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Bonifaz. Filmoteca de Cantabria ·
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Bonifaz. Filmoteca de Cantabria ·
La grandeza de Corman es que su aparente falta de pretensiones se traduce en un uso imaginativo de medios precarios, sentido del humor y mezcla de génerosA estas alturas de filmografía (años sesenta) y con el universo de Poe tan revisitado como hecho suyo, desde el respeto a lo epatante, el productor y cineasta Roger Corman ya estaba desatado. Bizarro, genial, disparatado o preso de una ilustración absolutamente personal, como de ... novela gráfica trasladada al pie de cada fotograma a la pantalla, lo cierto es que 'El hombre con rayos X en los ojos' es una rareza singular.
Año 1963
País Estados Unidos
Dirección Roger Corman
Guión Robert Dillon, Ray Russell
Reparto Ray Milland, Diana Dervlis, Harold J. Stone, John Hoyt
Género Ciencia ficción / Terror
Fantasía y ciencia ficción en un diálogo imposible, pero no muy lejos en paralelo de lo que hizo Jack Arnold con obras como 'El increíble hombre menguante' o las distintas versiones de 'La mosca', con la inaugural de Kurt Neumann. Apasionado del cine fantástico, ambicioso e inconformista, un ácrata que supo levantar una factoría alternativa en la que tuvieron cabida los Coppola, Scorsese, Jack Nicholson,.... El cineasta de 'La pequeña tienda de los horrores', una de sus piezas más personales, fuera de su inmersión en Poe y las adaptaciones libres de sus narraciones extraordinarias, dejó su impronta en otra peculiar cinta: esta historia de un médico que persigue mejorar la visión de los seres humanos.
Convertido en su propia cobaya, la experimentación y los poderes adquiridos permiten traducir el asombro en una mezcla de sentido de la maravilla, con golpes de humor made in Corman (el baile donde Milland descubre sus 'otras' capacidades visuales) y una enigmática lucidez para que su película, como la mayoría de bajo presupuesto, creciera en dimensión. En este caso, convertido en un guiño a la obra y el legado de Lovecraft y con una forma de elaboración creativa de efectos y efectismos tan pragmáticos como resultones. Con Corman uno siempre es cómplice. Acepta unos códigos, se sitúa en el lugar del aficionado entregado y a partir de ahí todo va asumiendo una altura entre iconografía de todo tipo, metáforas y sucesión de simbolismos. Es el caso de «si tus ojos te escandalizan, arráncatelos». La grandeza de Corman es que en su cine siempre cabe algo lúdico y que su aparente falta de pretensiones se diluye en su uso imaginativo de medios precarios, en ese sentido del humor entre capas y pliegues de trascendencia y en su mezcla de géneros. Este sin ir más lejos es un ejemplo de híbrido (eso que algunos creen haber inventado ahora) al contener drama, relato fantástico y terror. Ray Milland, excelente actor, toma el lugar de Vicent Price para encarnar a un visionario cegado por su mirada diferencial.
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