«Debemos disfrutar de cada momento y dedicar más tiempo a las emociones»

La obra es todo un reto, tanto para Miriñaque como para la directora y coreógrafa, que habitualmente reside en Montevideo (Uruguay) donde trabaja como maestra repetidora del Ballet Nacional Sodre, pero que decidió tomarse seis meses sabáticos para estar en su tierra con su familia. Un tiempo en el que surgió este proyecto, una obra de danza-teatro donde el realismo mágico cobra vida a través de los juegos infantiles y en el que no podía faltar el guiño al país iberoamericano que la acogió hace diez años y también a Escocia donde comenzó su carrera pues 'tá' también es una expresión que se usa en ese país aunque con otro significado.

La obra, tal y como ella misma explica, no hubiera podido hacerse sin el apoyo y complicidad de Escena Miriñaque, y en ella se pone de manifiesto que las emociones primarias como la alegría, el enfado, el miedo, la tristeza, la confianza o la felicidad servirán como herramientas fundamentales para enfrentarse en la vida a todo tipo de situaciones. Así lo explica Lorena Fernández, que está a punto de regresar a Montevideo para seguir con su carrera artística en el Sodre.

'tÁ', según señala es uno de esos espectáculos familiares tan en boga, «y en eso Miriñaque lleva mucha ventaja», pero con un guiño a los adultos que les acompañen a la representación. Es una obra en la que dos intérpretes, -una actriz y una bailarina- Ivana Heredia y María Canel, utilizan su cuerpo y onomatopeyas para destacar que «hay que dedicar más tiempo a las emociones de nuestros hijos pese al ritmo frenético en el que vivimos», tal y como expone.

Ella misma es madre de tres hijos que en el fondo han sido el motor para esta creación. «Tenía ganas de dirigir, de crear una obra y desde que soy madre tenía claro que quería hacer algo dedicado a los niños. Una pieza que pusiera en valor la necesidad de reflexionar sobre lo importante que es vivir cada momento y dedicarle el tiempo y espacio necesario a las cosas que nos pasan cuando nos relacionamos con otros en el medio en el que vivimos. Una obra acerca de crecer sin prisas, dedicando el tiempo necesario a las emociones que tienen como propósito ayudarnos a sobrevivir, dirigir nuestra conducta y favorecer la relación de los unos con los otros», dice.

Se volverá a Uruguay el próximo día 5 de mayo satisfecha de cómo ha ido fluyendo el proyecto, del trabajo en conjunto con las intérpretes y el personal de Miriñaque, y, sobre todo, de haber podido cumplir sus propósitos porque, tal y como señala, los adultos que han visto la obra tanto en el ensayo general como anoche en Valladolid también se han divertido con estos dos personajes simpáticos y elocuentes que llevan el hilo de la obra. «Al final, la idea es mostrar toda esta idea de ayudar a crecer a nuestros hijos sin prisa por medio de juegos y creo que lo hemos logrado».

Para ella, además de lo artístico, era muy importante lo escénico. Recuerda su formación en danza clásica «y no quería que la escenografía se apoyara en pantallas tal y como se hace mucho ahora, me apetecía una puesta en escena realista y tirando a clásica o tradicional. Algo que también me ha hecho, de alguna forma, volver a mis raíces en la danza».

Así, la historia se desarrolla en un bosque en el cual, tal y como se destaca en la sinopsis, se naturaliza la irreal o extraño como algo común: «Sus dos personajes peculiares, divertidos, y sensibles establecen una relación de amistad basada en el crecimiento emocional a través del juego», explica.

A nivel personal, tal y como indica, esta producción está muy relacionada con otro de las actividades que desarrolla en Montevideo además del de la compañía que actualmente dirige María Noel Riccetto tras Julio Bocca e Igor Yebra con los que también trabajó la cántabra. Se trata de un proyecto relacionado con la docencia y las emociones, que precisamente la propuso Bocca pues está a cargo de un profesor argentino, y que consiste en impartir determinadas asignaturas como matemáticas o literatura con ejercicios de baile. Una nueva herramienta didáctica que se emplea para alumnos de hasta segundo curso de primaria y que a Lorena Fernández le ha proporciona mucha felicidad «es algo que me gustaría poder desarrollar en un futuro incluso en España cuando me plantee la vuelta», algo que aún no parece cercano pues tiene muchos proyectos en Uruguay. Pero antes de regresar tiene una última cita en su tierra pues el próximo día 2 de mayo participara en una de las sesiones del ciclo 'La caja de cristal' que se desarrolla en el Palacio de Festivales, un encuentro en el que podrá hablar de todos esos proyectos que lleva a cabo.

¿Y qué se lleva de esta viaje? Además de poder sobre el escenario su nueva creación, la experiencia de trabajar con Miriñaque. «Me he dado cuenta de que en Cantabria hay muchas compañías y se desarrollan grandes trabajos, pero tal vez el público no conozca que todas esas producciones son fruto del trabajo y el esfuerzo de las compañías que se enfrentan a muchas dificultades para sacar sus proyectos adelante».