De vez en cuando la vida

Filmoteca de Cantabria ·
Buster Keaton, un atleta de la risa, timonel silente que aún sigue cruzando la travesía del cine fundacional, es material escolar

Guillermo Balbona

Santander

Jueves, 1 de junio 2023, 12:55

En el latido interno de esta comedia eterna hay pensamiento, comicidad y destreza. Sin duda un tacto invisible pero certero, cercano, que revela ese estado ... de las cosas que nos reconcilian con la vida. Buster Keaton creó una poética a través del dolor transformado: la realidad y el deseo, la colisión permanente, la insatisfacción y la extrañeza. Era un silencioso cargado de palabras. Un lúcido doctor del humor que diseccionaba la realidad, entre aforismos visuales e ingeniosas invenciones a modo de greguerías. Todo es fugaz, todo es golpe, todo es dolorosamente vital en el cineasta de 'El héroe del río', pero sin embargo queda un poso delicado en sus imágenes como un aprendizaje escéptico que va alumbrando eso que llamamos vida.

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País EE UU
Año 1927
Dirección James W. Horne
Guion Carl Harbaugh, Bryan Foy
Reparto Buster Keaton, Anne Cornwall, Harold Goodwin, Flora Bramley
Género Comedia

'El colegial', dirigida por James W. Horne, pero rotundamente Keaton, se estrenó tras 'El maquinista de la General'. Y aunque establecer una competencia de calidad entre sus títulos es tarea inútil, es verdad que esta historia de neófito universitario, enamorado hasta las patas, decidido a desafiar a su propio cuerpo con tal de deslumbrar a su amada, ha crecido como uno de los poemas más sutiles e imperfectamente perfectos de Keaton. Y ahora que la Filmoteca la rescata precisamente para su ciclo Júnior, bueno es volver a reclamar que su cine tenga una presencia constante en las escuelas. Siempre que regresa 'El colegial' es obligado citar a Buñuel. «Se habla mucho de la técnica de películas como 'Napoleón', de Abel Gance y 'Metrópolis',de Fritz Lang, pero nunca se habla de la técnica de títulos como 'El colegial', ya que esta se encuentra tan indisolublemente mezclada con los otros elementos del filme que uno no llega ni a percatarse». Y aún más lúcido: «Son las cosas insólitas las que deben cumplir su misión en el engranaje rítmico y arquitectónico del filme».

La torpeza y la pasión se entrelazan en ese personaje del estudiante que hará del sueño imposible el material del asombro, el ideal reflejado en superación. El genio de 'El moderno Sherlock Holmes' no se quedaba nunca en el 'slapstick', sino que zarandeaba la realidad a través del contraste, la metáfora, el juego de asombro y talento. Humor físico, paradójicamente, desde el hieratismo y observación casi enfermiza de la realidad desde el despiste. En la madeja de los aparentes episodios deslavazados habita una forma de afrontar la vida. Un atleta de la risa, timonel silente que aún sigue cruzando la travesía del cine fundacional.