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Hace ahora poco más de dos años se incorporaban a Santander las Naves de Gamazo, un nuevo centro de arte que nacía con una clara vocación didáctica y de inclusión social, de apertura a la sociedad, con un genuino carácter educativo en todos sus programas, ... adaptados a las exigencias de un público heterogéneo. Entre sus objetivos, acompañar en la comprensión de la expresión artística contemporánea y aproximar a los ciudadanos a la obra y la figura creativa del artista. En la programación se han sucedido exposiciones, encuentros con artistas, jornadas, talleres, cursos temáticos y otras actividades complementarias.
En su recta final, tan solo una semana más de exhibición, las naves industriales rehabilitadas acogen hasta los últimos días del verano dos muestras: 'Roma, siempre, Roma: Infinitas Formas' y Alberto García-Alix. 'Fantasías en el Prado'. Desde el próximo mes de octubre, el espacio de la Fundación Enaire sumará otra propuesta con sello especial al ser fruto de una producción propia: la colectiva 'Homo habitant'. Del comisariado de Enaire nace una muestra configurada con fondos de la Colección Norte, perteneciente al Gobierno de Cantabria. Las Naves de Gamazo acogerán la cita del 5 de octubre al 4 de febrero de 2024. El proyecto surgido en el espacio portuario santanderino ha sido, desde el principio «un ejemplo de colaboración entre Administraciones», posible gracias a la alianza y al trabajo conjunto del Ministerio de Transportes -a través de la Fundación Enaire- del Gobierno de Cantabria y de la Autoridad Portuaria. El anterior Gobierno regional ofreció a Enaire la posibilidad de realizar la exposición de la Colección Norte.
Ángeles Imaña, directora del departamento de Actividades Culturales de la Fundación Enaire, que asume ahora el comisariado, ha mostrado su sorpresa al comprobar la calidad de las obras, variedad de formatos y técnicas así como la diversidad de temáticas y líneas» de la Colección: «Al abrir aleatoriamente uno de los catálogos y observar la primera pieza, me encontré cara a cara con la Frida Khalo interpretada por Yasumasa Morimura. Nada me pudo sorprender más que esa Frida envuelta en un rebozo de Louis Vuitton. Desde hace muchos años sigo la obra de este autor que trabaja el concepto de identidad, denuncia la globalización y establece un diálogo consigo mismo al transformarse en personaje relevantes». «Puesto que las obras de la Colección Norte son magníficas -de Burtynsky, Vik Muniz, Cristina García Rodero, Marina Abramovich, Basilico, Pierre Gonnord, Jaume Plensa, Bleda y Rosa, entre otros- la apuesta se había convertido en un reto». La variedad temática es muy amplia, hay muchas obras que se autodefienden con valentía, «pero ante la tentación de elegir obra solamente por su presencia», la comisaria optó por analizar sus mensajes y encontrar un hilo conductor inédito en la reinterpretación de la Colección». Tras un estudio detallado de las piezas el equipo de la Fundación Enaire observa que hay varios temas que se reiteran y, entre ellos, destacan especialmente «identidad y territorio». Estos ámbitos acercan a «la interrelación entre el hombre y la naturaleza, la esencia, modificación del aspecto, la autorreferencia, el territorio como obra humana, la construcción como refugio físico o espiritual, los espacios habitados».
El concepto del término 'Homo Habitant' supone nombrar al hombre que habita y el hilo conductor de la exposición es el reconocimiento del humano en esencia, «cómo éste modifica su aspecto por cuestiones sociales o intelectuales». Construye sus refugios valiéndose de los recursos naturales, llega a formar megalópolis, de cuya deshumanización también se ha de proteger. Crea espacios de rituales y, finalmente, encuentra la paz en su núcleo, en su hogar, lo que cierra el círculo, reencontrándose consigo mismo.
«Ha sido especialmente satisfactorio que los mensajes de las 43 obras seleccionadas de la Colección Norte se hayan revelado -casi por la magia que supone ver estas importantes obras juntas- y hayan permitido tejer este relato tan atractivo y actual», sostiene Imaña.
Cabe destacar entre las distintas técnicas artísticas que la fotografía es la dominante en la exposición con 33 piezas, pero también se podrán ver 4 pinturas, 4 esculturas, una cerámica y una infografía. Una propuesta concebida como «relato contemporáneo que recoge el proceso de relación del hombre con la arquitectura, inherente al desarrollo de las civilizaciones». Finalmente, la cita recuerda que las propias Naves son un edificio industrial «recuperado y rehabilitado para un fin cultural, un ejemplo de sostenibilidad». Además, en paralelo el equipo de mediación de Naves de Gamazo ha preparado un programa de actividades vinculado con la exposición entre las que destacan las visitas guiadas y los talleres.
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