«Será difícil mostrar obras de gran formato sin un mayor acercamiento entre público y bailarines»

'La espiral contemporánea' se abrió ayer con la videoproyección 'Pioneras de la danza contemporánea', un trabajo audiovisual que recoge cinco piezas de algunas de las coreógrafas que han marcado la historia de este género artístico en España. Se trata de María La Ribot, Mónica Valenciano, Sol Picó y Carmen Werner, que además estará esta semana en Santander para impartir un taller y para mostrar su espectáculo. «Afrontamos esta edición con mucha ilusión. Cumplimos cinco años y creo que los objetivos que nos habíamos marcado entonces se van cumpliendo», asegura.

Una de las apuestas de esta iniciativa es, precisamente, llenar las calles de la ciudad con distintos espectáculos de danza. Una iniciativa que le diferencia de otros eventos similares y que, tal y como explica la directora, ha tenido una gran acogida entre la ciudadanía. «Hacer visible la danza contemporánea en esta ciudad hace cinco años era un gran reto. Espacio Espiral era entonces el único lugar de la ciudad donde se impartían clases de esta disciplina de forma regular a lo largo de todo el curso y no era fácil ver piezas en las salas. Nosotros nos planteamos como objetivo que la danza tenía que ser más visible y de paso fomentar la creación emergente y que jóvenes bailarines comenzasen su formación en danza contemporánea en Cantabra y creasen sus propias piezas», recuerda Samaniego.

Según señala, tanto la danza como el teatro contemporáneo no están viviendo una buena situación. «No es fácil crear piezas de gran formato. Tampoco lo es venderlas y conseguir que el público las vea. Por eso es tan importante generar este tipo de encuentros entre espectadores y bailarines. En ellos surgen ideas, proyectos y nuevas colaboraciones que hacen que uno no se sienta tan solo como creador ».

¿Y estos cinco años de trabajo han dado fruto? Samaniego no tiene ninguna duda: «Hay más coreógrafos que se dedican a esta disciplina y más centros que la ofrezcan en sus clases», afirma. También se ha visto sorprendida por la respuesta de la ciudad. «Ha ido creciendo año tras año. Me llama la atención el respeto que demuestran a las piezas y a los artistas antes y después de los espectáculos».

Esa idea de encuentro que protagoniza esta iniciativa permite además que compañías de otras ciudades muestren sus trabajos en Santander, «y en la calle». Y tras ver el espectáculo, Espacio Espiral abre sus puertas hoy y mañana, a partir de las 21.00 horas, para que los espectadores que lo deseen puedan encontrarse con los bailarines que han participado en ellos. «La idea es que la gente venga, hable con ellos, conozca sus gustos... En fin, que puedan conocerlos porque hemos visto que en estos cuatro años ha funcionado muy bien», explica.

En esta edición, además, las mujeres coreógrafas tendrán un gran protagonismo. «Nos apetecía hacer un homenaje a las pioneras de la danza contemporánea y, sobre todo, al conocimiento que han transmitido. María La Ribot, Mónica Valenciano, Sol Picó y Carmen Werner fueron las pioneras en España, grandes creadores y grandes maestras. Muchos coreógrafos de hoy en día repiten los patrones que ellas iniciaron en los años 80 y es muy importante que las nuevas generaciones conozcan también lo que hacían».

Una de ellas, Carmen Werner, participará este jueves en una mesa redonda, impartirá un taller y, además, presentará este viernes un espectáculo en la sala Argenta del Palacio de Festivales, que lleva por título 'Tiempo de conversación', y que estará interpretado por su compañía Provisional Danza a partir de las 21.00 horas. «Es una pieza en la que habla precisamente de la transmisión generacional y un lujo poder contar con ella en la ciudad», concluye.