La cultura de Cantabria vive su mejor momento

Calzada comenzó su intervención con un preámbulo y conclusión a la vez: «todo es mejor que antes, sin la menor duda». La evolución que se dio en los años 80 supuso una desestacionalización, «sobre todo en las periferias, de una cultura basada en momentos puntuales», a convertirse en un «hecho cotidiano». Recordó en acuerdo entre los ministerios de Cultura y Obras Públicas, con unos 6.500 millones de inversión para rehabilitar 50 salas que dieron pie a que hoy «existan teatros donde no había» y la posibilidad de programar e invertir en cultura. «Fue otro momento radical para el cambio». Con la vista ya en la actualidad, Calzada afirmó que «nos toca ahora pensar que en las programaciones, lo que hoy es oro, si no evoluciona, no vale para nada».

«Entregué mi vida a la música, pero nunca debato sobre ella», explicó Rulo, que recordó ir a ver un concierto de Los Suaves en Reinosa, cuando tenía 10 años y solo se programan tres conciertos al año en la ciudad. Ese momento marcó su trayectoria; ahí decidió que ese iba a ser su futuro. «Ahora Cantabria está en el mapa de la cultura musical en mayúscula», celebró. De hecho, él fue pionero en recuperar la música en directo tras la pandemia dentro del ciclo La Cultura Contraataca. «El concierto más potente de mi vida lo di aquí para tan solo 150 personas». Situó el foco en los jóvenes, «en los que hay que poner especial mimo, porque son el futuro de la Cultura». Apeló también a la educación como tarea a mejorar; «Desde arriba no se motiva dedicarse a esto».

Mónica Álvarez Careaga ha sido crítica de arte, productora, gestora, directora de feria, ahora galerista «y lo que haga falta». Lograr vivir del arte durante tres décadas se debe a «la capacidad de adaptación», especialmente en una región pequeña donde no es posible especializarse y «todos valemos para todo».

Los artistas del paleolítico, con los que trabaja Roberto Ontañón, están muertos desde hace 15.000 años, «pero lo hacemos desde el presente y no debemos dejar ese legado se fosilice». «No ha sido un camino de rosas», pero se ha mejorado sobre todo «en la propia gestión de este patrimonio», señaló el director del Mupac, desde donde, en las últimas décadas han tratado de insistir en la labor de acercarse a la ciudadanía. «La declaración de Patrimonio Mundial fue un espaldarazo clave para generar esa conciencia», con los avances en infraestructuras que serán «una inversión importante que tendrá retornos muy positivos».

Todos coincidieron en la defensa del turismo cultural como motor económico, sin mezclar a los gestores de cada una de esas áreas de actividad.