«El diálogo con la ciudad no debe parar nunca si queremos avanzar en el proyecto»

- Más allá del balance de 2021, conocido en Fitur, ¿qué valoración hace del Centro Botín durante el pasado año?

-Una valoración muy positiva, tanto en lo cuantitativo como, sobre todo, en lo cualitativo. Este año ha sido clave la valentía del Patronato de la Fundación Botín cuando decidió ir adelante con la exposición 'Picasso Ibero' en un momento muy complicado, en el que ni siquiera sabíamos cuándo Cantabria volvería a estar abierta para recibir visitantes. Además, en 2021 hemos facilitado de nuevo el disfrute del arte de forma presencial, hemos ofrecido el doble de actividades para superar la reducción de aforos y hemos ampliado las colaboraciones... pero lo mejor, sin duda, ha sido la respuesta de los visitantes, cuya satisfacción ha sido muy alta (4,8 sobre 5).

-No puede hablarse solo de un centro de arte. ¿Pero el que las exposiciones, algunas de ellas, sean el reclamo esencial, ha hecho a la Fundación replantearse algunas prioridades?

-Somos un centro de arte que tiene una misión social muy concreta: el desarrollo de la creatividad a través de las artes para generar riqueza y crecimiento. Trabajamos para conseguir este objetivo y medimos siempre los resultados. Las exposiciones de calidad que programa la Comisión asesora de artes plásticas son la espina dorsal del proyecto y nuestra materia prima y, en torno a ellas, nace y crece la mayor parte de la programación, unas propuestas que siempre buscan enriquecer al público.

-En este 2022 se cumplirá el primer lustro del Centro y su proyecto. ¿Cómo describe su evolución y, especialmente, ese diálogo con la ciudad?

-Los tres primeros años trabajamos mucho en crear equipo y en el programa, escuchando constantemente a los usuarios para mejorar cada iniciativa que poníamos en marcha. En 2020 el confinamiento nos ofreció la oportunidad de parar, reflexionar y reinventarnos en un año en el que casi todo cambió. Un ejercicio de creatividad que, además, nos sirvió para dialogar más y mejor con los visitantes y agentes culturales locales... es algo que no debe parar nunca, el diálogo con la ciudad debe ser constante si queremos avanzar.

-Fue el primer centro en reabrir sus puertas tras el confinamiento. Sin embargo, ¿la pandemia ha conllevado restricciones presupuestarias y renunciar a determinados planes?

-La pandemia supuso restricciones para todos y de todo tipo, pero puedo decir que nunca hemos tenido que renunciar a nada que consideráramos clave para cumplir nuestra misión. Las restricciones bien gestionadas avivan la creatividad y, por tanto, hemos encontrado el camino que nos está llevando a la recuperación; diría algo más: este tiempo ha sido positivo para poner en marcha el nuevo programa para jóvenes que iniciamos justo al salir del confinamiento.

-¿La misión social mantiene sus retos y sus objetivos intactos?

-Nuestra misión social tiene hoy más sentido que nunca. La situación que hemos vivido en estos dos últimos años nos ha hecho darnos cuenta del valor que tiene la creatividad. También creo que se ha confirmado la importancia que tienen las artes en nuestra vida: nos hacen sentir mejor, reduciendo la ansiedad y el malestar emocional y nos ayudan a mirar a nuestro alrededor y a nosotros mismos de forma nueva para buscar alternativas que nos permitan avanzar y crecer, entre otras cosas.

-¿Cinco años después considera que se ha entendido y ha calado el modelo de CB?

-Aún tenemos muchísimo camino por recorrer, pero hemos hecho un gran esfuerzo por mejorar el modelo e implementarlo. También avanzamos en su medición tanto a nivel individual como grupal y social. En 2021 creamos, junto a la Fundación IE, un indicador para medir la creatividad de Cantabria, que nos permitirá a lo largo de los años medir la evolución de la creatividad en la región. Poco a poco el público y las instituciones conocen y entienden cada vez más nuestra misión y labor.

-¿En un escenario, ya exento de la pandemia, la Fundación prevé incrementar las colaboraciones con otras instituciones nacionales e internacionales?

-La colaboración es una de las características más significativas de la Fundación Botín y, por supuesto, del Centro... y seguirá siéndolo en el futuro, tanto en la investigación como en la producción. Sin duda, cada vez tiene más sentido colaborar y generar redes en un mundo conectado, en el que casi nada se puede hacer -o sale bien- si se hace solo.

-Hace ya diez años comenzaban las obras sobre el muelle de Albareda. ¿Puede decirse abiertamente que el CB ha modificado la ciudad?

-El objetivo no era modificar la ciudad, sino enriquecerla a través del arte y la cultura. Para conseguirlo hace falta tiempo, pero ahora ya se puede apreciar cómo esta parte de la ciudad está viva, con muchísimas actividades ocurriendo al mismo tiempo: actividad artística, pesca, skate, yoga, carril bici, equilibristas, jóvenes bailando, familias con niños... es un lugar vivo, de encuentro.

-¿Está previsto sumar nuevas iniciativas o emprender nuevos proyectos a medio plazo?

-El reto, a medio plazo, es conseguir tener aún más penetración local, incrementando el número de Amigos del Centro Botín y de Pases permanentes; lograr que nos visiten cada vez más veces ambos colectivos, asegurando así que generamos un efecto positivo en su creatividad y en su bienestar. También seguiremos trabajando en el reto de convertir el Centro Botín en un lugar de encuentro para los jóvenes que quieran expresarse, crear y vivir nuevas experiencias a través de las artes.

-¿Por qué se suprimió la figura de la dirección artística?

-No se ha suprimido; ha cambiado la denominación del puesto, pues tanto la Fundación Botín como la Comisión asesora de artes plásticas decidieron que las responsabilidades de esa figura encajaban mejor con la figura de una dirección de Exposiciones y de la Colección.

-En apenas dos o tres años Santander contará con un exhaustiva oferta cultural, y artística en particular, con espacios muy singulares, compartiendo un espacio muy cercano. ¿Cómo visualiza ese escenario y en qué medida cree que el CB debe reafirmarse en algunos criterios e innovar en otros?

-Creo que va a ser una gran oportunidad para posicionar a Santander y Cantabria como destino cultural, además de tantas otras maravillas que posee. Espero que también sea una magnífica ocasión para que los santanderinos y cántabros sigan creciendo y desarrollándose gracias al arte y la cultura. El Centro Botín seguirá trabajando para conseguir la excelencia artística en sus programaciones, mientras se mantiene fiel a su misión social.

-¿En el balance de cinco años admite que se han cometido errores? ¿Cuál es su autocrítica?

-Claro, siempre se cometen errores... si no, sería imposible avanzar. Lo que puedo decirle es que el equipo del Centro Botín al completo lo da todo e intenta siempre hacer las cosas de la mejor manera posible. Los visitantes nos han ayudado mucho en todo esto, en detectar las cosas que no iban bien y mejorarlas, y por eso les agradecemos enormemente sus críticas constructivas.

-¿Está diseñándose una programación especial para el aniversario?

-Queremos hacer una celebración muy participativa que tenga a la ciudadanía como protagonista. Aprovechar el aniversario para acercarnos más a la gente y profundizar en las relaciones con la ciudad.