Mariano Venancio
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Mariano Venancio
Está a punto de estrenar una película 'Odio el verano', dirigida por Fernando García-Ruiz, y al tiempo prepara el que es su proyecto más importante: una trilogía sobre la memoria de histórica de que también escribe en los guiones, pero esta noche, a las ... 21.00 horas, el popular actor Mariano Venancio (Salamanca, 1947) recogerá el Premio Demetrio Pisondera del Festival de Cortos de Torrelavega en el Teatro Concha Espina. Un reconocimiento que dice hacerle muy feliz porque asegura ser un gran defensor de los cortos, «la mejor escuela para los cineastas».
-El Festival de Cortoetrajes de Torrelavega premia hoy «su hondo compromiso con el audiovisual en formato corto». ¿Cómo recibe este reconocimiento?
-Encantado porque es verdad que desde siempre he defendido el cortometraje porque considero que es un largo al que quitan lo que les sobra. Que nadie dude que tiene la misma categoría que cualquier película. Yo mismo estoy encantado de trabajar en cortometrajes.
-Uno de los últimos fue 'Whirlpool 3933' que rodó en Cantabria con José Luis Santos. ¿Qué recuerdos tiene de ese trabajo?
-Lo recuerdo con mucho cariño y, sobre todo, mucha ternura. Yo era el mayor de todos, en edad y trayectoria, así que compartí muy buenos momentos con todo el equipo. Salió muy bonito y nos dieron varios premios tanto al corto como a mí como protagonista.
-¿Qué mensaje les dejará a los cortometrajistas cántabros?
-Que el corto es la mejor escuela para un cineasta y que, como decía antes, tiene la misma categoría que los largometrajes porque no voy a decir títulos pero hay muchas películas por ahí a las que les sobra tanto que deberían haberse quedado en un corto.
-¿Desde sus primeros trabajos en cortos a estos últimos, ¿qué es lo que más ha cambiado?
-Muchas cosas, pero la principal es que entonces se hacían con película por lo que se iba mendigando a los rodajes de los largos para que te dieran recortes de películas y hasta que no tenías muchos no podías rodar. Así que imagínate lo que costaba. Y ahora, ya ves, hasta con un teléfono los haces.
-La primera película de cine en la que trabajó, en el año 1975, se titulaba 'Zorrita Martínez'. ¿Qué le parece ahora ese título?
-Algo impensable (ríe) pero cuidado, estaba dirigida por Vicente Escribá ni más ni menos que no era ningún principiante. Tengo que confesar que yo me había olvidado de esta película, precisamente, por el rechazo que me causa ese ridículo y obsceno título, pero al cabo de años me dio por mirar mis derechos de imagen y comprobé que esa película es una de las que más dinero me da y que la han pasado por todas las televisiones.
-Después hizo un montón de películas más pero el exitazo le llegó con 'Camino' y 'Mortadelo y Filemón'.
-'Camino' se estrenó en 2008 y ha sido la película más premiada y también la más seria que he hecho. Pero justo antes estrené la primera parte de 'Mortadelo y Filemón' aunque luego hicimos otras dos, una de ellas de animación.
-Luego se le ha visto menos.
-Porque estuve mucho tiempo en iberoamérica. Trabajé en dos películas y en una serie histórica muy importante y que tuvo mucho éxito, sobre todo en Colombia, y también hice una gira de teatro en Argentina. Pero, sobre todo, trabajé en Colombia, creo que he estado como más de seis veces y también participé en una coproducción.
-¿Es verdad que allí le llamaban el Robert de Niro español?
-Sííí.. (vuelve a reír) y para mí es un honor claro, supongo que será porque mi voz se parece a la del actor que le dobla allí y también porque me pongo unas gorras parecidas a las que él usa y algunos de los rasgos de mi cara son parecidos.
-¿En qué proyectos trabaja ahora?
-Pues no paro. Estoy lleno de actividad. Ahora mismo trabajo en un proyecto de tres películas sobre la memoria histórica, aunque no te puedo contar mucho más que es un gran proyecto con Jorge Nuñez, que también es actor, director y profesor de cine, que estoy muy metido en él y muy ilusionado. Ahora andamos con la escritura de los guiones y en la preproducción.
-Iba para maestro, ¿se imagina que hubiera ocurrido si no se hubiese empecinado en la interpretación?
-Incluso llegué a dar clases sustituyendo a algún compañero maestro. No sé lo que hubiera pasado, pero de algún modo no he perdido aquella vocación por enseñar, lo que pasa es que ahora hablo de cine, teatro o televisión y participo en talleres o en charlas y conferencias. Creo que es algo que debo de hacer como una forma de devolver todo lo bueno que a mí me ha dado este oficio y transmitir todo lo que he aprendido.
-¿Y qué es lo que transmite en esas charlas?
-Lo primero que les digo es que es muy difícil vivir de esta y de todas las profesiones artísticas y que es muy importante que tengan bien claro qué es lo que quieren hacer en la vida y que por eso que cada mañana, cuando pongan los pies en el suelo nada más levantarse se pregunten a sí mismos ¿qué quiero ser yo? y sí se responde que actor o pintor vayan a por ello. Es un oficio muy placentero aunque el camino es durísimo, aunque también hermoso. Yo mismo he dormido debajo de los árboles del Parque del Oeste y no me rendí aunque me ha costado mucho llegar a donde estoy.
-Pero antes de eso pasó por el teatro, algo que según ha reconocido que es su gran pasión.
-Lo es y cada vez que me preguntan qué me gusta más si el cine, el teatro o la televisión siempre digo que el oficio de actor se aprende encima de un escenario. El teatro es algo consustancial al ser humano. Las pinturas de las cuevas prehistóricas no dejan de ser escenas teatrales que se hacían como forma de comunicación y eso es el teatro. El cine, la imagen, tiene poco más de cien años, y los actores no somos dueños de ella, es el director o el encargado del montaje el que manipula esa imagen a su gusto.
-Su trayectoria está tan bien muy ligada a la televisión. ¿Es de los que cree que las grandes plataformas y la proliferación de series han supuesto un salvavidas para los actores?
-Soy miembro de la Academia de Cine y cómo sabes hemos denunciado que las plataformas quieren manejarlo todo lo que puede acabar con el cine independiente. En eso veo cierto peligro que me preocupa. Pero también es cierto que dan trabajo, no lo podemos negar, aunque ahora mismo hay tantas televisiones, tantas cadenas y tantos sitios donde ver trabajos audiovisuales que temo esos trabajos sean algo efímero.
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