Serie B Jurásica
Cinesa ·
Un falso minimalismo recorre la entraña de una historia tan previsible que cuando adquiere algo de pulso ya se ha diluidoSecciones
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Cinesa ·
Un falso minimalismo recorre la entraña de una historia tan previsible que cuando adquiere algo de pulso ya se ha diluidoLa estrella es el productor, nada más y nada menos que Sam Raimi. Pero ni por esas. Y el protagonista, Adam Driver, uno de los grandes actores del presente, que ha trabajado con Spielberg y Scorsese, pero también con los Coen, Jarmush, Soderbergh y Leo ... Carax , entre otros – ya se habla de él para el regreso de la nueva desmesura de Coppola, 'Megalópolis'– no acaba de encajar muy bien en la función. El pastiche está asegurado. '65' es un agitado zumbido de bichos donde cabe lo prehistórico, la nostalgia del planeta de los simios, la ciencia ficción sin salir de casa, las huellas de 'Depredador', 'Aliens' e 'Interstellar' y, por supuesto, el parque jurásico mas habitado del mundo. Para disfrazar males mayores, caso de la escasa espectacularidad y las limitaciones narrativas, sus directores, Scott Beck y Bryan Woods, optan por una huida hacia adelante. Todo discurre muy acelerado y entre la trascendencia del personaje de Driver y los efectos devorándose a sí mismos, todo transcurre como si el producto tuviera fecha de caducidad, que de hecho la tiene.
País EE UU
Año 2023
Director y guion cott Beck, Bryan Woods
Reparto Adam Driver, Ariana Greenblatt, Chloe Coleman, Nika Williams
Género Ciencia ficción
Los cineastas, que apenas cuentan en su trayectoria con dos pruebas de género, 'La casa del terror' y 'Nightlight', manejan '65' como un pequeño juguete incapaz de apelar al asombro y que de modo rutinario afronta una aventura de supervivencia que ha vendido su alma al diablo de anteriores entregas de corte similar, de tal modo que resulta vacía y simplona. Vulgar en su propuesta cinematográfica, es un centrifugado revoltijo de acción imparable, honesto en este sentido, pero empeñado en parecer otras cosa, entre la gravedad y la solemnidad impostadas. Un filme rodado durante la pandemia, inoculado con el fluido de las cintas de serie B, pero que lo utiliza como un recurso, mera excusa y artificio estético, sin ese latido inherente a tantos títulos adscritos a una manera de hacer cine.
Nadie parece creer en la película y hay un gran agujero negro entre el potencial de una historia insertada en lo fantástico y desmayada en intenciones. Un falso minimalismo recorre la entraña de una historia tan previsible que cuando adquiere algo de pulso ya se ha diluido en el tiempo. Si hubiera podido enarbolar la bandera de la modestia, abriéndose paso entre sagas y franquicias de presupuesto descomunal, la cinta desaprovecha la ocasión y queda ensimismada en su vocación de entretenimiento acelerado. Los guionistas de 'Un lugar tranquilo', a contrarreloj, dejan que su película de robinsones deje una cierta ilusión de la creación que puso ser.
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