Secciones
Servicios
Destacamos
A Miguelanxo Prado (A Coruña, 1958) la pasión por contar historias le llegó «más o menos mayorcito», incluso había estudiado, según cuenta, cuatro años de Arquitectura y expuesto sus pinturas en varias galerías. Hasta que se le cruzó un mundo que a un lector empedernido, ... como él mismo se define, le fascinó: el del cómic. «Fue un flechazo en toda regla», asegura. Hoy en día es uno de los autores e ilustradores más reputados del país con un gran prestigio internacional, que entre otros galardones posee un Premio Nacional, y hasta ha hecho un largometraje de animación 'De profundis' que estuvo nominada a un Goya. Estos días está en Cantabria como uno de los autores invitados al III Encuentro Internacional del Libro Ilustrado 'Colores de Abedul' que organiza el colectivo Peonza. Y si ayer tuvo la posibilidad de hablar de su oficio a los alumnos del IES Valle del Saja hoy será el encargado de la primera ponencia de este Encuentro que se desarrollará hasta mañana en el Auditorio Bajo Deva de Unquera.
Su conferencia se titula, 'Del cuaderno de notas al libro' y, entre bromas, asegura que «es un pequeño chantaje emocional a los lectores para «que hagan una lectura y relectura del cómic un poco más pausada».
Hoy. Participarán, entre otros Alberto Sebastián, Miguelanxo Prado, Evelyn Arizpe, Anna Castagnoli, Elodie Bourgeois o Nono Granero.
Mañana Joanna Concejo, Ana Penyas, Catarina Sobral y Joan Manuel Gisbert que clausura el Encuentro a las 18.00 horas.
Lugar Auditorio Bajo Deva de Unquera.
Para ello les explicará todo el proceso que sigue un autor desde que le viene a la cabeza la historia que quiere contar hasta que envía el trabajo a la editorial. «Es un desarrollo curioso porque aunque es dificilísimo que alguien no haya leído un cómic en su vida, aunque sean los tebeos de la infancia, poca gente sabe como se realizan», señala Prado quien además aporta un dato: «El promedio, más o menos de lectura de un libro ilustrado, de unas 80 páginas, está calculado en unas dos horas o dos horas y media, porque en España además tenemos un sistema de lectura muy acelerado, pero al autor le puede llevar hasta dos años realizarlo, o al menos ese es el tiempo que me lleva a mí cada libro».
También explica que un 40% de la información que se da en estas novelas gráficas a través de las imágenes no es percibida en una primera lectura y por eso, «el cómic es uno de los medios literarios que más se releen y que es más fácil que se haga una segunda lectura en un plazo razonablemente breve porque es entonces cuando se van a apreciar detalles que no se percibieron en la primera».
De todo este proceso, reconoce que a él lo que más le cuesta es la escritura del guion. «Para mí dibujar y pintar es algo mucho más visceral e inmediato y no precisa del mismo grado de reflexión que me lleva hacer el texto». Y es que, según dice, para componer la historia, una vez que ya tienes elegida la trama, el autor de las novelas gráficas se encuentra con una serie de dificultades que no tienen el resto. El primero, el número de páginas. «Aunque se ha ampliado mucho, sobre todo a partir de la concepción de novela gráfica no podemos trabajar con los mismos formatos, en lo que respecta al volumen, que tienen las novelas. Editorialmente no sería asumible hacer 400 o 500 páginas lo que te obliga a hacer un proceso de depuración».
También, según explica, a nivel narrativo un cómic es mucho menos complaciente que una novela. «El lenguaje del cómic se aproxima mucho más al cine y al teatro, sobre todo a este último. Y eso exige cuidar muchos los ritmos narrativos». Y pone un ejemplo: «En 'El perfume' tras el arranque aparecen unas 80 páginas de monólogo interior que transcurre en un retiro en la montaña y que sirve para prepararte para un final explosivo. En cómic eso no nos lo podemos permitir. Necesitamos mantener un ritmo sostenido y, además, los diálogos no pueden ser extensos porque tienen que caber en la viñeta». Eso, señala, no quiere decir que dibujar no sea lento, «pero en mi caso, desde luego es mucho más placentero».
Se considera un tipo curioso que transmite esa actitud en su obra. «Por eso he cambiado mucho de temática y no he conseguido hacer una serie de manera sostenida, aunque sí hay un elemento que se repite en mis libros que es la relación del individuo con la sociedad que tiene a su alrededor», asegura. «Unas veces en clave de humor, otras más serio o poético, lo que más fascina es la comunicación. Me parece increíble que tengamos una herramienta tan potente como es la palabra (tanto escrita como hablada) y que a la vez sea fuente de tantos conflictos», reflexiona.
Se le pregunta cuando su mundo dejó de ser cosa de frikis para convertirse en un género más culto. «Hubo un libro definitivo -expone- 'Apocalípticos e integrados', de Umberto Eco, que era un canto al lenguaje del cómic y que abrió la caja de Pandora. Eso coincidió con la interrupción de dos generaciones de escritores e ilustradoras con ambición de reivindicar ese lenguaje como zona de autoría. De esa sinergia, con la ayuda de los medios de comunicación, que comenzaron a interesarse más, se ha llegado a este estatuto que hoy tiene el género. Una especie de normalización a la que ha ayudado la concesión de un premio nacional que ha hecho que haya más interesados.». También, lamenta, hay una parte negativa y es «que se ha perdido la parte popular que tenía el cómic. Ya no tenemos el equivalente a 'Mortadelo y Filemón' y aquellas series que había antes, como Tintín o Mafalda aunque eso ha provocado que el cómic está dejando de ser un medio masivo para convertirse en una demandada opción cultural».
En cuento a sus proyectos pasan por acabar un libro en el que por primera vez repite personajes de su anterior obra 'Presas fáciles'. «Es un libro difícil relacionado con el mundo de la pornografía infantil».
Durante la jornada de ayer destacados autores de la novela gráfica de este país recorrieron institutos, bibliotecas y residencias para contar a alumnos, profesores y otros lectores sus experiencias. Fue el prólogo de dos jornadas enmarcadas en el III Encuentro Internacional del Libro Ilustrado, 'Los colores del abedul', que ha organizado el colectivo Peonza en el Auditorio Bajo Deva de Unquera y que este año dará mayor relevancia al cómic y a la novela gráfica. Así, hoy y mañana pasarán por ese escenario grandes nombres como Miguelanxo Prado, Evelyn Arizpe, Nono Granero o Joan Manuel Gispert.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.