Cosas que tiene la vida
Groucho ·
Comedia humana y drama de disección, a veces ingenioso, otras cargante, domina, no obstante, su tono inteligente para zarandear los rolesSecciones
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Groucho ·
Comedia humana y drama de disección, a veces ingenioso, otras cargante, domina, no obstante, su tono inteligente para zarandear los rolesColoquialmente deshollinar es mirar con atención y curiosidad, registrando todo lo que se alcanza a ver. Los personajes centrales de este psicodrama sexual son dos deshollinadores. La tentación de asociar ideas entre la acepción citada y la conversación que marca el filme de ambos protagonistas, ... es lógica. Todo el filme puede verse como una terapia doble, mutua e interactiva, que dirían los modernos, en la que afloran interrogantes, se deconstruyen muchos estereotipos y se disecciona la masculinidad y las zonas de confort de la heterosexualidad.
Año 2024
País Noruega
Dirección y guion Dag Johan Haugerud
Reparto Thorbjørn Harr, Jan Gunnar Røise, Siri Forberg, Birgitte Larsen
Género Drama
Dag Johan Haugerud, cineasta noruego que presenta indagaciones y exploraciones en la sociedad que mejor conoce, no se anda con tiempos muertos y deja a la intemperie desde el arranque sus intereses a la hora de hurgar a través del diálogo en el sexo, la sexualidad, el hombre y su identidad, en un filme que forma parte del proyecto de trilogía de su director: Sex Love Dreams.
Lo confesional y lo discursivo, los parlamentos atraviesan la cinta desde una doble revelación: un personaje le dice al otro que ha tenido una experiencia sexual con otro hombre, pero que no se considera gay por ello. El segundo asegura tener un sueño recurrente en el que se convierte en una mujer y le seduce David Bowie. Jan Gunnar Røis y Thorbjørn Harr se ajustan perfectamente a la pretensión del cineasta: una sucesión de discusiones en las que aparecen cuestiones como el amor y la fidelidad. Comedia humana, a veces ingeniosa, en otros momentos cargante por su insistencia, en cualquier caso domina el tono inteligente. 'Sex', con menos empatía y sensibilidad de la que gozaban las historias, morales o no, de Eric Rohmer, parece en ocasiones un filme laboratorio disfrazado de comedia amarga o de drama-ensayo. Roles y simetrías. Correspondencias y escenarios. Una mirada de entomólogo que no deja huérfano al filme, pero a veces resulta distante. Los escenarios elegidos de Oslo se asemejan simbólicamente a algo en construcción, con las inevitables chimeneas y esa conversación en el tejado, es decir, en constantes interrogantes, en un camino donde nada es definitivo. La película zarandea lo convencional pero apostando por un camino trillado donde en cualquier momento asoma el debate real de fondo al que alude el cineasta: 'qué es realmente la sexualidad y si es posible tener sexo con quien quieras sin tener que identificarte con una etiqueta cerrada'. La comunicación, el planteamiento humanista otorgan luz a un filme que contiene mucho terreno ganado con el guion y sus cómplices intérpretes.
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