Los conciertos dan el salto al mundo virtual

Estás en casa y has quedado con un amigos para ir a un concierto. Quién lo iba a decir, pandemias por medio. Así que te sientas en el sofá, te pones las gafas de realidad virtual y te conectas. No a Netflix ni a Epic Games, que también podrías. Está vez toca Singulive. Habéis quedado en la sala Apollo y cuando llegas tu avatar toma forma en el espacio virtual junto a los de tus compañeros. Buscáis sitio y esperáis a que empiece el concierto comentando cuáles son vuestras canciones favoritas. Entonces los músicos aparecen sobre el escenario, prácticamente tan reales como si los estuvieras viendo en un directo real, y comienza el espectáculo, que compartes en tus redes sociales por si algún amigo despistado se quiere apuntar a tan sorprendente experiencia.

Aunque cuando te lo cuentan suena a ciencia ficción, algo a medio camino entre un episodio de 'Black Mirror' y un programa de 'Cuarto Milenio', asistir a conciertos a través de realidad virtual será una realidad (valga la redundancia) dentro de muy poco gracias a un proyecto desarrollado en Cantabria por la empresa Singulive, que cuenta con inversión de Silicon Valley. La innovadora propuesta de esta plataforma, en la que participan los cántabros Francisco Calatayud como director de Desarrollo y Javier Palacios como director de Contenidos y Gestión de artistas, comenzará a operar el próximo 3 de julio, cuando los usuarios podrán disfrutar ya de los conciertos de los primeros artistas que se han sumado a esta experiencia, entre los que se cuentan el cantautor Diego Vasallo, miembro del grupo Duncan Dhu y cuya actuación estrenará el cartel, el acordeonista Gorka Hermosa con su banda Blanchard Strings (10 de julio), el músico Nacho Álvarez, antiguo integrante de Manta Ray (día 17), el compositor y cantante Pablo Soto (día 24) o la cantaora Rosario La Tremendita (día 25).

El gran atractivo de la experiencia que ofrece la plataforma cántabra radica en el realismo de los directos musicales y en la calidad de los entornos virtuales, que recrean con gran detalle las características de los espacios en que se desarrollan habitualmente este tipo de actuaciones. En ese sentido, y con el objetivo de recrear los distintos ambiente de los formatos más habituales de directos, los desarrolladores de Singulive han diseñado cuatro salas, a saber: el Hall, para 10 personas, de orientación clásica, el Club, con capacidad para 100 personas y ambiente de jazz, la sala Apollo, con aforo para 200 personas y enfocada a actuaciones de rock y pop, y la sala Curtain, con capacidad para mil personas y destinada a grandes eventos multitudinarios.

Francisco Calatayud, que está detrás del complejo desarrollo técnico del proyecto, destaca que «a los músicos y artistas que lo han conocido y probado les ha entusiasmado y han querido formar parte de esta iniciativa», algo que desde la compañía creen que demuestra que en Singulive han planteado «un formato muy original, potente y versátil». En ese sentido, Calatayud destaca que en el mercado digital no existe por el momento ninguna propuesta similar: «Hay proyectos de música en 360 grados o cosas similares, pero son mucho más limitadas que este formato de conciertos en realidad virtual». Una de las claves de esta plataforma cántabra es que han querido trasladar con la mayor fidelidad posible la experiencia de un concierto real a la realidad virtual: «De la misma forma que puedes ir a un concierto en el Rvbicón, en Escenario Santander o en la Sala Pereda, por ejemplo, puedes disfrutar del mismo en un entorno virtual muy similar».

Otro de los aspectos que han cuidado especialmente es el del sonido, esencial para una buena experiencia musical: «Todo el apartado de audio lo gestionamos con los Estudios Moon River del productor cántabro Fernando Macaya, aunque cada músico puede elegir a su gusto y gestionarlo por su cuenta», señala Calatayud. De cara a los artistas, señala, otra de las ventajas es la naturalidad del proceso de desarrollo, en el que simplemente tienen que realizar su actuación, sin tener que someterse a complejos sistemas de cámaras y capturas.

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