La Colección de arte ACB, Memoria y Homenaje, recala en junio en Santander

La Colección ACB es un proyecto familiar que atesora las evocaciones de las personas de su vida, un conjunto de vivencias y de afectos conservados a través de las obras de arte custodiadas en su sede madrileña y en el Palacio de Queveda (en Santillana del Mar), residencia de verano de los coleccionistas En este caso se mostrarán obras de 40 artistas representativas de la identidad de esta colección. Un proyecto muy particular que evidencia «el extraordinario contexto en el que vivieron sus creadores, dos insignes coleccionistas madrileños vinculados a Cantabria: el ingeniero desaparecido Alberto Corral y su esposa, la artista y diseñadora Bárbara de Rueda».

En la colección, subraya la comisaria, «están presentes de una forma oblicua pero clara sus familiares, sus viajes, sus lecturas y sus amistades con importantes galeristas y artistas de los últimos cincuenta años». Finalmente, todas las cuestiones personales que influyen en cada elección «han configurado un magnífico fondo de más de 300 obras». La muestra en Santander se plantea a modo de Homenaje y adquiere la forma de exposición y de libro. Bárbara de Rueda recuerda por esta vía a su esposo y a su hijo Salvador García-Atance, ambos dolorosa y tempranamente fallecidos. «Es un reconocimiento de su común pasión por el arte, que ha estado presente en la familia ya en las generaciones anteriores y que continuará a través de lo más jóvenes».

Entre las obras reunidas en los primeros años de la Colección ACB se cuentan los nombres más importantes de la pintura española contemporánea, caso de Miquel Barceló, Chema Cobo, José Guerrero, Guillermo Pérez Villalta, Mitsua Miura, Jordi Teixidor, Soledad Sevilla o Luis Gordillo con obras «bellas y elocuentes, casi siempre de gran formato y muy representativas de sus respectivos autores». Muy especial fue la intensa mirada que la colección dirigió a la obra gráfica internacional y se distinguió rápidamente de otros conjuntos de los ochenta por una gran presencia de la escultura, incorporando piezas muy relevantes firmadas por Txomin Badiola, Pello Irazu, Jaume Plensa, Pedro Cabrita Reis, Anthony Caro o Eva Lootz.

Bárbara de Rueda reconoce «el poder sanador del arte, su capacidad para inundar de sentido y significado nuestras vidas». Su manera de coleccionar, de apropiarse de las obras es «informada y meditada, ya que nunca ha adquirido ninguna sin antes conocer la visión del artista, su posición creativa, su formación y su recorrido», explica Alvarez Careaga. Y destaca que Bárbara de Rueda ama tanto las obras con una presencia destacada de lo material transformado en visión plástica como la fotografía de espacios arquitectónicos. «Una colección tan viva como la extraordinaria persona que la custodia».

Hace una década, Villa Iris, el espacio ya desaparecido que la Fundación Botín destinaba a talleres y exposiciones, ubicado en el Paseo de Pérez Galdós, albergó la muestra 'Construyendo un universo propio. Colección ACB'.