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Javier Gomá (Bilbao, 1965), filósofo, escritor y ensayista, ha decidido «apropiarse» de noción de la dignidad. Un concepto que, según señala, se ha ignorado ... y hasta ha desparecido de los principales diccionarios de filosofía y que él ha recuperado para un ensayo, que se publicará el próximo mes de septiembre. Así lo anunció ayer en el Paraninfo de La Magdalena, durante la conferencia con la que, bajo el título de 'Sobre la dignidad', inauguró un nuevo ciclo de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Gomá regresó ayer a la institución académica para hacer un recorrido por el tratamiento que la filosofía ha ofrecido al concepto de la dignidad a lo largo de su historia. «Pese a que es el concepto más revolucionario de la historia del siglo XX, porque está en todos los ámbitos de la vida no aparece ni en 'El gran diccionario de la Filosofía' de Moreri que aún sigue vigente ni el último gran diccionario on line», reconoció.
Es por ello, y porque Gomá considera que la dignidad es «aquello inexpropiable que hace al individuo resistente a todo», y el «principal límite» del interés general, el autor de 'Tetralogía de la ejemplaridad' ha decidido dedicar su próxima obra a todo lo que significa. Como anticipo de la publicación ayer fue repasando como han ido abordando este concepto distintos humanistas como Petrarca, que según señaló fue el primero en introducirlo en una de sus obras con una frase con la que Gomá coincide plenamente: «Para la miseria basta abrir los ojos, para la dignidad hay que cavar».
Y es que, la idea de miseria también ha estado unida o ligada al concepto protagonista en la tarde de ayer. «En la época romana la dignidad estaba era algo inherente a ocupar un alto cargo político y por lo tanto propio de unos pocos», aseguró el ponente quien recordó que fue Cicerón el primero en universalizarlo al incluir a todos los hombres en un mismo rango.
También Inocencio III escribió un tratado sobre la dignidad en su tratado sobre la miseria, «pero más bien como una finalidad pastoral pues sólo podría alcanzarse a la llegada el cielo». En cuanto a Petrarca, como «cristiano militante coronó la dignidad en la figura de Jesucristo».
Otra visión sobre este concepto que recordó ayer Javier Gomá fue la de Kant, que en su 'Crítica de la razón pura' distingue sobre la felicidad y la dignidad. «Más o menos vino a extrapolar esta condición de la felicidad, porque la dignidad como algo universal se puede alcanzar en cualquier circunstancia, incluso haciendo cola en cámara de gas en Auswitch». puntualizó Gomá. Y es que, tal y como señaló, «desde Cicerón a Kant la dignidad está unida a una cualidad positiva del ser humano: la razón, la moralidad, la libertad, una cualidad que obliga a un determinado cumplimiento».
Para Gomá, otra manera de concebir la dignidad sería pensar en ella «como lo que estorba», ya que esta puede obstaculizar «causas justas» como el progreso de la técnica, la utilidad pública o la rentabilidad económica y social.
«Este efecto molesto, entorpecedor y paralizante que muchas veces acompaña a la dignidad, que obliga a detenerse y a pararse a pensar en ella, nos abre los ojos, precisamente, a la de aquellos que son estorbos, porque no sirven. Los inútiles, los sobrantes, que se hayan siempre amenazados por la lógica de una historia que avanzaría más rápido sin ellos», ha ilustrado Gomá, quien ha opinado que, a menudo, esta virtud «se hace notar con más potencia en la imperfección».
Pero el concepto de la dignidad «experimenta una mutación en el siglo XX»,en el que, a través de un «aprendizaje sentimental y cognoscitivo compartido» o una «intuición colectiva», ha pasado a considerarse como algo inherente «a todos los miembros de la especie humana», democratizándose y creando «una aristocracia de masas». «Pierde ese sentido de obligación», dijo.
Para concluir su exposición, a la que siguió un animado coloquio con el público, el pensador bilbaíno quiso destacar su concepto de «dignidad cosmopolita», algo que está relacionado con la inmigración y, sobre todo, las voces de denuncia que se suceden en los últimos años contra los que maltratan a los extranjeros o inmigrantes. «Un cosmopolitismo que aboga por un sola raza: la humana y un sólo principio: la dignidad».
'En contexto', una docena de conferencias abiertas al público que reunirá los lunes en el Paraninfo de La Magdalena a destacadas personalidades del ámbito de la ciencia y la cultura. «La idea es aprovechar el paso por Santander de distintos intelectuales poder dedicar un tiempo al debate», señaló ayer la rectora de la UIMP, Luz Morán, durante la presentación de esta iniciativa-
En el ciclo participarán además del filósofo Javier Gomá, la politóloga Susan George, la antropóloga y feminista Rita Segato y el periodista Manuel Jabois.
La iniciativa nace con la intención de convertirse en un espacio abierto al diálogo, en el que alumnos y visitantes puedan entrar en contacto directo con los protagonistas de la programación académica de los cursos de verano de la UIMP. En este conjunto de conversaciones, se abordarán temas de carácter interdisciplinar como los desafíos de la inteligencia artificial, el origen y diagnóstico de la salud del planeta, el poder del capital privado y el ejercicio del periodismo.
Así, la próxima cita, prevista para el lunes con la intervención del catedrático emérito Antonio G. García con una ponencia que lleva por título: 'Alzheimer: diagnostico precoz para tratar mejor'.
Licenciado en Filología Clásica y en Derecho y doctor en Filosofía y director de la Fundación Juan March, a su faceta de filósofo, pensador y ensayista, Javier Gomá suma también la de autor teatral. Tras el triunfo de su estremecedor monólogo 'Inconsolable', que fue llevado a las tablas del Teatro María Guerrero de Madrid en un espléndido montaje dirigido por Ernesto Caballero y protagonizado por Fernando Cayo, Gomá publicó el pasado mes de mayo su segundo texto teatral, 'Quiero cansarme contigo o el peligro de las buenas compañías' (Editorial Pre-Textos). Su primera incursión como autor teatral fue un desahogo ante el dolor causado por la muerte de su padre y en esta ocasión el pensador ha dado un paso adelante en sus teorías sobre la ejemplaridad, una idea que esbozó en el microensayo 'Amor, lujo y buena conciencia'. La obra, que ya ha llamado la atención del director Juan Carlos Rubio, está protagonizada por Tristán, un abogado de prestigio, a punto de rematar su carrera con un éxito extraordinario, que entra en una crisis conyugal severa por los efectos perversos derivados de la mera proximidad familiar de su cuñado.
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