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Tras veinticuatro citas con el público, el Festival de Invierno de Torrelavega cierra este fin de semana su trigesimocuarta edición. Una temporada que comenzó el 7 de enero y que ha llevado al escenario del Teatro Municipal Concha Espina clásicos literarios, temas de actualidad, monólogos, ... espectáculos de títeres y propuestas pensadas para el público infantil. El Festival cierra por todo lo alto con dos pesos pesados de la escena; Els Joglars, el viernes e Yllana Teatro el sábado.
Bajo la dirección de Ramón Fontseré en esta segunda etapa, como sucesor de Albert Boadella, Els Joglars mantiene su premisa de hacer un teatro que utiliza la ironía como recurso de autocrítica a una sociedad aquejada de múltiples dolencias morales. «Eso que hacemos de alumbrar una realidad insospechada, desvelar algo que mucha gente por pereza, por mecanización, por complejo, no se atreve a decir, cuando lo ve sobre el escenario, coincide con lo que piensa interiormente, se convierte en catártico», explicaba el director y también intérprete en conversación con este periódico.
Una suerte de Aristófanes moderno protagoniza este relato que hila con el protagonista clásico por su uso las críticas y las fantasías utópicas. El argumento se desarrolla en un centro de salud mental. Allí está recluido un profesor de universidad, especializado en mitología griega, que fue expulsado de su trabajo tras unos polémicos tweets que lo hundieron personalmente.
Mientras los internos ensayan, el director observa cómo se producen escenas contrarias a la corrección política y moral del momento. El protagonista, por su bagaje, asumirá por momentos el personaje de Aristófanes, comediógrafo griego, principal exponente del género, que se enfrentó a Sócrates o Eurípides. El dramaturgo se revela como modelo de libertad para el actor, frente a una sociedad cada vez más cargada de tabúes. «Os diré la verdad aunque sean palabras amargas», dijo el creador griego. Una premisa que comparten los catalanes.
Con este trabajo, Els Joglars pretenden «poner el foco en la infantilización del mundo adulto que conlleva vivir en una ilusión, en un Mundo Disney, donde el arte debe ser correcto, fácil y que no haga daño». «Arte vaselina», lo definen. Para los miembros de la formación no se trata de «un juego de buenos y malos ni en determinar la moral a seguir», sino que tratan de «iluminar la falsedad de manera tan evidente que el propio espectador descubra otra realidad insospechada». El reparto de la obra lo completan Pilar Sáenz, Dolor Tuneu, Xevi Vilà, Alberto Castrillo-Ferrer y Angelo Crotti.
El pasado año, Els Joglars celebró sus seis décadas de trabajo sobre las tablas. Un hecho que convierte al grupo en la compañía de teatro privada en activo más antigua de Europa. A punto de celebrar los 61 años de carrera regresan a Cantabria, donde estuvieron en julio dentro del ciclo Talía.
El sábado habrá música y humor para dar por concluido el ciclo este año. Dos materias que domina a la perfección Yllana Teatro, uno de los nombres clásicos en la historia del Festival de Invierno. Desde su fundación en 1991, como una compañía de teatro gestual, han pasado en numerosas ocasiones por Torrelavega. Este año, además de actuar, recibirán el Premio Duende Zahorí. Un galardón que otorga la Asociación de Amigos del Teatro Concha Espina y que nació en 2009 como reconocimiento a la trayectoria personal y profesional de actores y actrices en su vinculación con el evento, o aquellas personas e instituciones, que a juicio del jurado, reúnan los requisitos exigidos. Si bien es la asociación quien anuncia el ganador, el premio lo elige el público que asiste al festival.
En esta ocasión, un 51% de los espectadores han decidido que sea la veterana compañía la que reciba este reconocimiento, coincidiendo con su presencia en el Concha Espina el próximo sábado para representar 'The Royal Gag Orchestra'. En la obra, el director de orquesta Josef Von Ramik, conocido por su carácter bipolar, se dispone a dirigir a la prestigiosa Royal Orchestra para interpretar los grandes clásicos de la historia. Otro personajes de igual ego, el violinista Gaspar Krause también estará en el concierto. La unión de ambos convertirá el escenario en un campo de batalla por ver quien sobresale más, con consecuencias disparatadas, mezcladas con teatro gestual e interpretaciones musicales notables.
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