
Trufas y magia
Filmoteca de Cantabria ·
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Filmoteca de Cantabria ·
Una atractiva incursión en los monstruos interiores y en los pliegues de lo sórdido a través de cuento que es también espejoLa pérdida de inocencia, la miseria moral, lo aparente y lo oculto. Y todo, como reza el título original, 'sucedió a la luz del día'. ... Es imposible ver 'El cebo' sin tener en cuenta el cine de Fritz Lang. La cinta de Ladislao Vajda es una atractiva incursión en los monstruos interiores, en los pliegues de lo sórdido. Pero esta rareza que va más allá del cine español y del cine noir –en realidad una coproducción con actores alemanes y una sutil creación en cuanto a personalidad visual– es fruto de una planificación inteligente, mucho poso de cinefilia y una delicada estructura entre géneros que enreda el cine negro con el drama y, a veces, incluso con sombras del terror, sin dejar nunca de mirar de reojo a la crítica social.
País Suiz
Año 1958
Dirección Ladislao Vajda
Guion Vajda, Hans Jacoby, Friedrich Dürrenmatt
Reparto Heinz Rühmann, Sigfrit Steiner, Siegfried Lowitz, Michel Simon, Heinrich Gretler
Género Intriga/drama
La astucia queda certificada en ese montaje paralelo de dos vidas, la del asesino en serie de niñas y la del inspector que lo busca y también en ese constante dominio del estilo para mostrarse sugerente, sin que lo explícito se adueñe de la temperatura y del clima de la película. El cineasta húngaro vinculado a España, conocido por los éxitos de 'Marcelino pan y vino' y 'Mi tío Jacinto' se apoya en un excelente guion de Friedrich Dürrenmatt, quien en contra de lo que suele pensarse retomó tras la película la historia para novelarla en 'La promesa'. También es curioso que Sean Penn dirigió otra adaptación de la novela de Dürrenmatt en 'El juramento', con Jack Nicholson. 'El cebo' es también el relato de una doble obsesión: la del comisario en su persecución y la del asesino, que trata de desprenderse de las humillaciones de su esposa y se convierte en un lobo estepario de ese bosque que se postula como un ecosistema inquietante. En este sentido el filme también puede verse como una metáfora habitada por muchos símbolos, fruto de un cuento macabro con guiños a 'M, el vampiro de Düsseldorf', 'La noche del cazador' y los icónicos encuentros de Frankenstein en su fuga. Entre tanta imagen referencial será un dibujo infantil el que sea un trasunto de mapa en la investigación sobre la identidad de la maldad.
Los límites morales, los métodos del detective, la asociación estética subliminal vampírica recorren los entresijos planteados por Dürrenmatt en su réquiem particular por la novela policiaca. Intriga y suspense en el tono se combinan con las trufas y magia de la ficción. Del expresionismo visual a la arboleda donde caben todos los cuentos.
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