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«¡Pero en que lío me he metido!» se dijo a sí mismo José María Pérez, Peridis, (Cabezón de Liébana, 1941) mientras escribía 'El cantar de Liébana' su última novela, una obra publicada el pasado mes de enero por la editorial Espasa y de la ... que ayer desveló muchas claves. Lo hizo en el Ateneo, que se llenó para la presentación del libro, en un nuevo acto organizado por el Aula de Cultura de El Diario Montañés, y en el que estuvo acompañado por el historiador y también escritor José Ángel García de Cortázar, quien además es gran amigo de Peridis, y el crítico literario de este periódico, Javier Menéndez Llamazares.
Peridis, arquitecto, dibujante, escritor y, sobre todo un gran divulgador del patrimonio cultural del país, confesó que cuando comenzó a escribir 'El cantar de Liébana' tenía ante sí «una novela muy difícil», una especie de «laberinto» en el que no podía perderse para contar la historia de Beato, el monje, teólogo y dibujante, del monasterio de Santo Toribio, al tiempo que crease una narración entretenida, siguiendo así un lema que sigue en cada una de sus novelas: «deleitar, aprovechado». Bien es cierto, y eso lo recordó también García de Cortázar, que en el año 2006 ya tuvo que indagar un poco en la figura de su protagonista. Se inauguraba un Año Jubilar y se había invitado a Umberto Eco a Santo Toribio para hablar de los beatos y de su autor, «pero finalmente no pudo venir y entonces Ramón Teja -catedrático de la UC- me pidió que le sustituyese y leyese yo el pregón. Hasta entonces poco sabía de él, por lo que escribir esta novela me ha divertido y me ha permitido aprender muchas cosas de Beato», aseguró. Pero además, le ha servido para hacer algo que según dijo quería hacer desde hacía tiempo, homenajear a Liébana, la tierra en la que nació, a la que acude con gran regularidad y en la que conserva a grandes amigos. «En definitiva, tenía que escribir todos esos líos en los que se vio metido Beato, pero con verosimilitud para que la gente no perdiese el hilo y de paso se interesasen en visitar mi tierra que sería una pena que se despoblase», explicó.
En esos líos en los que, según señaló, estaba metido Beato tienen que ver principalmente con el conflicto que mantuvo con el arzobispo de Toledo, Elipando, quien defendía que Jesucristo era hijo adoptivo de Dios, creando así una doctrina adoptacionista a la que el monje se opuso desde Santo Toribio». En la narración, Peridis también quería incidir en la importancia de los beatos, que fueron definidos por Umberto Eco como «las más prodigiosas creaciones iconográficas de toda la historia del arte occidental», y, sobre todo, recrear aquella época medieval. La mejor forma de hacerlo, tal y como desveló ayer, fue con una novela en dos escenarios cronológicos, el de la época de Beato, siglo VIII, y la actualidad con dos mujeres maravillosas que se desplazan hasta Potes para buscar alguna huella del monje. «Para escribir una novela lo principal es tener personajes», aseguró y para que sea buena «meter una gran mentira y que cuele» comentó entre risas. Y eso fue lo que hizo, pues entre todos las aventuras que viven esas dos protagonistas, -«una viuda de unos sesenta años y una joven dicharachera», tal y como las describió García de Cortázar- hay un descubrimiento que ha salido de la imaginación de Peridis.
El arquitecto y dibujante, quien en 2014 obtuvo el Premio de Novela Histórica Alfonso X El sabio por su libro 'Esperando el rey' y en 2020 el Primavera por 'El corazón con que vivo', también fabula con lo que pudo pasar con una de las predicciones de Beato, la segunda llegada de Jesucristo al mundo, en el que es uno de los capítulos más divertidos de la historia en la que no falta el humor y la ironía. «Beato estaba procupadísimo por la llegada del fin del mundo, incluso recalculó cuando podría suceder, algo, y esto sí que es novela, que incordiaba muchos a los lebaniegos», apuntó.
Los que sí son reales son algunos de los personajes, como Paco Wences, Zeto, Javier Cortés, Enrique Herreros o las monjas del monasterio de San Andrés de Arroyo, tal y como también desveló García de Cortázar para quien Peridis «en esta novela se ha sumergido con gran éxito en el mundo medieval para contar la historia de un hombre -Beato- que es el personaje que ha ejercido mayor influencia en Cantabria», afirmó.
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