El sueño y la vida
Groucho. Ciclo aniversario ·
Una fantasía revolucionaria plena de innovaciones técnicas en la que Keaton solapa ficciones con poética e ingenio, entre gags monumentalesSecciones
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Groucho. Ciclo aniversario ·
Una fantasía revolucionaria plena de innovaciones técnicas en la que Keaton solapa ficciones con poética e ingenio, entre gags monumentalesEn toda película de Buster Keaton hay una filosofía de vida, una forma de estar y ser en el mundo. Creó una poética a través del dolor transformado: la realidad y el deseo, la colisión permanente, la insatisfacción y la extrañeza. Era un silencioso cargado ... de palabras. Un lúcido doctor del humor que diseccionaba la realidad, entre aforismos visuales e ingeniosas invenciones a modo de greguerías. Todas sus obras contienen el virtuosismo de la comedia y el retrato subliminal de la amargura. Y casi siempre una historia de amor recorre las entrañas de sus fugas, de sus persecuciones, de esa sublimación del azar. Al Keaton de 'El colegial' y El héroe del río, por ejemplo, se suma en 'El moderno Sherlock Holmes' el sueño del cine y de la vida. Las ficciones solapadas, también la genialidad, historias en capas que van dejando un reguero de divertimento, pensamiento, comicidad, destreza y sentido de la vida.
Año 1924
País EE.UU
Dirección Buster Keaton
Guion Clyde Bruckman, Jean Havez, Joseph Mitchell
Reparto Buster Keaton, Kathryn McGuire, Joe Keaton, Ward Crane
Género Comedia
En el ciclo con el que las salas Groucho celebran su aniversario no podía faltar este mediometraje clásico por imprescindible, pero innovador, que mantiene su poética y vitalidad intactas. Un golpe de alumbramiento sobre el cinematógrafo, una desatada creación sobre el tiempo, que rompe la cuarta pared de manera radical.
La de Keaton es una ensoñación que encadena espectadores, pantallas y ficciones entre el deslumbramiento, una mezcla de prodigio y hallazgo sobre el propio montaje del cine. Lo onírico y lo poético en una puesta en escena que abarca en poco minutos efectos técnicos y lúcidos que, entre el homenaje y la mirada inversa, adoptó Woody Allen en 'La Rosa Púrpura del Cairo'. El cineasta de 'El maquinista de La General' se las ingenia para habitar cincuenta minutos en un tablero de casillas infinitas donde el joven proyeccionista que sueña con ser detective se convierte en sueños en el héroe de la película que proyecta para llegar hasta el desenlace, de nuevo en el mundo real. Gags monumentales, cambios de escenario y niveles de narración. La partida-bomba de billar, la larguísima persecución sobre el manillar de una motocicleta son verdaderas joyas no solo de la comedia, sino de insuperables juegos de espejos con Keaton al frente de una nave cargada de piruetas. El espacio del cine y de la proyección, el de la vida y el de los sueños en una fusión emocional. Humor físico y observación de la realidad. Lo que en otro es truco, en Keaton es una fantasía dinámica y revolucionaria.
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