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Momia guanche del Barranco de Herques. EFE/Emilio Naranjo
Cultura inicia la retirada de los restos humanos de los museos estatales

Cultura inicia la retirada de los restos humanos de los museos estatales

La momia guanche ya no se expone en el Arqueológico y los 16 museos estatales no exhibirán restos de personas salvo en casos «imprescindibles»

Lunes, 24 de febrero 2025, 12:08

Quien visite este martes el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (MAN) ya no verá en sus salas a llamada momia guanche del barranco de Erques, los restos humanos momificados hace más de 850 años de uno de los antiguos pobladores de la isla de Tenerife, cuyas autoridades llevan años reclamando su retorno al archipiélago. Su retirada este lunes, día de cierre del museo, es todo un símbolo consecuente con la decisión del Ministerio de Cultura y su actual titular, Ernest Urtasun, de descolonizar los museos estatales y adoptar nuevas normas éticas sobre la exhibición de restos.

Los cambios y la retirada de piezas son la respuesta al Informe técnico sobre el tratamiento de restos humanos depositados en los museos estatales, con 14.845 piezas de este tipo inventariadas. Un informe que el Ministerio de Cultura encargó hace tiempo y que propone una nueva política museística para que solo se exhiban restos humanos cuando sean «imprescindibles».

Se toma la medida tras la adopción de la 'Carta de compromiso para el tratamiento ético de restos humanos'. «Es una iniciativa que responde a la actualización de criterios museológicos de acuerdo con el Código Deontológico del Consejo Internacional de Museos (ICOM) y las tendencias museológicas internacionales», destaca Cultura. El documento «recomienda un tratamiento de respeto y dignidad, conforme a los intereses y creencias de sus comunidades de origen».

Más retiradas

Se comprometen a asumir una norma «ética» para no exhibir vestigios humanos en los dieciséis museos de titularidad estatal, entre los que se cuentan los de Altamira, Mérida o el de América. En el de América se cubrirán las vitrinas que exhibían a personas momificadas originarias de Perú, restos como la momia de la cultura de Paracas en la sala del tesoro quimbaya, y que serán retiradas.

Del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida se retiran los restos de un enterramiento. En el museo Nacional de Altamira se deja de exhibir el cráneo calcolítico de la cueva de las estalactitas, que se ha llevado ya a los almacenes junto al resto de su esqueleto, del que estaba separado. En su lugar se expondrá una reproducción de cráneo de un sapiens en la vitrina dedicada a la evolución humana.

Exhibir estos restos ha sido y es una práctica común y aceptada por muchos museos del mundo, del londinense British, al museo de El Cairo. En ellos se exhiben restos humanos como esqueletos, cráneos, cabeza jibarizadas, huesos, objetos rituales y religiosos que, en buen medida, se atesoraron durante la Ilustración. En los casos más extremos se exhibían para mostrar la inferioridad de otras etnias a través de sus vestigios o sus costumbres, utilizando elementos biológicos para ilustrar realidades culturales.

Coherencia

Desde hace años un movimiento propone un cambio en el tratamiento y exhibición de estas piezas que se ha sustanciado en documentos como el código deontológico del ICOM. En España algunos museos se habían anticipado a este movimiento en los últimos tres años, retirando de sus salas cráneos y personas momificadas. Cultura precisa que sus museos han elaborado esta carta de compromiso, «a modo de buenas prácticas» para «garantizar la correcta conservación y tratamiento de los restos humanos que custodian, con independencia de su cultura y contexto de procedencia». La carta afecta al tratamiento de «personas momificadas, huesos, tejidos blandos u objetos con elementos procedentes de restos humanos (excepto cabello, uñas o dientes), entre otros».

La medida es coherente con la intención de Urtasun de «descolonizar los 17 museos estatales» y plantear un «proceso de revisión de las colecciones que permitan superar un marco colonial que han lastrado, en ocasiones, la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico».

Al almacén

Fuentes del MAN confirmaron este lunes la retirada de la momia guanche sin precisar qué otras piezas se dejarán de exponer. Se conservará a partir de ahora en los almacenes del museo, accesible a técnicos, investigadores y a quienes «se acrediten como miembros de la comunidad o grupo étnico o religioso de origen».

La momia de Erques es la de un varón adulto, entre los 35 y 40 años, de 1,62 metros tumbado boca arriba. Unos restos que venían reclamando con reiteración tanto el museo de Tenerife, que exhibe decenas de cráneos y resto humanos, como el cabildo de la isla en un tira y afloja entre la política canaria y nacional.

Recuperada en 1763 en el barranco de Erques, entre los municipios de Güímar y Fasnia, fue trasladada a Madrid en el siglo XVIII como un regalo al rey Carlos III. Conocida popularmente como Jacinto, pasó por el Museo de Antigüedades de la Real Biblioteca (1766); el Real Gabinete de Historia Natural (1771, luego denominado Museo de Ciencias Naturales en 1815); el Museo Nacional de Antropología (1910) y las sala del Museo Arqueológico Nacional (2015). Incluso fue llevada a la Exposición Universal de París de 1878.

Para negarse a su regreso a Tenerife, el MAN argumentaba que la pieza «tiene un contexto histórico y está expuesta con unos estrictos criterios de conservación», un argumento que ahora declina. «No se trata de mostrar el resto humano por el resto humano, sino que hay una contextualización histórica», llegó a afirmar la directora del MAN, Isabel Izquierdo.

En 2022 el MAN remodeló su Sala Orígenes y retiró los restos de Agustín Luengo, 'el gigante extremeño', cuyo esqueleto formaba parte de las colecciones fundacionales del museo. También retiró de la muestra permanente a las momias de Atacama, respetando así la voluntad de su comunidades de origen, que se oponen la exposición de sus antepasados.

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