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«Matando conejos me siento mejor», afirma Cuca Nelles y no es que esta artista cántabra sea una matarife o la protagonista de una película ... gore es que, tal y como ella misma explica, este animal es una figura recurrente en su trayectoria. «La primera vez que pinté conejos los vinculé a una crisis creativa en 1998, yo creo que entonces no era consciente de que la crisis era más existencial. Desde entonces no he dejado de hacerlo. Llego a la conclusión de que mis conejos soy yo, un reflejo de mí misma, de mi lado más vulnerable. Por ello matando conejos me siento mejor». Y también por ello su nueva exposición, que se puede visitar hasta el próximo mes de abril en la galería Juan Silió lleva por título 'I'm a rabbit'. Una muestra en la que además habla de la pérdida de la identidad, echarse a un lado, frenar y verse. Y sobre todo de la maternidad, de cómo la ha afectado. «Los ritmos vitales cambian, ya no te sientes individuo, eres dos y el otro es el que dicta. Dejé de pintar durante casi dos años y cuando me obligaba a retomarlo lo hacía con un ritmo entrecortado y agónico», asegura.
-Así que es un conejo.
-Sí, sí. (Ríe).
-¿Y por eso llevaba tanto tiempo sin exponer?
-Es cierto que mi última exposición individual fue en el año 2016 o por ahí. En 2013 fui madre y en 2017 decidí hacer una parada técnica. Mi hija ya empezaba a notar mi ausencia y me resultaba difícil salir de casa para ir al estudio, así que hice un parón, que no fue creativo sino más bien ejecutivo. En ese tiempo jugando con la niña creábamos cuadernos en casa en los que mezclábamos sus dibujos y los míos. Una vez que pude retomar mis rutinas artísticas se me ocurrió llevar esos cuadernos a mi nuevo proyecto que, confieso, me costó arrancar después de esos dos años.
-Ese proyecto es el que muestra ahora en la galería Juan Silió. ¿Cómo lo definiría?
-Me pasa una cosa muy curiosa desde que estudiaba Bellas Artes en la facultad y es que cada vez que tengo una crisis o bien creativa o bien existencial me da por pintar conejos de todo tipo y de nuevo, en ese momento en que decidí volver a exponer, me salió un conejo vomitando. Entonces se me ocurrió hacer una serie dedicada exclusivamente a este animal como icono referente en mi obra, porque en todas mis exposiciones ha aparecido alguno.
-¿Y se ha parado a pensar por qué recurre siempre a este animal?
-Fue una reflexión que me hice cuando empecé con este proyecto y he llegado a la conclusión de que el conejo soy yo. Es una especie de autorretrato. Normalmente cuando estoy en crisis me da por decir que me voy a matar conejos porque creo que es una forma de hacer frente a la parte más vulnerable de mi misma. Es como una especie de ritual que me sirve para sentirme más fuerte.
LA EXPOSICIÓN
EL PANORAMA ARTÍSTICO
-En la exposición también habla de la pérdida de la identidad. ¿A qué se refiere?
-El momento en que entras en esa etapa de maternidad o crianza de un hijo te anula por completo ya que dejas de ser tú y tu prioridad única es el cuidado de esa persona. Te quedas arrinconada por el mundo y hasta dejan de llamarte por tu nombre para referirse a ti como la mamá de... A mi eso me resultó muy curioso. Y yo que siempre he sido muy independiente y el tener una hija me hizo perderme de mí misma. A esa pérdida de identidad me refiero. A dejar a un lado tus tiempos, tus quehaceres o tus todos, para dedicárselos a otra persona.
-¿Ese parón ha cambiado técnicamente su forma de crear?
-Creo que no y que mi obra sigue siendo bastante reconocible. Lo que se ve en mis nuevas pinturas es una distorsión de trabajos anteriores. En mi pintura siempre ha estado bastante presente la figura femenina. Y la diferencia en esta nueva serie es la ausencia de ella. Que está de alguna forma, pero no hay ningún rostro femenino, que era algo muy mío. También la manera de ejecutar es distinta y me he planteado hacerlo de una forma más libre. En esta ocasión he prescindido del bastidor para pintar y lo que he hecho es tensar todas las telas en una pared, incluso me he escapado de las propias telas. A esto no olvidemos que he añadido la intervención directa de una niña, de mi hija, porque todo el proceso creativo que me traje al estudio cuando empecé a trabajar nació con ella en casa. En una madriguera entre comillas que dio origen a la exposición. Juntas creamos un imaginario que luego me he llevado al lienzo.
-¿Cómo valora esa experiencia de compartir el trabajo con su hija?
-Pues ha sido una pasada poderla traer al estudio y hacerla partícipe de lo que supone el trabajo de ser pintora y de que ella se metiera en mis lienzos.
-Ya tiene una trayectoria como artista. ¿Ha cambiado mucho el panorama desde sus primeras exposiciones?
-Noto pocos cambios. El panorama artístico siempre ha estado dejado a un lado y sólo está en el punto de mira cuando se le necesita para ser mostrado al exterior. Recuerdo que en 2016 cuando Santander optaba a ser Capital Cultural Europea hubo una especie de efervescencia y un montón de posibilidades que de repente desaparecieron. Parece que en el momento en que deja de haber intereses económicos ya nadie se acuerda del arte o lo hacen muy pocos. Me parece que hay una gran desconsideración, sobre todo porque vivimos en una comunidad que tiene grandísimos artistas y mucha gente relacionada con la cultura que hace cosas importantísimas. Se debería abrir más espacios, más huecos al arte y a la cultura. Actualmente hay gente joven que viene pisando fuerte y sería necesario que se les den oportunidades para que puedan crear.
-Ahora parece que Santander vive en uno de esos momentos efervescentes de los que habla con proyectos como el del Reina Sofía con el Archivo Lafuente, el Pereda del Banco Santander o el de la Fundación Enaire. ¿Son esperanzadores para los artistas cántabros?
-Los artistas cántabros estamos ahí, desde luego, y muchos están metidos de lleno en esos proyectos. Desde luego es algo bueno para toda la comunidad de artistas, pero a ver lo que duran, cuánto tiempo se van a mantener y de qué manera. Es muy importante saber el dinero que se va a invertir porque los artistas también tenemos que comer para poder seguir creando. No todo es abrir proyectos, hay que mantenerlos.
-¿Y usted está trabajando en algún nuevo proyecto?
-De momento como quien dice acabo de salir del paritorio, aunque es verdad que empiezan a salir nuevos proyectos. Me han llamado para un par de ellos, pero como no hay nada cerrado no puedo dar más datos. Pero al menos puedo decir que después de este parón he cogido ritmo.
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