La desigualdad social, eje de las miradas de tres artistas en el Castillo de Argüeso

Bajo el epígrafe 'Las horas contadas: el tiempo y la desigualdad', el nuevo proyecto expositivo con las intervenciones plásticas y sonoras de la santanderina Concha García, Joaquín Millán y Sofía Jack, propone una mirada contemporánea tras el afortunado encuentro con el Libro de Horas de Leonor de la Vega, custodiado en la Biblioteca Nacional de España y que fue propiedad de la familia que habitó el castillo.

La presentación en este espacio tan singular de este proyecto artístico genera «una pulsión completamente diferente a la de cualquier otro espacio». Sin duda, un castillo medieval es un símbolo de poder y una imagen de la construcción de una sociedad. «El concepto del tiempo está presente de un modo estructural en todas las obras, que plasman consideraciones en torno a este concepto y la desigualdad en el mundo contemporáneo». En paralelo se ha desarrollado una publicación en modo libro, gracias a la colaboración de Vegap, que reflexiona en torno a esos temas. Una publicación gráfica a la cual, además de incorporar escritos de los artistas que proponen este proyecto, se suman las miradas de otros autores de diferentes disciplinas. La propuesta de Campo de Suso es fruto del comisariado de Concha García y Gloria Bermejo, bajo la coordinación general de esta última, habitual programadora de las temporadas de arte.

La obra de Millán (Toledo 1960) revela que rara vez la incorporación de la música ha estado tan justificada en un proyecto artístico que trata sobre el tiempo. Su propuesta está articulada por la división de la jornada según las horas canónicas establecidas en los antiguos monasterios. Esos momentos eran celebrados por los monjes a partir del canto, como forma más elevada de oración y como método organizado y cíclico de entonar todos los salmos de alabanza a Dios. Asimismo, incluye la pieza 'un bozal para el perro', construida a gran escala, realizada en caucho. Una obra escultórica como imagen metafórica del silencio impuesto. «El ruido de los hombres, la música perdida, el silencio sin hombre».

Por su parte Concha García (Santander 1960) con su instalación quiere «poner el foco en la situación de desigualdad que genera no tener acceso al lenguaje ni a la escritura». Hoy en día miles de personas llegan a nuestro país en busca de una vida mejor. «De entrada, se les acoge y se les brinda cama y comida, pero enseguida constatan que se han quedado desprovistos de palabras, la herramienta fundamental para acceder a la sociedad».

El proyecto se realizó en colaboración con la Asociación Cultural Norte Joven de Madrid, «un centro formativo que promueve la enseñanza del español. Inmigrantes, refugiados y refugiadas de orígenes y nacionalidades muy diversos han participado en este proyecto a través de caligrafías y diseños de sus nombres en nuestra lengua». Los diseños fueron bordados a mano por la propia Concha García que copió e interpretó sus letras sobre la tela.

Finalmente, Sofía Jack (Figueras 1969) visualiza la desigualdad en España utilizando otros recursos alternativos a las tablas realizadas con programas informáticos. Para ello, toma como referencia datos publicados en diversos informes publicados tras la crisis de 2008. 'Lo que hay, lo que tienen, lo que queda' reflexiona sobre gráficos e informes que refieren la situación de los vulnerables frente a la riqueza de unos pocos.