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Vuelo bajo sostenido
Crítica 'Amanaza en el aire'

Vuelo bajo sostenido

El regreso de Mel Gibson director es el de un domesticado entretenimiento que estira sus giros y piruetas pero con una gigantesca red bajo su dócil película

Guillermo Balbona

Santander

Miércoles, 5 de marzo 2025, 09:34

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  • Película Flight Risk

  • Año 2025

  • Duración 91 min

  • País EEUU

  • Dirección Mel Gibson

  • Guion

    Jared Rosenberg

  • Música

  • Antonio Pinto

  • Fotografía Johnny Derango

  • Reparto Mark Wahlberg, Michelle Dockery, Topher Grace, Monib Abhat

  • Género Thriller /Acción

  • Salas Cinesa, Ocine y Yelmo

Thriller en voladizo, vuelo de bajas pretensiones, más que volar, el filme que supone el regreso de Mel Gibson desde la dirección, se limita a ... planear con las alas trucadas. La trama de falsas identidades, de jugar con el quién es quién nos la han contado hasta la saciedad. El cineasta de 'Apocalypto', desaforada, casi salvaje cinta, demostró que el actor australiano tiene madera, potencial y experiencia para contar con solidez y solvencia una historia. En 'Amenaza en el aire', con las cartas marcadas, se limita a abordar una dirección funcional, apelando a la coartada del entretenimiento, más de manual que desplegado con ganas de inventiva y de dejar rasgos personales. Su particular tour de force consiste en situar la trama en el aire, con apenas una avioneta y un teléfono. Thriller con fibra tensa, en busca de un encadenado juguetón de situaciones límite, pero sin eludir los estereotipos ni evitar esa sensación de déjà vu. Con aire ochentero y noventero, desparpajo para sortear exigencias y ambiciones de un lado y del otro de la pantalla, el filme es un juego de turbulencias argumentales, visuales y efervescentes. Es cierto que el cineasta de 'Hasta el último hombre' no trata de disfrazar con gravedad y trascendencia su pirueta con la que sobrevuela la mirada del espectador. Su pulso, su caligrafía clara están ahí. Sin embargo, es imposible esperar más que un ejercicio musculado de distracción, a ratos divertido, a ratos tontorrón, muy lejos de su incursión en la vida de Jesucristo (a la que volverá en breve tras su visceral Pasión) o de 'Braveheart'. Al margen de sus veleidades y ofuscadas tendencias ideológicas de ultraderecha e integrismo nada recomendables, este Gibson plantea un vuelo con muchos motores de marca dentro pero con fecha de caducidad en la cola. Más que visionarse, su filme se consume. Un entretenimiento efectivo y eficiente, eso es indudable. Detrás, una gaseosa versión con piloto automático a medio camino entre 'Con Air' y 'Speed'. Tres personajes, encarnados de manera desigual (con Mark Wahlberg siempre en su sitio), objetos y espacios como otros personajes, humor un tanto indefinido y demasiadas ocurrencias. Una cosita que discurre a tres mil pies de altura, pero que pisa con red debajo. Extravagante, que no sofisticado, un filme de acción con peluquín dentro.

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