Por una cultura más allá del género

Ha ilustrado a algunas de las más grandes autoras de la literatura universal, como Virginia Woolf, Sylvia Plath y Jane Austen. También se ha lanzado a escribir sus propias obras, entre ellas su última novela, 'Flor fané'. La torrelaveguense Sara Morante reconoce que se ha sentido discriminada como autora en más de una ocasión: «He sentido sutiles muestras de prejuicios por el hecho de ser una mujer y escribir, como si el hecho de ser mujer me limitara». Y plantea ejemplos concretos en forma de «comentarios como 'tenía dudas porque eres mujer', por ejemplo, dicho como algo positivo», señala. A sus colegas masculinos les pide que «nos leyeran, como hemos hecho nosotras con sus libros desde hace siglos». También que «si les invitaran a una mesa redonda se aseguren de que hay representación de mujeres». «Todavía quedan muchos muros: prejuicios a la hora de leernos y de escucharnos», destaca. Por ello es «feminista y estoy en el feminismo que lucha por la igualdad».

Aunque ha trabajado mucho «como actriz, directora y gestora cultural», la cántabra señala que no ha sufrido discriminación, pero «no por una cuestión de suerte, sino de fuerza», ya que en algunos ejercicios de responsabilidad sí ha sentido actitudes machistas hacia su persona que ha sabido rebatir «cuando se han dado situaciones que rozaban la misoginia». Cree que sus compañeros de profesión podían impulsar el cambio «ayudándonos a visibilizar nuestro trabajo siempre que les sea posible». «A las mujeres directoras –añade– muchas veces nos es más difícil vender nuestros espectáculos, y eso sí lo he notado», explica. En esa línea, reclama «confianza para las gestoras culturales, que miren nuestro currículum, por los que hemos tenido que luchar mucho», insiste. En ese sentido, destaca que «tenga que haber iniciativas destinada a visibilizar nuestro trabajo en el campo de las artes escénicas demuestra que algo va mal». Por todo ello, manifiesta que «todavía hay mucho camino por recorrer».

Reconoce que ha tenido mucha suerte por trabajar con hombres que siempre han respetado su valía personal y profesional, pero es consciente de que «hay muchas profesionales de este sector que sí sufren discriminación por el hecho de ser mujeres». La presidenta de la Pacca, la agrupación de Productoras Asociadas de Cantabria de Cine y Audiovisuales, cree que el de la desigualdad entre géneros «es un problema mayor de la sociedad, de carácter estructural, que trasciende todos los sectores profesionales». A su juicio, la solución para por «un cambio de la mentalidad de la sociedad en la que vivimos», una transformación que debe partir «desde la educación que reciben nuestros hijos e hijas», así como del conocimiento de «los modelos que ellas tienen a seguir». Desde su propia trabajo, Solano aboga por «visibilizar el trabajo de las mujeres para que las jóvenes sepan que hay otros referentes». Reivindica la existencia de «un único feminismo en el que participen hombres y mujeres».

Creadora inquieta y multidisciplinar con una larga y prolífica trayectoria, Matesanz reconoce que, aunque no lo ha vivido en su propia persona, es consciente de que «en el ámbito artístico existe la discriminación hacia las mujeres, porque aunque la situación ha mejorado tradicionalmente se ha priorizado el trabajo de los hombres», explica. «No era algo que se manifestase de forma explícita pero al final quedabas excluida de muchas iniciativas». Desde su punto de vista, la solución a este problema pasa porque «los gestores no atendieran al género de los artistas, sino a la calidad de sus trabajos». «Y que tampoco se construyan discursos en torno al género sino que se hable de arte», añade, «porque si no parece que ellos pueden hablar de arte y nosotras tenemos que hablar de la mujer». La artista afirma que «en los últimos años se están consiguiendo avances hacia la equiparación», destaca. «Si eres mujer lo normal es ser feminista, pero eso no implica que tu trabajo gire en torno a éste», concluye.

La discriminación es algo que las mujeres seguimos viviendo diariamente», resalta la intérprete cántabra. «Las mujeres del ámbito de la cultura tenemos que trabajar el doble que los hombres para que se nos valore», denuncia. En su ámbito profesional, añade, «muchas veces la etiqueta de actriz es inferior a la de actor». Ello se traduce en que se ignore que «llevas años y años estudiando, trabajando y dejándote la piel para prepararte», destaca. Asimismo, reconoce que «de unos años para acá se ha dado un cambio bastante grande, aunque persisten muchos micromachismos que están metidos en las venas», detalla. «Que hoy en día sigamos teniendo que dar explicaciones lo dice todo», critica, y añade que ella no tiene por qué «andar dando explicaciones y demostrando si soy mejor o peor, somos todos compañeros y compañeras y es absurdo crear esas diferencias por género, nacionalidad o cualquier otro tema», resalta. Cercas es feminista y socia de la asociación 'Clásicas y modernas', entre otras.

La directora de la Orquesta Sinfónica del Cantábrico afirma que en su sector y en su caso «los casos de discriminación han sido algo habitual». Una realidad que se ha traducido en «comentarios machistas por parte de algún profesor hasta preguntas que te hacen en alguna entrevista, que no le harían a un hombre, como en el tema de la conciliación», denuncia, «o comentarios que ponen en duda tu profesionalidad», añade. «Parece que un director de escena o musical tiene que ser un hombre por defecto», critica. Frente a ese panorama, también destaca que «por suerte cada vez hay más mujeres en cargos importantes». A su juicio, supera esta situación de desigualdad para porque se valore «a los profesionales por su capacidad y trayectoria, no por su género». En el caso de la música clásica, señala, «aunque cada vez hay más presencia de mujeres directoras o intérpretes, la diferencia sigue siendo abismal». Por ello, trata de «potenciar el papel de las compositoras, músicos y solistas».

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