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Primera quincena de 2021 y Santander ya se ha convertido en un páramo cinematográfico. Las esperanzadas perspectivas hacia las que apuntaba el último tramo de 2020 se han desvanecido. Las restricciones cada vez más duras que limitan aforos y horarios, la falta de estrenos y, ... por ende, la escasa fluidez de espectadores han llevado a una negra situación traducida en el cierre de salas de forma definitiva, indefinida o temporal. El último eslabón de este candado en las proyecciones de la ciudad se conoció ayer. Las doce salas de Peñacastillo, en el centro comercial de Carrefour, de la cadena Unión Cine Ciudad, precisamente las ultimas en abrir a finales del pasado año, vuelven a echar el cierre. De manera escueta comunicaban que a partir de mañana sábado «nuestros cines cerrarán provisionalmente hasta nueva orden».
La semana comenzaba con el adiós de los Cines Groucho, que en principio no ha fijado fecha de una posible marcha atrás durante este año. Después, era la cadena Cinesa, ubicada en el Centro Comercial Bahía de Santander, la que anunciaba un cierre temporal hasta el día 28. De este modo, la cartelera santanderina queda limitada a las proyecciones de la sala Los Ángeles, que mantiene su programación de miércoles a domingo. Fuera de lo estrictamente comercial la Filmoteca, en su sede de Bonifaz, completa la oferta de ciclos y sesiones especiales.
Además, las malas noticias ya comenzaron con la suspensión del Cine Club municipal, configurado por proyecciones semanales de clásicos, sin que haya ningún atisbo de un posible regreso. Las últimas restricciones anunciadas por Sanidad, que conlleva el covid, y la falta de estrenos, ha generado esta situación.
Los exhibidores reconocen que también sigue habiendo incertidumbre en los contenidos que vayan a poderse estrenar. «No tenemos garantías de nuestra programación hasta prácticamente la misma semana en la que se estrenan las películas», subrayaron desde Cinesa, líder de exhibición cinematográfica en España.
Un veterano del sector en Santander, Carlos Restegui, confesaba a El Diario Montañés estar haciendo un esfuerzo muy grande por continuar abierto. «Desde julio ha sido espantoso; fuimos de los primeros en reabrir y volvimos con la expectativa de ir viendo cómo evolucionaba la situación, pero la cosa se ha complicado, hasta el punto de que ahora mismo nuestro planteamiento es ir semana a semana».
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