Divergencias hasta en la tumba

Todo comenzó en el año 2019 en el cementerio de Viérnoles, con una visita totalmente casual. Ni siquiera tenía pensando parar en él. Hacia un recorrido en bicicleta, se había quedado sin agua y pensó que en estos lugares «siempre hay una fuente o un grifo donde podía parar poder rellenar su botellín». Lo hizo y mientras lo buscaba algo llamó su atención y es que entre las lápidas, panteones, tumbas y nichos, sobresalía un cartel que reclamaba que «si quieres flores cómpralas y no nos las robes». No pudo evitar hacer una foto, luego más tarde llegó la reflexión: «y es que hasta en un sitio tan solemne como es un cementerio se pueden romper las normas y transgredir lo supuestamente establecido».

Con el tiempo se formó un pequeño archivo con fotos tomadas en el municipio de Torrelavega, y a partir de ese momento comenzó a planificar las visitas por distintas ciudades del país. Su objetivo era encontrar los elementos que, de entrada, desentonasen en esos lugares y, tal y como explica, los hay en abundancia, desde banderas o escudos de distintos equipos en lugar de los típicos crucifijos u otros objetos que acompañan el descanso eterno del que habita en esa última morada.

Fue en las Sierras de Córdoba, Argentina, lugar en el que se encontraba realizando una residencia artística, donde decidió que esta idea podía ser desarrollada para ser presentada al público. Gracias a la mentoría de Santiago Kimsa, Alberto Urraca pudo encontrar un norte para el proyecto que durante todo este mes se podrá contemplar en Mecha Estudio y que el año pasado también presentó en el CN Foto de Torrelavega.

Solo se marcó una premisa, que las fotos fueran realizadas en cementerios españoles o latinos. En Santander se verán once de esas fotografías en las que no falta el sentido del humor y que al tiempo dan lugar a la reflexión. Además, según explica, todas las fotos están hechas con una pequeña cámara analógica, con lo que no dispone de una pantalla para ver el resultado una vez hecha, y el revelado es en color. También especifica que en su objetivo prima más el detalle que el conjunto.

Casilda Pérez del Molino, propietaria del espacio y comisaria de la muestra, explica que estas fotografías, exponen una visión poco común de un cementerio, pues el artista no pretende sacar a relucir las esculturas de ángeles caídos, las lápidas de mármol italiano ni los panteones de familias adineradas. «Lo que el título del proyecto refleja es la ruptura de las supuestas normas que un cementerio conlleva: lo sagrado, lo sobrio, lo solemne,... Todos estos conceptos se tambalean cuando las personas entran en juego. Da igual que éstas estén vivas o hayan fallecido, o que solo quede de ellas un objeto que las represente».

Y así, Mecha Estudio se ha convertido este mes en una especie de 'cementerio en construcción' -una de las fotos en una gran lona da la bienvenida desde el escaparate de este antiguo local comercial reconvertido en oasis artístico- al tiempo que plantea las siguientes preguntas: ¿Qué vas a poder objetar frente a una tumba con estampado de camuflaje? ¿Cómo vas a impedir que alguien demuestre que es hincha del club de sus amores? «Como diría Antonio Gala: 'La vida tiene sus normas, la vida tiene su goce'. Porque aunque pueda ser contradictorio, este proyecto rezuma vida, alegría, un sentimiento de amor incontrolado y una pasión que muchos vivos quisieran tener» asegura.

Alberto Urraca dio comienzo a su trayectoria fotográfica a los 18 años siguiendo a la banda FAVX en sus giras por varios países. Fue durante el tour por Estados Unidos donde armó el cuerpo de su primer trabajo: 'Spicy Banana Sauce' un fotolibro con las imágenes que realizó durante ese periplo. Gracias a este proyecto pudo realizar su primera exposición en el CNFoto de Torrelavega en 2021 y desde entonces ha expuesto en Madrid, Porto y Buenos Aires. La libertad creativa que le proporcionó ese trabajo hizo que buscase una residencia artística para formarse. La halló en Argentina donde actualmente reside y donde sigue recorriendo cementerios con la idea de otro fotolibro con esas divergencias funerarias.