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La actriz Marta Nieto presentará en la Seminci su película 'La mitad de Ana' en la que también ejerce la dirección. Vanesa Rabade
«Un clásico lo es porque lo que cuenta nos sigue interpelando»

Marta Nieto

Actriz
«Un clásico lo es porque lo que cuenta nos sigue interpelando»

La intérprete y directora forma parte del elenco de 'Vania x Vania', la singular doble versión de Chéjov que se representa hoy en el Palacio de Festivales

Sábado, 5 de octubre 2024, 08:42

Dice Marta Nieto (Murcia, 1982) que si se mira con los ojos de hace nos años, «nunca me habría imaginado que estaría dirigiendo o haciendo un montaje como este». Se refiere a 'Vania x Vania', la lectura que Pablo Remón ha hecho de Chéjov que ayer y hoy se representa en el Palacio de Festivales (19.30 horas) con un reparto que incluye a Javier Cámara, Israel Elejalde, Marina Salas, Juan Codina y Manuela Paso.

-¿Interpretar a Chéjov es como una de las referencias de manual para un actor de teatro?

-Total. Es un gigante y a veces los gigantes dan un poco de respeto de más, pero traducido, pasado por el filtro de Pablo Remón, sabíamos que iba a ser un éxito asegurado en cuanto a entendimiento, a forma de trabajar, de dramaturgia… Estamos muy sostenidos.

-¿También un éxito en cuanto a público?

-Sí, la verdad que ha sido un placer, porque el esfuerzo ha sido muy grande, al hacer dos versiones de una misma obra el mismo día, con unos textos que se parecen, pero no son iguales, trabajando el mismo personaje. Ha sido un reto que hemos visto respaldado por la audiencia y eso te llena de alegría y te da mucha fuerza, porque también ha sido agotador.

-Mismos compañeros, espacios similares, mismo autor, mismo director, pero dos historias distintas.

-El mundo del código y el de por dónde pasan los personajes, que parecen las mismas cosas, pero por dentro están en otro lugar, ha sido un ejercicio muy preciso. Hemos tenido el mismo tiempo para ensayar las dos obras que se suele tener para una sola, y ese marco también le da un poco más de presión y nos ha puesto en una situación límite. Pero ha salido bien.

-Enfrentarse a ese desafío como intérprete, ¿qué ha supuesto?

-Un regalo. No lo dudé, y hablando con mis compañeros, ninguno de nosotros tuvo ninguna duda de que cuando Pablo Remón, un Premio Nacional de Dramaturgia, se atreve a hacer un clásico con este dispositivo doble y nos los ofrece, era claramente un reto al que todos nos queríamos sumar. Son talentos unidos; el de Chéjov, unido al de Remón y al del elenco que tenemos. Tengo unos compañeros fantásticos y ha sido un proceso creativo muy intenso, con un gran sentimiento de facilidad. Hemos podido compartir el humor que Chéjov puso en esta obra.

-Respecto a esos compañeros, se llevaron el Premio Godot al mejor elenco.

-Sí, eso fue precioso, la verdad. Es cierto que es una obra muy coral. Vania es Vania y Javier Cámara hace un trabajo increíble, pero el peso está muy repartido y se agradece mucho el valor.

-Con Marina Salas ya compartió también un premio Max previamente.

-Sí, pero no habíamos compartido escenario. Hicimos las dos un monólogo, 'La infamia', dirigido por José Mastretta y ganamos el Max, pero yo hacía el mío y ella el suyo en días distintos. Esto ha sido como una justicia poética al compartir obra.

-Pablo Remón menciona la presencia de todos los actores que interpretaron antes los papeles. ¿Qué fantasmas o figuras la inspiran a usted?

-Es inevitable, cuando haces un clásico, entrar en un traje que sabes que ha sido usado muchas veces. La interpretación que yo hago de Elena es traducir lo que entiendo del interior de este personaje, tal y como lo veo. Y mi manera de interpretar está inspirada por muchos creadores, muchas actrices, muchos poemas, mucha música. Y todo ese imaginario hace que mire al personaje desde un lugar concreto y lo pueda traducir a mi manera.

-¿Qué valoración hace de cómo se trabajan los textos clásicos?

-Entiendo que un clásico lo es porque sigue vigente lo que sigue contando a día de hoy. Nos sigue interpelando, nos sigue llegando al corazón. Se adaptan porque hay unas dinámicas y códigos distintos en la actualidad, pero el alma de la historia sigue estando ahí y es algo de lo que podemos aprender. La traducción de Pablo Remón es muy lúcida, pero está respetando una esencial fundamental, como se hace en general, aunque pase por el entendimiento de quien la quiere poner en pie. Vania tiene que ver con el existencialismo, aprender a vivir, sentir que te has equivocado y volver a empezar. Es algo tan inmortal que en cualquier momento que se represente nos tocará el alma.

-Tanto en 'La manzana de oro' como en 'Verano rojo', ha trabajado con películas que parten de una adaptación literaria. ¿Eso facilita la inmersión en el personaje?

-Son códigos distintos. El de la literatura tiene que ver con la imaginación del lector. Sin embargo, el cine ya te está dando unas imágenes e interpela de otra manera a tu interés creativo. A veces no se ayudan entre sí. Los directores han podido tener toda la libertad que querían para traducir esa obra. De la otra forma sería más difícil, porque hay muchos más datos en una obra literaria que en una película; tardas días en leer un libro, y una película dura una hora y media y hay que elegir. Esas elecciones son el filtro de la dirección.

-Hablando de dirección, ¿cómo está su proyecto, 'La mitad de Ana'?

-A las puertas del estreno. Estoy muy contenta y muy nerviosa. Pasamos la peli el día 21 en la Seminci y llegará a los cines en diciembre..

-Contenta y pluriempleada

-(Ríe) La verdad es que sí. Ha sido un viaje precioso el de la dirección, la escritura y la interpretación, todo en uno, muy orgánico. No lo decidí así desde el principio, sino que se ha dado y ha sido perfecto y agotador.

-¿Tan perfecto como para que le veamos más en ese rol?

-No lo descarto. Me ha gustado mucho dirigir y me gustaría seguir explorando, pero soy eminentemente actriz y dirijo desde las herramientas que tengo para interpretar. Me dejo guiar por lo emocional.

-«La vida que tenemos es esta», dice el personaje de Israel Elejalde. ¿Cual es la suya?

-La mía es bonita. Intento ser agradecida cada día. Intento hacer las cosas cada vez mejor y mantener el motor creativo girando para no estancarme. Para mí es parte de vivir, respirar. Aprender y crear son dos motores muy importantes para mí. Como los tengo en marcha, estoy muy contenta.

-Aprender es una palabra que suele repetir. Como una especie de mantra.

-Para mí la vida, mi salud, tiene que ver con los desafíos que emprendo. Un desafío es algo que te reta, que no sabes hacer. No tengo más remedio que estar constantemente aprendiendo; me mantiene con la cabeza cuerda y el alma vibrando. Es frustrante, también, porque lidias con inexperiencias fuera de la zona de confort todo el tiempo, pero vas ampliando tus capacidades.

-¿Ya se ha creído que puede hacer más de lo que creía?

-¡Uy! Si me miro con la mirada de hace unos años, nunca me habría imaginado que estaría dirigiendo o haciendo un montaje como este. Soy muy optimista, pienso que lo mejor está por llegar y hay un montón de cosas que todavía no sé que soy capaz de hacer y me gustaría seguir, con toda la humildad y el respeto aprendiendo para hacer cosas más interesantes.

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