Antonio Navarro | Director de la Filmoteca de Cantabria

«Mi decisión de dejar la Filmoteca se debe a motivos estrictamente personales»

–¿Por qué deja la dirección de la Filmoteca si presenta una una línea de actuación coherente?

–Mi decisión está tomada por motivos estrictamente personales, del ámbito familiar, no obedece a ninguna otra cuestión. Como dice, la Filmoteca mantiene una programación coherente, acorde al objetivo de realizar una difusión cinematográfica que recoja la diversidad de lo que el cine ha sido y es en la actualidad.

–Recaló en Santander tras un periodo convulso que generó un ambiente enrarecido. ¿Cree que le ha perjudicado a la hora de desarrollar su gestión?

–No he sentido ni detectado nunca ninguna actitud que haya ido en contra de la labor de la Filmoteca. Al contrario, siempre he encontrado apoyo y ganas de colaborar y aportar. De hecho, supongo que en buena medida esto se debe a la decisión tomada de ofertar la plaza a través de una convocatoria pública que estaba regida por los principios de igualdad y méritos, una buena práctica en la gestión por la que siempre deberíamos apostar. Yo llegué a Cantabria después de presentarme a esta convocatoria pública, entiendo que esto relajó ese ambiente.

–¿Se ha sentido integrado, o ha faltado diálogo para abordar un proyecto de consenso?

–Me he sentido integrado plenamente. Una de las características que ha tenido la Filmoteca bajo mi dirección ha sido la de ser una institución abierta e integradora, algo que era uno de los pilares del proyecto que presenté en mi candidatura.

–Hay quien opina que le ha faltado visibilidad...

–Este debate siempre existe. Siempre se puede hacer más por comunicar tu trabajo, aunque sinceramente creo que hemos realizado un gran esfuerzo en transmitir nuestras acciones. Además, hemos estado presentes en gran parte de las actividades culturales de la comunidad. Para la Filmoteca lo importante siempre ha sido poner al cine en el centro del debate.

–Como radiografía personal, ¿qué aspectos destacaría y cuál es su autocrítica?

–La Filmoteca ha aumentado su registro en estos años. Hemos incorporado a nuestra actividad la labor de archivo a través del programa de recuperación del cine familiar y amateur. Pero lejos de quedarnos ahí, el año pasado conseguimos dar un paso más, ya que en colaboración con la Filmoteca Española abordamos la restauración de los cortometrajes realizados en la Escuela Oficial de Cine por Mario Camus. Todo este trabajo ha sido novedoso, pero si tuviera que destacar uno porque ha supuesto la primera experiencia, me atrevería a decir que a nivel nacional, de este tipo sería el programa DCP, el fruto del nivel de colaboración que hemos mantenido con la Cantabria Film Commission. Los encuentros DCP han supuesto una actividad desde la que trabajar con el sector audiovisual de Cantabria para buscar un nivel de profesionalización aún mayor del ya existente. También me gustaría destacar que desde 2020 realizamos la publicación anual de las memorias de actividades.

–¿Más que en su programación, por supuesto pilar esencial, una entidad así no debería potenciar su labor documental prácticamente inexistente?

–Sí, es fundamental asumir esas labores, algo que, como comentaba, hemos iniciado estos años. Por ello establecimos unas prioridades en cuanto al material que podría correr más riesgo en su conservación. De esta forma, dirigimos nuestro trabajo primero a recuperar el material familiar y amateur que se conserva en las casas, trasteros o garajes para evitar su deterioro a través de su detección y digitalización. También, a través de José Ramón Saiz Viadero, que ha realizado una labor extraordinaria a lo largo de estos años, conocemos una lista de materiales recuperados en Cantabria que se encuentran depositados en la Filmoteca Española. Sin duda, queda mucho trabajo por realizar en este sentido, pero lo más complicado, que es comenzarlo, ya lo hemos hecho.

–Con las posibilidades que presenta Cantabria para acoger rodajes, ¿no cree que es la comunidad más desaprovechada?

–No creo que sea así. Es cierto que existe un hándicap en cuanto a incentivos fiscales si nos comparamos con Euskadi, pero no con el resto de comunidades del norte. En todo caso, Cantabria es la región ideal para cualquier tipo de rodaje porque posee una variedad paisajística y patrimonial increíble situada a poca distancia. Yo creo que los apoyos deben existir y a lo largo de estos años se han creado desde la Vicepresidencia, la Dirección General de Acción cultural y la Srecd las Ayudas a Largometrajes que deben ser la referencia

–¿A la Filmoteca le ha faltado comunicar de manera más contundente sus propuestas?

–Siempre se puede realizar un esfuerzo mayor o acertar más en la labor de comunicación. Pero creo que hemos trabajado bien en este sentido. Por poner un ejemplo, el proyecto de cine amateur y familiar tuvo la mejor presentación posible. Recuperamos unas imágenes increíbles del barrio de San Francisco que hablaban de la memoria inicial del barrio, de cómo se construyó a la vez su urbanismo y las relaciones vecinales a través de una serie de adversidades que solventaron por medio de la unión y el trabajo conjunto.

–Siempre se ha hablado de la competencia que representan las proyecciones de la Filmoteca para determinas salas comerciales. ¿Es una realidad, o es falso?

–La Filmoteca no ha sido competencia de las salas durante estos años. Hemos mantenido una buena sintonía profesional y personal, donde hemos trasladado que somos un apoyo a su trabajo, que defiende su labor y que está para ayudarles a crecer. Respeto mucho a las salas, considero fundamental que, sobre todo los cines del centro, Groucho y Los Ángeles, mantengan su actividad y sus propuestas, que son de una gran calidad.

–¿Hacia dónde cree que camina el cine? ¿Cabe la resiliencia?

–El cine ha planteado su final casi desde su comienzo, es un arte que se muestra muy nostálgico. Soy muy optimista, creo que se producirán cambios, pero que las nuevas formas de ver películas convivirán entre plataformas y salas. Creo en los cines, en su valor experiencial para transmitir las historias y, por lo tanto, en que mantendrán su actividad y seguirán ofreciéndonos refugio.