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Ilusionado. Así se define Félix Viscarret (Pamplona, 1975). El miércoles preestrena en Santander 'Galgos', una serie de Movistar, rodada en parte en Cantabria, que cuenta con un plantel actoral de primer orden (Adriana Ozores, Luis Bermejo, Óscar Martínez, Marcel Borrás, Jorge Usón y Daniela ... Estay). El Palacio de Festivales acogerá la premiere, con entradas gratuitas que se pueden recoger en taquilla. Además, el director de 'Patria' o 'No mires a los ojos', está nominado al Goya a Mejor Guión Original por 'Una vida no tan simple', que responde a su visión del mundo adaptado a la comedia dramática.
-¿El preestreno de una obra es casi alcanzar la meta o solo empezar el trabajo de encontrarse con el público?
-El trabajo está terminado y lo que apetece mucho es ver la reacción del público. Uno cuenta una historia y piensa: esto va a intrigar, a dibujar una sonrisa, porque a ti es a lo que te ha movido, a reír o a sentir una emoción concreta en un momento dado. Esperas que sea también lo que despierte en el espectador. El estreno esta semana en Cantabria será la primera vez que se verá en público y hace mucha ilusión recibir esa primera respuesta.
-Esa es la clave de la comunicación en general: que el mensaje llegue al receptor con el mismo concepto con el que se creó
-Lo hablaba ayer con otro colega cineasta, los dos nominados este año a los Goya, y comentábamos eso; eres muy fiel a esa llama de tu interior que sientes muy viva cuando empiezas a contar una historia. Puede ser un estado de ánimo, una incógnita, una emoción... Crees que va a provocar algo en el espectador. Trabajas mirando esa llama a ver si sigue viva con la esperanza de que cuando la saques, ocurra. Ese es, al final, nuestro acto de fe como narradores.
-¿Esa expectativa genera curiosidad o ansiedad?
-Te diría que lo bueno que te da la edad, los tratamientos como el psicoanálisis y la meditación, es que esa incógnita ya no te provoca ansiedad. Cuando eres joven, es maravilloso, pero también eres más atolondrado. Ahora mismo, la vida te ha quitado la juventud, pero te ha dado un tipo de equilibrio ante los acontecimientos. Yo encaro la presentación en Santander más con ilusión que con nervios.
-¿Cómo lleva la parte de explicar su trabajo, que se sostiene en la pantalla, a través de las palabras?
-Es divertido. A veces pienso que los guionistas y directores, donde nos expresamos bien es en las películas o series. Somos un poco inútiles hablando en la vida normal y de ese dolor y frustración de no decir las cosas como debíamos en el momento adecuado, surge la necesidad de contar historias donde la gente habla y dice las cosas en el momento adecuado diciendo lo que tiene que decir. Me expreso mejor en mis películas o series que hablando, pero, dicho esto, hace mucha ilusión estar aquí charlando, dedicando tiempo a hablar de la serie. Aunque no sea lo mío, gracias.
-Mencionaba los Goya. Ese parece un criterio para seleccionar a los protagonistas que comparten haber ganado o haber estado nominados a ese premio.
-Es un equipo de ensueño. Fue uno de los motivos para meterme en el proyecto. Estaba terminando la película 'Una vida no tan simple', por la que estoy nominado este año y quería parar para tener unas vacaciones familiares, pero llegaron a mis manos los guiones de 'Galgos'. Escritos por gente a la que admiro como dramaturgos y cineastas. Con unos personajes, situaciones y diálogos pensados para unos actores que suponía una oferta que uno no puede rechazar, como dirían en 'El Padrino'. El reparto que hemos tenido ha sido un lujo que anima a llevar la puesta en escena en torno a los personajes, respetando su punto de vista.
-¿La admiración es uno de los criterios que aplica para elegir en qué o con quién trabaja?
-Tiene que haber una parte importante de estímulo, de reto inusual. Había admiración y también muchas ganas por trabajar con estas personas. Es un regalo. Está bien recordar al público que las grandes actrices y los grandes actores son personas muy inteligentes, creativas y con un conocimiento muy profundo y sutil del alma humana. Cuando tienen oportunidad de jugar con un material como el de 'Galgos', es rico presenciarlo.
-En ese material hay lazos familiares, intrigas, lucha de poder... Temas que parecen no pasar nunca de moda como foco de interés.
