
Vincent Price en lo oscuro
Filmoteca de Cantabria ·
Roger Corman pone la nota gótica en el punto de partida de su saga sobre el universo de Poe, en una eficaz mirada sobre la decadencia y lo siniestroSecciones
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Roger Corman pone la nota gótica en el punto de partida de su saga sobre el universo de Poe, en una eficaz mirada sobre la decadencia y lo siniestroEl primer gran acierto de Roger Corman al acercarse a Edgar Allan Poe fue poner tierra de por medio. Inspiración, toda. Pero reflejo fiel del ... descenso a las entrañas de la oscuridad reveladas en la escritura del autor de 'El corazón delator', una empresa imposible. Otra sabia decisión fue adjudicar el guion al gran novelista Richard Matheson, autor de 'Soy leyenda'. Entre lo enfermizo, lo decadente, la erosión enraizada en lo ignoto, lo sobrenatural, el horror y la maldición familiar, 'La caída de la casa Usher' es un relato único, rotundo y redondo, que participa tanto de lo gótico como de un espíritu de extrañeza, espectral, pero cargado de una manera sutil de no perder nunca la materia, la referencia terrenal. Roger Corman iniciaba su serie de adaptaciones libres de obras de Poe con una sucesiva ilustración muy eficaz de las atmósferas y los mundos solapados con los que el autor de 'Los crímenes de la calle Morgue' alimentó una sutil manera de adentrarse en las sombras y deslizarse entre los pliegues de la vida y la muerte.
País EE UU
Año 1960
Dirección Roger Corman
Guion Richard Matheson
Reparto Vincent Price, Mark Damon, Myrna Fahey, Harry Ellerbe
Género Terror
Vincent Price, actor fetiche, siempre inquietante, imprescindible rostro del fantástico y del terror, es el espejo en el que cada espectador se refleja a la hora de sumergirse en ese pozo que se antoja sin fondo y donde asoma una fantasmagórica impresión de las cosas. El bajo presupuesto, la imaginación y la imaginería personales, junto con un tono sugestivo, construyen la iconografía de Corman que crecería a medida que sumó entregas sobre el universo del narrador de Boston. La soledad es uno de los magmas que atraviesan los miedos primarios de la historia. Al cabo, el horror humano, palpable y cercano resulta el más perturbador. «¿Por qué, me pregunté, la casa de Usher me hacía sentir tan triste? Nunca encontré respuesta», se lee en el cuento de Poe.
A ello se suma la casa, las ruinas, las grietas como un ente vivo, la edificación como personaje. Al margen de licencias creativas en la traslación a la pantalla, Corman logra entrar en el líquido amniótico donde late la esencia del relato original, ese disturbio de la belleza y lo siniestro, del paso del tiempo y la fragilidad. Entre los títulos de la mítica productora británica Hammer y el fanta terror italiano, el productor y cineasta fallecido hace apenas tres semanas pone la nota de su gótico colorista. Un juego de contrastes que deja fluir el misterio sobre la cuerda floja de la maldición y el mal atávico sembrado entre los espíritus del pasado y los trayectos donde afloran las voces sumergidas en la angustia.
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