
Telaraña de afectos
Cinesa ·
Bajo la capa de guiños, homenajes, ironía y humor negro, discurre una claustrofóbica comunidad vecinal donde lo familiar y lo extraño se confundenSecciones
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Cinesa ·
Bajo la capa de guiños, homenajes, ironía y humor negro, discurre una claustrofóbica comunidad vecinal donde lo familiar y lo extraño se confundenTe quiero es una de las expresiones que más se repiten en 'Sting'. Algo singular, a veces epatante, que lo mismo entre interrogantes que como ... declaración, se incrusta en un filme de terror, sencillo y sin sorpresas, que hace una demostración orgullosa de serie B y que resulta tan entretenido como revelador de algunos destellos. Pero es que esta historia, no apta para gentes con aracnofobia, maneja con criterio y eficacia una mezcolanza jubilosa de géneros, una sucesión de guiños y homenajes y una capacidad muy sutil para mecer al espectador en un magma de terrores primarios y convivencia cotidiana con lo extraño. Y es precisamente ahí, en su retrato claustrofóbico, oscuro e intimista de escenario único, una especie de 13 Rue del Percebe, de comunidad vecinal y de familia insólita y chocante (todas lo son), donde 'Sting' logra a los mejores latidos. Una atmósfera además aderezada sin aspavientos y dulcificada por una especie de humor negro no tanto en los diálogos como en imágenes que colisionan en un juego crepuscular constante de una cinta laberíntica, tan jocosa como tenebrosa donde las estancias de la casa son un personaje más.
Año 2024
País Australia
Dirección y guion Kiah Roache-Turner
Reparto Alyla Browne, Ryan Corr, Penelope Mitchell, Robyn Nevin
Género Terror/ Humor negro
Asimismo, se permite dejar caer y tejer, como una araña más, una crítica social: esa mirada que pone el foco en personas dependientes que carecen de cobertura social solidaria. La parte más endeble pero de caligrafía intachable es la que componen ruidos de indescifrable origen, sustos y una ternurista mirada sobre los monstruos cotidianos, aquí plasmados en una especie de arañas, cuyo núcleo no es menos familiar que el clan protagonista.
Kiah Roache-Turner, director con muy buenas maneras, responsable de la saga 'Wyrmwood', se regodea en lo nostálgico y con pose ochentera, firma este expediente de bichos, babas y colmenas incómodas que siempre tienen algo de perturbador. El cineasta australiano de 'Nekrotronic' se toma su tiempo, mide con destreza el juego de ideas y homenajes a la hora de hacer dialogar a inquilinos y plagas. De 'Alien', lo más obvio, a Delicatesssen; de Stephen King a Joe Dante; de 'La cosa' a 'La tienda de los horrores'. Lo verdaderamente macabro reside en esa telaraña de afectos quebrados o puestos en duda que parecen encontrar un espejo en las criaturas y sus huellas viscosas.
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