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'Seven' de urgencias

Crítica 'Ciudad de asfalto'

'Seven' de urgencias

Exhibicionismo y un empeño en cicatrizarlo todo con tiritas moralistas y simbólicas. Su realismo se ve ahogado en el sensacionalismo

Guillermo Balbona

Santander

Miércoles, 15 de enero 2025, 09:55

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  • Película Asphalt City

  • Año 2023

  • Duración 120 minutos

  • País EEUU

  • Dirección Jean-Stéphane Sauvaire

  • Guion Ben Mac Brown, Ryan King

  • Novela Shannon Burke

  • Música Nicolas Becke

  • Fotografía David Ungaro

  • Reparto Tye Sheridan, Sean Penn, Katherine Waterston, Michael Pitt

  • Género Drama

  • Salas Cinesa y Ocine

Traumas de actor. Hace mucho tiempo que Sean Penn es parodia de sí mismo o, al menos, al disfrazarlo cae en una impostura más paródica ... aún. La prueba de ello –esta vez como actor, ni siquiera compartiendo las labores de director – es 'Ciudad de asfalto', ridículo título, tan trillado como redundante. Y para hipérboles ya está la propia película. Jean-Stéphane Sauvaire, cineasta de 'Una oración antes del amanecer', hace todo lo posible para que sepamos que este encuentro efectista, a modo de radiografía nocturna crispada, plena de subrayados, sea un letrero luminoso bajo el lema 'descenso a los infiernos'. Entre símbolos muy redundantes y una atmósfera opresiva, el drama toca pero no emociona y resulta tan superficial y plano como dado a lo grave. Es como si el propio rostro de Sean Penn estuviera habitado por heridas y culpas y anunciara dónde se adquieren los boleros de la redención. Penn y Tye Sheridan encarnan a dos intensitos que parecen competir en lo emocional en un juego de supervivencia. El cineasta francés en su primer desembarco estadounidense opta por mostrarse estilizado como una tarjeta de presentación que, sin embargo, no sabe desprenderse de tópicos visuales, de un cansino ir y venir de estos dos paramédicos adentrándose en la caverna de la noche entre desfribiladores. Dolor y trauma, abismos, tensiones y frustraciones. Pero pese a la cosecha de vidas al límite a lo Scorsese, la sensación de vacío y de violencia solapada y acumulada sin fecha de caducidad. 'Black Flies', en el original, conjuga dramas urbanos ya muy vistos, resalta la marginalidad y las tinieblas más sórdidas. Todo el filme es una sobredosis de tormentos entre sirenas, asistencia sanitaria con algodones pseudoespirituales. Un 'Seven' de urgencia, zarandeado por su insistencia en parecerse un trasunto de Abel Ferrara y Paul Schrader entre diálogos sobre Dios, el cielo y el infierno. El actor/estrella encabeza la pasada de rosca y todo parece aparentar, forzar y buscar ese rizo de caos e inmersión en lo finalista. El esfuerzo visual es loable y lo es algún destello documental; que Penn haga de sí mismo, comprensible; pero el amarillismo, la porno violencia de lo retorcidamente superfluo carece de sentido. El juego del novato y el veterano se acolcha en el exhibicionismo y el empeño en cicatrizarlo todo con tiritas moralistas y simbólicas. Su realismo se ve ahogado en el sensacionalismo.

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