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Muchos Trump y ninguno
Crítica 'The Apprentice. La historia de Trump'

Muchos Trump y ninguno

El filme se deja ver como retrato de una época en la que anida la corrupción, pero ni los arrebatos de cámara ni el dramatismo musical le bastan

Guillermo Balbona

Santander

Jueves, 6 de marzo 2025, 10:08

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  • Película The Apprentice

  • Año 2024

  • Duración 116 min

  • País Canadá

  • Dirección Ali Abbasi

  • Guion

    Gabriel Sherman

  • Música

  • Martin Dirkov, David Holmes, Brian Irvine

  • Fotografía Kasper Tuxen

  • Reparto Sebastian Stan, Jeremy Strong, Maria Bakalova, Martin Donovan

  • Género Biopic/ drama

  • Salas Movistar+ y Filmin

Apenas han transcurrido unos meses desde que se estrenara esta mezcla de aventurada hipótesis, recreación, o parcial biopic encubierto. Pero la realidad ha superado sus ... capas, filtros y miradas. Donald Trump en los cincuenta días que lleva de presidente en su segundo mandato ha anulado cualquier ingeniosa incursión que trate de desentrañar su origen. Como un personaje de 'La sustancia', el otrora empresario que ha convertido el Despacho Oval en una tribuna mitinera, es capaz cada minuto que pasa, como una cuenta atrás, de mutar en muchos Trump a cual más caricatura lacerante. 'The Apprentice. La historia de Trump', pero menos, es un curioso acercamiento a la forja e iniciación del estadista condenado en su ascenso y al parecer, visto lo visto, aplazada caída, si no nos arrastra a todos. El filme, realizado por Ali Abbasi, un iraní con nacionalidad danesa y fruto de una producción canadiense –razones que a Trump le bastarían para demonizar la cinta– aborda el vínculo entre un antiguo tiburón, el poderoso abogado Roy Cohn junto a un escualo con ansias de sangre, hoy un ruin, despiadado y ambicioso ignorante pero con la boca muy grande, que nunca llega a ser el espejo de ese proceso de aprendizaje que la película retrata. Pero visto ahora ni la opción de humanizarlo, es un decir, ni la de mostrarlo como un insensible profesional resultan válidas. O, al menos, parecen insuficientes para construir un relato, más o menos, plausible, interesante que no interesado de la criatura. Sebastian Stan como Trump y Jeremy Strong (brutal), como su mentor, ejercitan un duelo de afinidades que resulta lo más lúdico y atractivo del filme del cineasta de 'Border'. El tiempo ha certificado la falta de autenticidad del personaje, cuyo ideario se alimenta de su ego y de sus ocurrencias amparadas por tecnócratas sin escrúpulos, en una mezcla de absolutismo y autocracia irrisoria pero imprevisiblemente dañina. Abbasi no ahonda en ese primer Trump que contiene ya los fluidos del que luego llega a la cima. La película parece olvidar que hace tiempo que el mandatario es el meme de un memo que ha edificado (no solo) una omnipresencia mediática de identidad fake e indescifrable locura, inoculando dosis de grandeza y contundente capacidad para embarrarlo todo. El filme no logra dar cuerpo a una figura fundacional que se moldea hoy, día a día, ante nuestros ojos.

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