-Es algo que está en la tragedia griega, en Shakespeare y qué bien que se estrena ahora después de la Navidad, donde todos tenemos las heridas de la familia, los roces, filias y fobias tan a flor de piel (ríe). Es un material clásico por algo.
-Todos queremos la familia perfecta, pero cómo nos gusta ver a las imperfectas.
-(Ríe) Exacto. Ya lo decía Tolstoi.
-¿Se suele fijar en otras creaciones y relatos para llevar algunas ideas a su trabajo?
-Depende de los proyectos. En el caso de 'Galgos', para que el espectador sienta lo cercano que es este tipo de relato de familia ibérica, con ese carácter hispano, muy nuestro, hablábamos mucho Nely Reguera y yo, como directores, de empresas familiares, de ese lujo añejo que se da mucho en nuestra historia reciente. Terceras generaciones de empresas que se desarrollaron mucho a finales de los 60, con el crecimiento de España en esos años y ahora están en transformación, porque el modelo empresarial ya no es válido, la familia ha cambiado mucho y también la sociedad. Queríamos ir más a nuestra realidad que a pensar en ficciones de fuera. Es muy diferente el referente anglosajón, menos matriarcal. Aquí la familia pesa de una forma diferente.
-En esa búsqueda de algo un tanto mediterráneo acabaron en un lugar que de mediterráneo tiene poco.
-(Ríe) Más bien Cantábrico, sí. Es la idea de decirle a tu madre que no vas a la comida de Navidad, cuando además es también tu jefa. Tiene dobles consecuencias. Esas contaminaciones de las dinámicas familiares y profesionales nos parecían divertidas.
-¿Cómo ha sido la experiencia de rodar en Cantabria?
-Absolutamente maravillosa. Ha dado una riqueza visual que hace que la serie se diferencie, la personalidad y la verosimilitud que hace que tenga un carácter propio y nos hemos sentido acogidos. Para el equipo de rodaje ha sido como lo que disfrutan mis hijos con los campamentos de verano y después no quieren volver a casa.
-El trabajo de dirección lo ha compartido con Nely Reguera, como comentaba. ¿Cómo han establecido el equilibrio entre ambas miradas?
-Cuando me llegó la propuesta, con su nombre incluido, Nely lo primero que hizo fue llamarme para quedar y charlar en una terraza. Y fue una idea maravillosa porque ahí nos dimos cuenta de que nos gustaban las mismas cosas, nos hacían gracia las mismas situaciones, que veíamos que había que defender a capa y espada algunos aspectos de los personajes... Fue bonito y fácil realizar una historia en equipo. Confeccionamos esa especie de libro de estilo para que la narrativa o el estilo audiovisual tuviera unidad, independientemente de quien haya dirigido cada capítulo.
-¿Qué debe tener una historia para producir el click necesario en usted?
-Es algo muy íntimo. ¿Por qué de pronto conoces a una persona y esa noche despiertas en mitad de la noche dándote cuenta de que te estás enamorando? Podrías racionalizarlo, pero hay algo interno que es muy parecido a por qué te llega un material y sientes que no puedes dejarlo pasar. Todas las historias están contadas, puedes pensar, pero humildemente, quieres dejar unos granitos de personalidad que nos ayuden a ver matices de los seres humanos que nos descubran facetas de cómo somos y merezcan la pena.
-Sumando todos esos granitos acumulados desde 'Dreamers' a la actualidad, ¿bajo qué género enmarcaría su carrera?
-Qué divertido. A escasos días de la presentación en Santander te diría que es una película con final feliz. En la vida hay valles y montañas. A veces puede tener otro tono, pero en este momento, estoy muy ilusionado. Como decimos los navarros, es muy 'majico'. El género cinematográfico o audiovisual que más me define sería la comedia dramática, porque es como veo la vida. Hay roces, malabares, tropezones, pero gracias a la comedia superamos esas caídas. 'Galgos' sigue esa trayectoria.
-¿Ver en un cartel «una película de Félix Viscarret» es un objetivo cumplido?
-No trates de picar la vanidad de un director; es muy fácil, como si a un torito le sacas el trapo rojo. Hay algo con las películas en las que has trabajado que establece una relación paterno filial. Las cuidas como a tus hijos hasta que caminan solas, dándoles lo mejor de ti. Y ahora estoy babeando.
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