Un cortejo de emociones

Es el Circo del Sol, el que en el año 1984 cambió el concepto de ese espectáculo, y por lo tanto se esperan grandes números. Como el de las camas elásticas casi al principio de la función en el que seis acróbatas realizan atrevidos saltos o el de la Rueda Cyr, una enérgica actuación en la que cinco artistas realizan solos y en grupo figuras dentro de un aro. También se da por hecho que los trapecistas mantendrán con un hilo al espectador en un arriesgada y compleja ejecución. Todo ello verá en 'Corteo' aunque lo más llamativo, lo que de verdad hará de las más de dos horas de espectáculo una experiencia, no será la precisión de los atletas que se sobreentiende sino la espectacular puesta en escena, la conmovedora partitura y la historia, la única en la que todos los personajes son humanos de los 21 espectáculos que la compañía tiene actualmente de gira por todo el mundo, y que emociona desde los primeros minutos.

'Corteo' uno de los eventos culturales más relevantes y esperados del año que está a punto de empezar en Santander está protagonizada por el payaso Mauro que vive su propio funeral en un ambiente carnavalesco mientras unos ángeles de la guardia vigilan en silencio. En ese cortejo en el que se van sucediendo los números se yuxtapone lo grande con lo pequeño, lo ridículo con lo trágico y la magia de la perfección con el encanto de imperfección.

No se trata de un espectáculo nuevo. En realidad,' Corteo' se estrenó en el año 2005 en Montreal (Canadá) y durante diez años giró, en formato carpa, por diecinueve países. En 2015 se hizo un parón para readaptarlo al formato pista, un trabajo que se hizo durante tres años y del que salió fortalecido pues no sólo no perdió ni un ápice de su esencia, sino que además se enriqueció con nuevos número aéreos -casi hay más artistas por el techo del escenario que en el suelo-, y uno con hula-hoop en el que una bella gitana deslumbra con su habilidad para hacer girar con su cuerpo multitud de aros.

Desde 2018 todos los amigos de Mauro, 52 artistas de 18 países, le velan en una pista que ha dividido el escenario giratorio en dos con cada mitad del público en frente de la otra. Es la primera vez que el Circo del Sol coloca así a los espectadores y eso permite que unos y otros se vean al tiempo que obliga a que los artistas, y eso sí que es el más difícil todavía, a actuar sin dar la espalda en ningún momento de la función.

El diseño de este escenario, de 40 metros de largo, se compone de tres carriles en la parte más alta para facilitar todos esos números aéreos y está ambientado para sumergir al público en un mundo lírico con distintos elementos. Así, por ejemplo, las cortinas que sirven de telón están inspiradas en una pintura de 1885 del artista parisino Adolphe Willette y, en el resto de la escenografía hay influencias de artistas como Willete, Picasso, Tripolo, Pelez y Knighat.

Otro de los elementos más llamativos es el laberinto central que reproduce las proporciones y medidas del diseño clásico del pasillo de la catedral de Chartres.

¿Y por qué hay que ir a ver este espectáculo¿ ¿Qué va a ver el público? Por acompañar a Mauro el payaso soñador y personaje central de la obra que participa en la mayor parte de los números. Uno de los más vistosos es el de los candelabros, en el que cuatro mujeres, los antiguos amores del protagonista, se cuelgan de unas lámparas gigantes para realizar acrobacias aéreas que parecen imposibles. Otra de las artistas simula una marioneta que aparece de repente en el escenario para jugar con Mauro en una escena que evoca la playa de su infancia. No faltan los malabares con anillos, aros y palos y un número de correas en pareja. En otro momento de la función, un acróbata sorprenderá al público con su equilibrio y finura mientras actúa en varias escaleras tratando desesperadamente de alcanzar un ángel que le mira desde arriba.

Pero quizás, el momento más bello de la función, al menos el más tierno y poético, se produce con la ayuda de unos globos de helio en los que una de las artistas, la pequeña payasa, se desplaza de un lado a otro de las gradas por encima de las cabezas de los espectadores.

Esta payasa, una diminuta actriz cuyo tamaño se agranda en el escenario, protagoniza junto a otro payaso al que también le faltan muchos centímetros para llegar al metro de altura, algunos de los momentos más entrañables de 'Corteo', como el que se desarrolla en el Teatro Íntimo en el que ocho personajes se amontonan en un pequeño teatro como el que se ubicaba en los carromatos que recorrían los pueblos en el siglo XIX para ofrecer una salvaje y alocada versión de 'Romeo y Julieta'.

Otro de los protagonistas es el gigante Victorino, un actor argentino que es el mejor amigo de Mauro en la obra y un cantante de ópera aficionado que se imagina así mismo como un gran artista de renombre. Sus momentos en el escenario provocarán muchas sonrisas entre el público.

Sr. Loyas, 'el silbador', un maestro de ceremonias como el que poseen los circos tradicionales o el payaso blanco, una figura de autoridad en este alocada troupe son otros de los personajes junto a 'El angelito'que protege la cama de Mauro que participarán en este cortejo que en las próximas semanas iniciará una gira por toda España.

La escenografía, los números y esos entrañable protagonistas son una parte esencial de una obra que se completa con su banda sonora, en directo y creada exclusivamente para este espectáculo. Si en la historia de la música la canción 'Alegría', compuesta para el espectáculo del mismo nombre del Circo del Sol, se ha ganado su propio lugar, la partitura de 'Corteo' tampoco dejará indiferente. Todas las canciones son originales y están interpretadas en italiano, francés y español.

Todo para despedir a Mauro que, en su lecho de muerte, ve llegar a sus amigos y colegas hasta su velatorio. Pero, ¿asisten a su última actuación o podría ser todo un sueño?