
Singladura actoral
Ateneo, este lunes ·
Entre interpretaciones inmensas, mantiene un deslumbrante tono de aventura entre las encrucijadas morales de sus criaturasSecciones
Servicios
Destacamos
Ateneo, este lunes ·
Entre interpretaciones inmensas, mantiene un deslumbrante tono de aventura entre las encrucijadas morales de sus criaturasHay visualizaciones y versiones diferentes pero el imaginario manda y sigue vivo. El concepto de la aventura quizá ha cambiado aunque su esencia responde a ... películas como 'La tragedia de la Bounty', esa particular rebelión a bordo que todos llevamos en cada una de las navegaciones cinematográficas y vitales particulares. En el origen, tragedia y motín, tiene su origen en aquella revuelta de 1789 en los Mares del Sur, cuando la tripulación del buque británico se revolcó contra el tiránico y cruel capitán Bligh. El filme de Frank Lloyd, cineasta que en los años veinte ya realizó incursiones en la aventura como 'El gavilán de los mares' y 'Trafalgar', combina con sentido artesanal y sólida excelencia una mirada que combina la concepción de superproducción de esa época y un reparto enorme.
País EE UU
País 1935
Dirección Frank Lloyd
Guion Talbot Jennings, Jules Furthman, Carey Wilson
Reparto Charles Laughton, Clark Gable, Franchot Tone, Herbert Mundin
Género Aventuras
Duelos interpretativos y magníficos secundarios que en pleno siglo XXI logran transmitir esa poderosa lucidez narrativa del cine clásico, en este caso aderezada por una mirada épica. Siempre hay curiosidades que obligan a volver sobre títulos grabados en la historia. En el caso de esta Bounty, abordada con toda fidelidad a la novela, destaca por ser la única película que ha tenido en el fértil anecdotario de los Óscar a tres nominados al mejor actor: Clark Gable, Charles Laughton y Franchot Tone. A pesar de ello, la estatuilla recayó en Victor McLaglen que ese año había protagonizado 'El delator'. El filme de Lloyd 'solo 'obtuvo el premio a mejor película. Aunque uno se despoje del peso de la mitificación, la cinta de los años treinta sigue teniendo un brillo singular.
Mantiene sin rubor una mezcla de exotismo y deslumbrante tono de aventura entre las encrucijadas morales de sus criaturas, los duelos de poder, el perfil de los personajes históricos en una narración tan academicista a veces como emocionante. Hay crudeza y desesperación, una entrega pasional de los actores y un rizo de romanticismo y rabia. La obra de Charles Nordhoff y James Hall es recreada con rigurosidad y destreza, pero donde el cieneasta hace hincapié es en el epicentro desencadenante de los conflictos, sutiles y graves. Clark Gable, casi irreconocible sin bigote –prohibidos por la marina inglesa– y el imponente Charles Laughton dominan la pantalla y ya no caben mas que curiosidades como acertar a distinguir a David Niven y James Cagney entre los extras, como un cameo de Hitchcock. La singladura de un cine que se mastica, alejado del presente. ¿Mejor, o peor? Eso ya responde a la dimensión de la mirada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.