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Javier Errea (Pamplona, 1966) se considera un «intruso» en el mundo del diseño y por eso reconoce que aún le impone participar en congresos y jornadas como la que hoy se celebra en el Centro Botín dentro de la octava edición del Certamen de Diseño ... Gráfico Tipos y con la que, bajo el título de 'Periferias' se quiere reivindicar la importancia de este arte fuera de los grandes núcleos urbanos. Errea, que es licenciado en Ciencias de la Información, siempre quiso ser periodista y durante años ejerció como tal. «Pero era uno de esos periodistas que quería controlar todo el proceso de lo que escribía, también el de la puesta en página de mis artículos, y hacía justo lo que ahora predico que no se debe hacer: Me maquetaba las páginas e incluso bajaba al taller donde se confeccionaban a montarlas a pesar de las malas caras que me ponían los diseñadores que en aquel entonces se llamaban diagramadores». Poco a poco este trabajo fue venciendo su pasión por el periodismo aunque considera que «el diseño es una parte importante de la información» y en 2005, tras varias idas y venidas por bastante periódicos, fundó en Pamplona su propio estudio, con el nombre, de Errea y es autor del diseño de más de un centenar de periódicos, revistas y sitios web en varios países del mundo. Entre ellos, iconos como Libération, en Francia, o The Independent en el Reino Unido.
Desde que se colaba en aquel taller de El Diario de Navarra para maquetar sus páginas con ayuda de un cutter hasta la actualidad ha vivido muchos momentos que hoy compartirá con los asistentes a la charla del Centro Botín.
Charlas A las 10, 15 horas -tras las palabras de bienvenida y presentación-, Desescribir presentarán su trabajo. A las 11.45 horas lo hará Javier Errea y F33 a las 12.45. Ya por la tarde, a las 17.00 horas, será el turno de Ricardo Moreno (Tsmgo) y, a las 18.00, de Pensando en Blanco.
Lugar Centro Botín.
Si tuviera que definir su forma de trabajar insiste en que en sus trabajos siempre prima el diseño periodístico. «Que además es algo que nos permite conectar mejor con las redacciones», si bien reconoce que dependiendo del tipo de publicación se hace de una forma u otra. «Soy un defensor de que el diseño de un periódico se debe de hacer desde cero cada día. Es decir, no me gustan las premaquetas o plantillas que tienen la mayor parte de los diarios y que se usan para diseñar las páginas. Si bien es cierto que esto se hace cada vez más por falta de recursos». En este sentido asegura que se siente un poco «guerrillero» y al tiempo «un poco romántico» y «no porque no sea consciente de que una premaqueta y una biblioteca de páginas facilita la producción si no porque al final les resta expresividad a los diarios».
Javier Errea
Diseñador
Con respecto a la situación de su sector, el diseño de periódicos, reconoce que tiene una visión bastante pesimista y no duda en hacer autocrítica. «Antes de que los periódicos impresos entraran en crisis, los diseñadores vivimos una época gloriosa e igual nos pasamos de frenada. Hicimos un alarde excesivo e incluso los departamentos de diseño pasaron a llamarse departamentos de arte y, aunque me cuesta reconocerlo, creo que los diseñadores cogieron un protagonismo que quizás fuera excesivo. Ahora, aunque existen excepciones, estamos en todo lo contrario. Es decir, han perdido importancia tienen menos espacio y por lo tanto menos recursos. Creo que se puede decir que están en modo supervivencia». Y por eso echa en falta «un poco más de coraje» para la supervivencia de los medios impresos.
En el caso de las publicaciones digitales, según dice, «vivimos lo que yo llamo la funcionalidad llevada al extremo. Hay poco espacio para la creatividad. Están muy preformateados y se parecen todos mucho. Los diseñadores tenemos poco margen de maniobra. No sería posible empezar cada día de cero porque hablamos de un soporte que se rige por la rapidez ya que tiene que estar lo antes posible en el móvil. Los alardes que hacen periódicos como The New York Times en cualquier otro diario más pequeño son imposibles».
¿Y la solución? Pensar muy bien lo que se quiere ofrecer y «reinventarse». Algo que está haciendo en su propia empresa que es una referencia a nivel nacional e internacional. «Es cierto que estamos en una ciudad pequeña, pero yo siempre he sido muy militante a favor de los periódicos y los diseñadores que hacen un trabajo encomiable. En Errea hasta hace seis años o así hemos trabajado muchísimo pero esto se ha desplomado y nos hemos tenido que reconvertir», concluye.
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