

Secciones
Servicios
Destacamos
A Quiet Place: Day One. 2024. 100 min. EE UU. Dirección y guion: Michael Sarnoski. Música: Alexis Grapsas. Fotografía: Patrick Scola. Reparto: Lupita Nyong'o, ... Joseph Quinn, Alex Wolff, Djimon Hounsou. Género: Terror. Salas: Cinesa.
Es loable el interés de Michael Sarnoski por priorizar el suspense, buscar un resquicio a lo que ya apunta a saga consolidada y mantener el factor humano. La paradoja es que para lo primero falta talento, madurez, serenidad y sobran estereotipos. Lo curioso, en lo segundo, es que la cinta a la hora de la verdad es un mero y lógico discurrir, una construcción sin sorpresas. De hecho en la anterior entrega ya existían señales que apuntaban a la precuela, o por situar la historia de los alienígenas invasores en una especie de principio del fin. Nueva York, iconográfica como ninguna ciudad, cinematográfica hasta el ADN, es ahora la respiración, el ruido y el silencio de la trama.
Respecto a la tercera intención cabe recurrir al humor para mostrar el resultado. Porque la estrella de 'Un lugar tranquilo: Día 1' es un gato. Sarnoski, cineasta de 'Pig', muestra ideas e intenciones, pero no logra empapar las situaciones comprometidas de sus criaturas de nervio, ni de ese temor y terror primarios ante unos hechos insólitos, ni tan siquiera hay brotes emocionales que suplan otras carencias. Las amenazas de lo ignoto, el enigma, el horror y la destrucción, el miedo anclado en raíces desconocidas, sin causa ni razón, son los más hondos.
El actor y director John Krasinski ('The Office') se adentró en una sorprendente y eficaz 'Un lugar tranquilo', que protagonizó junto a su pareja en la ficción y en la realidad, Emily Blunt. Era un filme inteligente vertebrado por una especie de lema dominante que recorría la ficción: «Si haces cualquier tipo de ruido, estás muerto». La segunda también dirigida por Krasinski mantuvo el tipo, despojando ambas cintas de cualquier contextualización. En esa especie de vuelta de tuerca al confinamiento, de soledad nada sonora, el hallazgo se convertía en lúdico engranaje para generar turbación y temblor.
Tras el relevo en la dirección, aunque el guion sea de Krasinski, se ha debilitado la historia y ha adoptado gestos, maneras y modismos de otras sagas con lo que la vista cansada diluye la perturbación. La tensión de la ecuación silencio-ruido, el contraste entre los espacios abiertos de la urbe y el metro (hay secuencias que claramente recuerdan al mejor Guillermo del Toro) y el tono de peligro abismal son los andamios del filme. La apelación apocalíptica (es decir, la guerra de los mundos) resulta muy manida. El sonido es lógicamente el suspense. Es el mantra y si me apuran hasta el spoiler. Los extraterrestres ahora son más visibles. Se ha perdido finura e inteligencia La estrella es un gato. Humano, muy humano.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.