El Circo de Sol desembarca en Santander con su espectáculo más emotivo

El desembarco del circo tuvo lugar ayer con la llegada de veinticinco camiones cargados con todo el material para el espectáculo, al tiempo que ya están llegando los 52 artistas de 18 países que componen el elenco de la función, entre ellos un español, el cantante David Repullés. En dejar el escenario a punto, obra de Jean Rabasse, trabajan más de u centenar de técnicos, treinta y cuatro de la propia compañía y otro centenar de Cantabria.

Entre los datos de ese escenario que se quedará instalado esta misma noche destaca la estructura acrobática creada expresamente para esta gira. En el centro de esa pista de 36,58 metros se colocará, además una placa giratoria de 12,50 metros de largo.

Otro de los elementos más llamativos de este escenario que se está instalando desde ayer es que cuenta con un llamativo laberinto, que reproduce exactamente las proporciones y medidas del diseño clásico del pasillo de la catedral de Chartres y que incorpora una cinta Moebus de 30,23 centímetros como símbolo del infinito y continuidad.

'Corteo' reúne la pasión del actor y el poder del acróbata para sumergir al público en un mundo teatral de diversión, comedia y espontaneidad situado en un misterioso espacio entre el cielo y la tierra. Su protagonista es Mauro, un payaso que representa su propio funeral en un ambiente carnavalesco, mientras unos ángeles de la guarda vigilan en silencio. Yuxtaponiendo lo grande con lo pequeño, lo ridículo con lo trágico y la magia de la perfección con el encanto de la imperfección.

«En este espectáculo destaca la fuerza y la fragilidad del payaso, así como su sabiduría y amabilidad, para ilustrar la parte de humanidad que hay dentro de cada uno de nosotros», destacan desde el Circo del Sol.

No se trata de un espectáculo nuevo. En realidad, 'Corteo' se estrenó en el año 2005 en Montreal (Canadá) y durante diez años giró, en formato carpa, por diecinueve países. En 2015 se hizo un parón para adaptarlo al formato pista que es el que se verá estos días en Santander, un trabajo que se hizo durante tres años y del que la obra salió fortalecida pues no sólo no perdió ni un ápice de su esencia, sino que además se enriqueció con nuevos número aéreos y uno con hula hoop en el que una bella gitana deslumbra con su habilidad para hacer girar con su cuerpo multitud de aros.

Desde 2018 todos los amigos de Mauro le velan en esa pista que ha dividido el escenario giratorio en dos con cada mitad del público en frente de la otra y que desde ayer están montando un grupo de operarios. Es la primera vez que el Circo del Sol coloca así a los espectadores y eso permite que unos y otros se vean al tiempo que obliga a que los artistas, y eso sí que es el más difícil todavía, a actuar sin dar la espalda en ningún momento de la función.

El cortejo de Mauro se desarrolla en dieciséis actos, con otros tantos números circenses que llevan el asombro por bandera y está protagonizado por una serie de personajes que roban el corazón del público desde que pisan el escenario.