Cuatro trayectos solidarios para visibilizar la ELA

Cargado de símbolos y metáforas poéticas y con las ideas claras y abiertas a un mensaje de visibilidad de la enfermedad y de resiliencia, tras ese «vuelo» se revelan la lucha, la aceptación y la adaptación. Y, como medio para emprender los trayectos, la bicicleta se postula como «velocidad, luz, viento cálido, placer, verano, sol, hierba».

Un relato basado en la amistad, la confianza y la diversión, que reinventa una fórmula para abrir una ventana al exterior desde la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Maribel Fernández, empresaria y peluquera, fundadora y presidenta de la Asociación San Salvador de Nestares y profesora de pandereta y bailes regionales, quien padece desde hace poco más de un año esta devastadora enfermedad, ha impulsado el relato que se presenta el próximo sábado, día 10, en La Casona. Una publicación que surge desde esa afición común de cuatro amigas, la bicicleta, «entendida como disfrute, paseos, libertad y alegría y el compromiso de pedalear por una amistad que se sustenta en valores fundamentales como el amor, la lealtad y la solidaridad». El proyecto pretende, además de dar a conocer rutas por Campoo, «visibilizar la enfermedad, evitar el aislamiento que provoca y aportar un pequeño gesto de apoyo a la Asociación cántabra de ELA CanELA».

En esta aventura, también pedalean junto a las autoras, el poeta Regino Mateo que ha escrito un prólogo, el artista Nacho Zubelzu, autor de la portada y de las ilustraciones y Jesús Allende, encargado del diseño. Y, con ellos, los Ayuntamientos de Reinosa, Campoo de Enmedio y la Hermandad de Campoo de Suso, cuya colaboración ha permitido sacar adelante la publicación. A la puesta de largo acudirá también, el presidente de la Asociación Cántabra y presidente de la Confederación Nacional ConELA, Fernando Martín, que mantiene una incansable actividad por sacar adelante la Ley ELA. En la puesta de largo, además se contará con la voz de la actriz y rapsoda, Raquel Martín.

«Para nosotras, la bicicleta, al igual que la libélula, tiene la habilidad de bailar con el viento. Frágiles, en apariencia las dos, sin embargo, montadas en el sillín, hemos conseguido desarrollar alas tan resistentes como las de este bello insecto, que nos ha enseñado a ser constantes, pacientes y fuertes» matiza la periodista Pilar Lorenzo. El origen de lo que es hoy un territorio de solidaridad y resistencia se sitúa hace cinco años cuando apenas se conocían pero decidieron unirse para desarrollar una afición común, pasear en bici forjar una gran amistad. La ELA se cruzó en ese mundo de proyectos, de ilusiones y de futuro. Una enfermedad que aísla, que aleja, que encierra, que invalida. Por eso, «decidimos que, si la bicicleta nos unió en un primer momento, seguiría, ahora, siendo nuestra conexión», señala Rosa Medrano, técnico de Anatomía Patológica. Así que resolvieron recoger por escrito todas esas conversaciones y recuerdos.

Inventaron fórmulas para continuar con «un idioma secreto» y seguir comunicándose, de alguna forma, a través de la bicicleta. «Sobre todo, porque creemos que es posible asomarse a la ventana del tiempo y revivir las cosas bonitas del pasado, para dar sentido a un presente jamás esperado», según la profesora Marimer Navarro.

«Aunque me he convertido en un interior por donde paseo y hasta pedaleo, todos esos recuerdos y estas experiencias montada sobre una bicicleta, me permiten salir al exterior como un sueño y volver a mi yo interior, comprendiendo lo incomprensible», confiesa Maribel Fernández, quien añade que su vida ha cobrado un sentido al poder ayudar a CanELA.

Y el resultado es este volumen de 80 páginas, que contiene 12 rutas trazadas por los mismos lugares que las campurrianas han recorrido a golpe de pedal, atravesando los municipios de Reinosa, Campoo de Enmedio y la Hermandad de Campoo de Suso.