Que vuelva El Grinch

Mientras uno va poniendo cara de abeto, 'Red One' acumula todos los estereotipos impostando el mensaje ñoño, remilgado, melindroso y sensiblero en una supuesta mezcla de géneros que crece como un disfraz para simular la mediocridad. Una apelación al entretenimiento pasada de rosca y con un montón de capas solapadas donde lo mismo hay miguitas de DC y Marvel, que continuas pistas de esos filmes ochenteros de parejas opuestas en sus perfiles, que van buscándose la boca a cada paso. Salvar la supuesta incursión navideña en su falta de pretensiones es como intentar justificar la mediocridad, lo insulso y también a veces aburrido por el carisma de los protagonistas. El secuestro de Papá Noel es el empujón y el macguffin de esta nadería, que solo encuentra coherencia y cierto sentido cuando la acción oculta el disparate y esa sucesión de efectos digitales ordinarios y vulgares. Para ello el cineasta Jake Kasdan, responsable de dos entregas de 'Jumanji', se aplica a la disciplina de dar todo el peso (y es mucho) a Dwayne Johnson y dejar que corra cierta búsqueda de simpatía y química en sus roce con Evans. El resto es lo que fluye desde el guion de Chris Morgan, artífice de buena parte de la saga 'Fast and Furious', que aquí tiene su reflejo en cierta cuenta atrás y en acumular cosas aunque no queden realmente definidas. De igual modo, el cineasta de 'Bad teacher' no tiene muy claro el rumbo y el destinatario final de su película. Pese a los supuestos medios, todo es superficial y el carisma se reduce al esfuerzo de la pareja protagonista. Y ni siquiera Papá Noel puede hacer frente a ese aire kitsch, desaforado, de juguetería artificiosa.