Danza para ocho estaciones, música y teatro barroco en el cartel del Palacio

Como si de un puzzle se tratara, el Palacio de Festivales mezclará esta semana en su programación, un vaivén de siglos y personajes. Del XV al XIX. De la danza a las palabras. Del teatro clásico reconvertido a las historias para los más pequeños. Todo con cierta relación entre sí y las tablas del Palacio como punto escénico común.

La primera de las actividades será un tú a tú entre Jesús Castanedo, director de la Cocina Económica, y Manuel Galán, director de coral y organizador de conciertos solidarios. Ambos disertarán el miércoles (11.15 horas) sobre 'Lázaro de Tormes. Un juglar del siglo XXI'. Eso será por la mañana, antes de que una propuesta en torno a ese mismo tema se represente por la tarde.

Así, a las 19.30 horas, se podrá disfrutar de 'Fantasía + Lázaro de Tormes. Un juglar del siglo XXI', un concierto con autores de los inicios del barroco español, llevados desde la vihuela hasta la guitarra eléctrica, que desemboca en un monólogo teatral con el célebre anónimo del s. XVI traído a pleno siglo XXI.

Un proyecto que suma a Enrike Solinís a la vihuela, guitarras barroca y eléctrica, a la compañía cántabra Ábrego Producciones, con dirección de Pati Domenech, dirección y Antonio Fernández como intérprete.

Solinís Azpiazu está considerado como uno de los más personales músicos de su generación. Ha colaborado con prestigiosas formaciones. Es fundador y director del grupo Euskal Barrok Ensemble y posee su propio sello discográfico.

Su talento musical en piezas de los siglos XV a XVIII se suma a Ábrego Producciones que ofrece esta personal versión de 'El Lazarillo de Tormes', en la que Domenech y Fernández pretenden acercar la novela a nuestro tiempo sin perder su esencia: respetando el texto original, los elementos que conforman la puesta en escena -interpretación, vestuario, escenografía, música...- resaltando situaciones próximas a nuestra actualidad social: explotación infantil, diferencias de clase, arbitrariedad de la justicia... y un largo etcétera de asuntos de interés literarios y sociales.

El viernes (19.30 horas), el espacio se transformará en un universo onírico y plagado de sueños, acunado por la música de Antonio Vivaldi y Giovanni Antonio Guido. Sobre ella dibujarán su danza de 'Las estaciones' los integrantes de Malandain Ballet Biarritz.

Thierry Malandain fusiona en un mismo programa 'Las cuatro estaciones' de Vivaldi, una de las obras más conocidas e interpretadas de la historia, y 'Las cuatro estaciones' compuestas por su contemporáneo y compatriota Giovanni Antonio Guido, prácticamente desconocidas.

Reunir ambas composiciones en un mismo programa es una apuesta arriesgada porque, aparte de ser contemporáneas y de celebrar la naturaleza, no tienen nada en común.

Malandain, autor de más de 80 coreografías, mantiene la coherencia con el camino iniciado en sus últimos ballets en torno a las relaciones de la humanidad con los seres vivos y la naturaleza. Creado en 1998 a iniciativa del Ministerio de Cultura y de la ciudad de Biarritz y con el apoyo de la Región de Nueva Aquitania y del Consejo departamental de los Pirineos Atlánticos, el Malandain Ballet Biarritz es uno de los diecinueve centros coreográficos nacionales (CCN) existentes en Francia.

La particularidad de Malandain Ballet Biarritz es que está formado por veintidós bailarines con formación técnica clásica y cuya expresión, a través de las coreografías de Thierry Malandain, es contemporánea.

En la actualidad es una de las compañías con más espectadores de Europa, unos 100.000 por temporada y cerca de 100 representaciones al año, un tercio de las cuales son en el extranjero.

Los más pequeños tendrán su espacio el sábado (17.00 horas) , con la representación de 'Quelonia y el mar', de Teatro Gorakada.

Dora Cantero dirige una historia interpretada por Nerea Ariznabarreta, en forma de canción que habla de amistad y supervivencia, de la búsqueda de un lugar propio en un mundo donde lo que beneficia a unos puede perjudicar a otros y viceversa.

La pequeña tortuga nace una noche sin luna en la playa. Su instinto le dice que debe seguir el reflejo de las estrellas sobre el agua para llegar hasta el mar, pero, confundida por las luces de la ciudad, la pequeña tortuga se adentra sin saberlo, en un mundo completamente diferente.

Una historia tierna y divertida contada entre los bastidores de un teatro, hilada a través de la música en directo y el teatro de objetos.

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