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Seis años después de que creadores y colectivos culturales de Santander concibieran el proyecto denominado Fábrica de Creación, el Ayuntamiento ha anunciado el inicio ... del proceso para su puesta en marcha. Un espacio que se planteó con el fin de «estar creado por y para el artista». Ayer se hacía público el arranque para canalizar la gestión del centro de formación artística. La Junta de Gobierno Local aprobaba la licitación de la gestión integral del servicio destinado a «impulsar conocimientos y actividades culturales de alto nivel».
La concejala de Educación Noemí Méndez destacó que este espacio, destinado a las instalaciones de Tabacalera, tendrá «una función educativa, así como cultural y artística a través de la investigación, experimentación y promoción».
Impulsado en 2016 por Sumillero Santander, asumido después por el Ayuntamiento en el Plan Director, ha permanecido a la espera de su contratación con destino al Centro Cívico Tabacalera.
La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Santander aprobó la licitación de la gestión integral de 'La Fábrica de Creación', un contrato que asciende a 692.740,95 euros, IVA incluido, y que cuenta un plazo de adjudicación de tres años prorrogable a cinco. Según la definición municipal, la Fábrica supondrá «el desarrollo de un centro de formación para las artes, que estará ubicado en el edificio de Tabacalera y cuyo objetivo es promocionar la cultura e impartir a los alumnos una formación de calidad que les permita desarrollarse profesionalmente de forma autónoma».
2016 Asoma la Fábrica de Creación, una de las demandas del sector concebida, diseñada e impulsada en 2016 por una plataforma encabezada por un grupo de creadores y respaldada por numerosos colectivos culturales bajo el nombre de Sumillero Santander.
2018 El Ayuntamiento cerraba el documento del Plan Director de Cultura en el que se enmarcaron 17 medidas para «fortalecer el sector cultural» y los pasos para diferentes infraestructuras. Producción y creación artística, formación, exhibición y difusión fueron sus factores clave de base
La concejala Noemí Méndez explicó que el centro estará abierto tanto a artistas locales como nacionales e internacionales, con un espíritu de innovación y de intercambio con otras instituciones y organismos similares de todo el mundo. La edil puso de manifiesto que esta iniciativa quiere desempeñar «una función educativa, así como cultural y artística a través de la investigación, experimentación y promoción artística». Una actuación, subrayó, enmarcada «en el compromiso del Ayuntamiento de Santander con la cultura y la educación como uno de los ejes estratégicos de su política». La propia concejal recordó que la 'Fábrica de Creación' se encuentra entre las medidas propuestas en el Plan Director de Cultura de Santander 2018-2023 y que será «un nuevo foco del formidable potencial educativo y cultural que posee esta ciudad».
Méndez anunció, asimismo, que ya están previstas dos sesiones informativas con los profesionales del sector para que puedan conocer las instalaciones y detallarles los aspectos más destacados del pliego, que estará disponible en la plataforma de contratación tras su aprobación en la Junta de Gobierno.
Con este proyecto, el Ayuntamiento destaca que «incrementará la red de equipamientos públicos en la ciudad que apoyan la creación y la producción culturales, combinando la excelencia artística y la experiencia de los creadores ya consolidados con los emergentes».
La gestión integral anual de 'La Fábrica de Creación' se encargará de la producción y coordinación de exposiciones de artistas, así como la presentación de obras, con una programación equilibrada en la procedencia local, nacional e internacional de los autores. Además, «prestará especial atención a los artistas jóvenes, fomentará la producción de obra nueva y estimulará la creación a través de convocatorias abiertas a artistas y a proyectos que contribuyan a la construcción de un tejido creativo local, así como la difusión del trabajo de los creadores residentes en Santander y Cantabria». Por lo que respecta al proceso de licitación, Méndez apuntaba que la valoración de los criterios de adjudicación será realizada por un comité de expertos integrado por prestigiosos especialistas del sector artístico y cultural.
Isabel Durán, historiadora y especialista en educación museística, Ignacio Amestoy Eguiguren, ex director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Premio Nacional de Literatura Dramática, además de técnicos del servicio de Cultura del Ayuntamiento de Santander, configurarán el comité, según avanzó. Por lo que concierne a la sede que acogerá el centro, el Ayuntamiento pondrá a disposición de la entidad adjudicataria la tercera planta del edificio de Tabacalera, con una superficie construida de 550,35 m2, así como el uso compartido de la planta baja (716,99).
Las instalaciones incluyen «dos talleres de artes plásticas, plató de foto y vídeo, taller multimedia, sala de estar, revelado y artes escénicas, y permitirán el uso compartido del teatro y la sala de exposiciones para ensayos, formación y exhibición de trabajos escénicos», así como para la organización de muestras artísticas y ciclos de conferencias.
La Fábrica de Creación, una de las demandas del sector cultural cántabro, fue concebida, diseñada e impulsada en 2016 por Sumillero Santander, una plataforma de creadores respaldada por numerosos colectivos culturales. Queda en el aire saber hasta qué punto el ideario fundacional, a modo de manifiesto, se antoja ya lejos de las intenciones, criterios y necesidades para el que fue impulsado. Su definición original era la de «incubadora artística de carácter público, estable, despolitizada, plural, sostenible y al servicio del talento local y de todos los ciudadanos desde una óptica contemporánea». Concebido «y gestionado con independencia desde el propio sector», se planteó con soporte pedagógico, diálogo e interacción de disciplinas, e impulso a los procesos creativos emergentes». Sensible hacia colectivos específicos como la juventud y la discapacidad, en su oferta se contemplaban «las nuevas tecnologías y la sintonía con nuevas formas de ocio cultural».Además de redes de intercambio artístico y formativo con otros centros similares, la Fábrica se gestó como un espacio «interconectado con el resto de contenedores culturales, públicos y privados de la ciudad, así como con el ámbito universitario».
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Ana del Castillo
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