El cineasta cántabro Roberto Ruiz Céspedes ultima su ópera prima 'Stoyan'

Pero Roberto Ruiz, que es además director de una veintena de cortometrajes algunos de ellos mano a mano con su hermano Iván, y otros largometrajes de corte experimental, ha querido apostar por esta historia inquietante, la de una madre a la que le es arrebatada su hijo y no ha parado hasta conseguir, a base de acudir de festival en festival, quien le produzca el que es su primer largometraje comercial que en estos momentos se encuentra en fase de posproducción y que está previsto estrenar en octubre en el marco del Festival de Sitges.

Producida por Stoyan AIE, Gold Tower Producciones, American Road Films y Hache Producciones, la película cuenta la historia de Maika que acaba de perder a su hijo Stoyan de forma inaudita. Alguien se lo ha llevado volando. Al mismo tiempo, el cadáver de una joven ha aparecido estrangulada en otro lugar de la misma ciudad. Israel es el detective al cargo de la investigación, recién incorporado tras una baja por depresión. Ambos sucesos están unidos por un descomunal poder sobrenatural cuyo único propósito es salvar a la humanidad de la ignorancia y del aferramiento al pasado, según explica el propio Roberto Ruiz Céspedes.

En esta ocasión, la protagonista es Marta Milans y el inspector encargado del caso Tristán Ulloa. La película cuenta también con la participación de Carlos Mestanza y el reparto se completa con Nicolás Coronado, Natalia Rodríguez, Susana Hornos y Paulina Gálvez. Además Max Ulloa, de once años e hijo de Tristán Ulloa, debuta en el cine con esta película, haciendo el personaje de Stoyan que da título a la obra «y que hace un papelón increíble», según explica su director.

Otros nombres que han hecho posible 'Stoyan' son los productores ejecutivos Miguel Ángel Poveda y Carlos Mestanza, que desde el primer momento, según dice Ruiz Céspedes, confiaron en el proyecto y creyeron en la historia. «Ellos han dado el impulso necesario para que la película se materialice y aunque hemos tenido que retrasar el rodaje a causa de las restricciones sanitarias, estoy contento de cómo resultó y del trabajo de todos los actores, especialmente del de Tristán Ulloa que interpreta un papel que no estaba en el corto y que finalmente se materializó para la película, así como el de Marta Milans que también ha hecho un gran trabajo. Empezamos a rodar en septiembre en Lanzarote y seis semanas después hicimos la última escena en Bulgaria», señala.

Escritor, guionista y director de cine diplomado en Dirección Cinematográfica por la escuela de cine Kinema (Bilbao) y con un Máster en Guión para Cine y TV por la escuela TAI, este «apasionado del cine» decidió seguir su formación después de haber estrenado sus primeros cortos y actualmente vive en Madrid. Ha compaginado estos trabajos con la literatura pues también es autor de los libros 'Los Jiménez sueñan como quieren' (2017) y en 'Mero Firmamento: en las fraguas de mi alma otoño es primavera' (2018). Estas dos primeras novelas, al igual que la tercera 'Marma Rabbit boy', las ha adaptado tanto a guión de largometraje como a miniserie de ficción.

Hasta ahora, que ha conseguido la suficiente financiación para su primer largometraje, ha dirigido distintos filmes de bajo presupuesto, con una gran acogida por parte de público y crítica, en los que, tal y como señala, ha podido rodar con total libertad creativa. Algo que «por suerte», dice, no ha perdido en este película. «Me he encontrado con dos productores maravillosos que han creído en mí desde el principio y han sabido ver que dentro de las limitaciones que he podido tener en otros trabajos me he guiado siempre por mi intuición y he contado las cosas con un criterio muy concreto».

En toda esa trayectoria, predomina el género fantástico con el que este cántabro se encuentra como pez en el agua. «He tocado todo tipo de géneros, pero me manejo muy bien con lo que tiene que ver con lo fantástico. No ya la ciencia ficción sino el concepto del realismo mágico, al menos el mío porque cada uno tiene el suyo a la hora de ver la vida». En 'Stoyan' se mezcla con el género policiaco, «pero lo que prima más es la fantasía. Hay bastante espiritualidad y esoterismo si bien la filosofía budista es un poco el eje temático de la película, dentro de unos cánones muy humanistas que tienen que ver con el perdón y el dolor».

Y la historia de Maika, esa madre desgarrada que los espectadores conocieron en 'Broken Basket', no se queda aquí pues Roberto Ruiz Céspedes ya está escribiendo el guión de otras dos películas. «Una de las cosas que hice durante el confinamiento fue escribir una trilogía de esta historia. Una precuela que sucede unos doscientos años antes de este largometraje y la secuela sucede veinte años después. En ella se descubrirá que ha pasado con el niño protagonista», una idea que según afirma cuenta con el visto bueno de sus productores.