... ajena como personaje, las buenas intenciones que luego poseen otros rostros, y la extrañeza como hábitat. Por ello 'El cuco' participa tanto de lo previsible y desconcertante, entre vaivenes de todo tipo, como de un magma que crece alrededor del personaje de Belén Cuesta, siempre en su sitio, y los golpes arrebatadores en un tramo final que salva la función. La actriz y directora Mar Targarona, que ha desarrollado una curiosa trayectoria, con cintas como 'Secuestro', la arriesgada 'El fotógrafo de Mauthausen' y la fallida 'Dos', mantiene muchas colisiones, contradicciones , aciertos y hallazgos entre planteamientos, intenciones y resoluciones en el transcurso y la construcción de su ficción.
País España
Año 2023
Dirección Mar Targarona
Guion Alfred Pérez Fargas, Roger Danès
Reparto Belén Cuesta, Jorge Suquet, Hildegard Schroedter, Rainer Reiners
Género Drama
Una historia, por otra parte, que como ya se habrá deducido, se salpica de elementos sociales, muy pocos, choques culturales, psicológicos y dramáticos, a la hora de plantear el conocimiento del otro. Pero también a tumba abierta provocando una inmersión en el horror y el terror, todo ello quizá sin la debida graduación de atmósfera, con menos sutilidad de la debida y mucho gesto visceral. El simbolismo del cuco, peculiar ave cuyos hábitos reproductores están basados en el parasitismo, y su canto sirve de metáfora para recorrer los perfiles de la joven pareja española y la de jubilados alemanes que acaparan el protagonismo. Entre enredos, engaños, miedos, algunas señales muy burdas y otras certeras, también oscila entre el mal y su imparable dominio y lo absurdo y anormal. El cruce entre ambos al que juega Targarona es tan dramático como proclive a lo cómico, según los casos, tan posesivo como distanciado. En ese riesgo y desequilibrio la película sustenta sus fortalezas y debilidades.
Segundo filme dirigido por la productora de 'El Orfanato', huye de lo acomodaticio y complaciente a medida que se adentra en su conclusión. Pese a los esfuerzos de la directora los personajes son muy desiguales y esa carga es difícil de sobrellevar. La versosimilitud está siempre pendiente de un hilo y los tempos de turbación, sospecha y angustia no siempre muestran las dosis adecuadas. Thriller o artefacto sobrenatural. Ya saben, la semilla del diablo sigue sembrando. Nos queda Belén Cuesta.
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