Lahav Shani Director de la Filarmónica de Róterdam
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Lahav Shani Director de la Filarmónica de Róterdam
«Si le dijera a cada músico cómo tocar, el resultado sería artificial»María José Cano
Santander.
Sábado, 5 de agosto 2023, 02:00
El maestro israelí Lahav Shani (Tel Aviv, 1934) abrirá esta noche con la batuta de la Orquesta Filarmónica de Róterdam la cita inaugural del Festival Internacional de Santander. El también responsable de la Filarmónica de Israel, dirigirá un concierto en el que participa el Orfeón ... Donostiarra y un elenco de solistas entre los que se hallan la soprano Chen Reiss, la mezzosoprano donostiarra Carmen Artaza, el tenor Matthew Newlin y el barítono José Antonio López. La orquesta neerlandesa interpretará la 'Novena' de Beethoven, obra cumbre del compositor.
-Esta noche ofrecen la 'Sinfonía nº 9' de Beethoven. ¿Cuáles son sus principales objetivos a la hora de interpretar esta obra?
-Transmitir el drama que se deriva desde el principio hasta el último momento. Todos piensan en el último movimiento de la 'Novena', pero los otros tres son tan buenos como el último. Me gusta pensar en la estructura de toda ella. Será además la tercera vez que trabaje con el Orfeón Donostiarra.
-Es titular de la Filarmónica de Róterdam desde 2018, convirtiéndose en el maestro más joven de la agrupación. ¿Qué balance hace de estos años?
-No estoy muy interesado en el hecho de ser joven o viejo. Soy simplemente yo mismo. Lo realmente importante es la química que hay entre la orquesta y yo, que fue muy fuerte desde nuestro primer ensayo. Obviamente, estoy muy contento de que me hayan elegido. Es un gran honor.
-Además, es responsable también de la Filarmónica de Israel. ¿Se pueden compaginar ambas?
-Sí, es posible. Lo he estado haciendo, en mi opinión con éxito, durante los últimos años. Y continuaré haciéndolo hasta que finalice mi contrato con la Orquesta Filarmónica de Róterdam en unos cuantos años.
- Siendo usted israelí, ¿qué supone para usted ser el titular de la Filarmónica de Israel?
- Es el mayor honor y el título más alto que un músico puede obtener en Israel. Durante toda mi infancia admiraba a Zubin Mehta, que fue el director musical de la orquesta durante 50 años. Aprendí mucho de él al tocar con la orquesta y también al actuar como solista a su lado. Ahora me siento honrado de tener la responsabilidad de continuar esta misión.
-Daniel Barenboim o Zubin Mehta han sido sus 'padrinos'. ¿En qué medida ayudan los grandes músicos a desarrollar el joven talento?
-Les debo mucho. Zubin Mehta fue probablemente el primer gran director que conocí y con quien trabajé, y me inspiró mucho. Su liderazgo y su carisma, así como su seguridad en la interpretación, me influyeron mucho. Y Daniel Barenboim no fue mi profesor, fue más como un mentor para mí. Durante mis años en Berlín, donde aún resido, siempre estuvo ahí para apoyarme y enseñarme. Es inigualable la cantidad de cosas que aprendí de él y le estoy muy agradecido. Ahora somos muy buenos amigos.
-En su opinión, ¿qué virtudes debe tener un director de orquesta? ¿Hasta qué punto es importante la 'mano izquierda'?
-Dirigir implica manejar a ochenta personas, a veces cien, e incluso a doscientas. Necesitas saber exactamente lo que deseas y cómo lograrlo, tanto en términos técnicos como desde el punto de vista humano, cómo animarlos para que den lo mejor de sí mismos. Pero cada director lo hace de manera diferente. En el pasado, había algunos que usaban mucho el miedo para obtener lo mejor de los músicos. Yo pertenezco a ese grupo de directores que se preocupan por la salud mental de los músicos. Y creo que esa es la mejor manera de obtener los mejores resultados de ellos.
-De hecho, ha declarado que el control de los músicos no es necesario, que es mejor «dejarles tocar». ¿Cómo se consigue?
-Como he comentado, mi propuesta es la de un director de buen 'feeling' que se rodea de buenos músicos. Yo no le voy a decir a cada músico cómo actuar, es una pérdida de tiempo, y además los músicos se pueden bloquear. Lo que un buen director puede hacer es crear un espacio correcto, una atmósfera adecuada en la que se puedan desenvolver y se sientan conectados. Si como director estuviera diciendo a cada músico cómo tocar, el resultado sería bastante artificial y yo quiero crear música totalmente libre y espontánea, pero al mismo tiempo lógica y coherente.
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