«En los cuentos tradicionales abundan más heroínas de las que se conocen»

La adaptación de 'Molly y el gigante', un cuento muy popular en los países anglosajones, permite a dos personajes que se reencuentran recordar una historia que se contaban siendo niños, la de una niña valiente y muy decidida que tras refugiarse con sus hermanas en una casa del bosque logra, con su gran ingenio, vencer al gigante que vive en ella.

«En realidad hay muchos más historias protagonizadas por personajes femeninos de las que pensamos», asegura, lo que pasa es que no han llegado hasta nosotros. Y es que, según dice, de los miles de cuentos que hay por el mundo apenas se conocen bien los doscientos que recopliaron los hermanos Grimm o lo que últimamente presenta la factoría Disney. «Es cierto, que sobre todo en el caso de los Grimm, se sacaron a la luz cuentos en los que las mujeres tenían papeles más pasivos, pero los que nos dedicamos a esto sabemos que hay muchas mujeres heroínas que no esperan a ser rescatadas por un príncipe. Aunque hay que tener en cuenta, que en el momento en que se intentaron popularizar los cuentos, en el siglo XIX, la mayor parte de las recopilaciones fueron hechas por hombres y muchas veces vinculados a la Iglesia por lo que los mensajes que transmitían también fueron adaptados a la mentalidad de la época».

Y es que, tal y como explica este narrador, los cuentos no deben entenderse de manera literal a cómo vienen escritos. «Normalmente los cuentos relatan un viaje, el de una persona que se suele ser de condición humilde y que tiene que enfrentarse a muchas dificultades para sobrevivir. Será su comportamiento, el ser buena persona y ayudar a los demás, lo que hace que consiga una recompensa, que se presenta en forma de esa boda con la princesa, pero que en realidad lo que quiere decir es que gracias a esas cualidades, a ese comportamiento, conseguirás ser el dueño de tu propio destino. Eso es lo que significa en un cuento casarse con el hijo o la hija de un rey», señala.

Tras el «colorín colorado» «y fueron felices y comieron perdices» con el que suelen concluir estas historias empieza, según explica Alberto Sebastián, otro cuento. «Esa frase es una buena manera de trabajar con esas historias, imaginar qué pasó después o incluso que hubiera pasado si se hubieran desarrollado otras circunstancias. Es un mecanismo muy bueno para poner en marcha la imaginación, trabajar y que los chicos y chicas empiecen también escribir. Los cuentos son un buen material que puede dar lugar a la reflexión, a crear y a imaginar sus propias historias».

En estos tiempos de covid, dice, no es tan fácil vivir de cuentacuentos, un oficio que desarrolla con gran éxito desde hace décadas. «Como en cualquier otro arte escénico, es un trabajo súper satisfactorio que te permite viajar y conocer gente fantástica. Con sus vaivenes y mucho trabajo, pero yo estoy muy contento aún con su parte complicada».

A esa parte a la que se refiere, y humildemente insiste que ocurre en otros muchos trabajos, la crisis sanitaria le ha venido a golpear duramente. «En otras comunidades muchos compañeros y compañeras están pudiendo trabajar en colegios, en Cantabria aún no y para la gente que contamos cuentos son muy importantes las escuelas. Me echo a temblar solo de pensar que el curso que viene continúe esta normativa».

Él, básicamente, se dedica a los cuentos clásicos, «porque me interesa la palabra escrita y la tradición oral», pero asegura que en la actualidad hay un gran número de autores, que junto con los ilustradores, están escribiendo cosas muy buenas que ya están llegando a las sesiones de cuentacuentos. Él normalmente trabaja con los relatos de distintos autores, según las necesidades de los niños y niñas a los que se dirige, y es autor de dos publicaciones: la adaptación de un cuento tradicional y de otro que tal y como explica «es totalmente mío» una historia que escribió hace más de veinte años, que lleva por título 'Capitán Calabrote' y que aún se sigue vendiendo en las librerías.

En cuento a sus próximos proyectos, además de 'Molly y el gigante', ha presentado una nueva sesión de cuentos que se ha incluido en el circuito 'EnREDarte' del Gobierno de Cantabria, y sigue preparando otras historias. «Lo importante es que la máquina no pare y no dejarse llevar por el desánimo y la apatía».