Dolor fotográfico de tierra verde

Ahora el colectivo se incorpora a la agenda de PHotoEspaña Santander 2020 con una muestra plural, reflejo del espíritu de la asociación, pero temática y definida en lo que se se refiere a sus miradas. Una veintena de fotógrafos bajo el epígrafe común de 'Dolor de Tierra Verde'.

Son 21 socios y una selección de 35 imágenes los que integran el corpus de esta aportación. La propuesta será abierta al público el próximo lunes, día 5, a las 19.30 horas, en La Nave que Late, espacio ubicado en la calle Antonio López de Santander. 'Dolor de tierra verde. Fotografías de un cambio climático' se enmarca en este calendario sin desviar la mirada de un año que marca un antes y un después en todos los órdenes de la vida.

En este sentido, PhotoEspaña Santander ha sabido encontrar la forma de llevar a cabo su actividad en estos tiempos tan cambiantes y desde la asociación Espacio Imagen se ha buscado «responder a ese esfuerzo. Adecuarnos a esta situación en la que vivimos ha obligado al cambio de fecha y, por ende, a buscar otra sede».

En un ambiente cercano y seguro como exigen las condiciones actuales La Nave que Late, que forma parte del tejido cultural de esta ciudad, dará cabida a esta cita para la que se cumplirán las normas de seguridad; tanto el uso de mascarillas, la presencia del gel y el límite del aforo para garantizar la preceptiva separación.

La responsabilidad de hilvanar un discurso coherente, así como la selección de las imágenes ha recaído en este caso en Feliciano López Pastor, que entre otras muchas actividades relacionadas con la fotografía ha comisariado el PhotoArt Festival de Torrelavega y la exposición 'Piedad Isla. Realismo Poético' también de PhotoEspaña.

'Dolor de tierra verde' es una exposición colectiva de Espacio Imagen en la que «el tema del cambio climático, por su actualidad, nos ha parecido importante abordar ahora. Con estas imágenes queremos contribuir a una mayor sensibilización de las personas de nuestro entorno». La visión particular de cada uno de los autores conforma una visión heterogénea frente al discurso lineal que puede dar el enfoque de una muestra individual. Y el colectivo además, rinde homenaje al escritor cántabro Manuel Llano, en la que aborda la guerra civil desde un registro humano.

«Es como si el viento malo de todas las cigüeñas, el viento de todos los destrozos de jardines ... hubiera pasado por aquí dejando su recuerdo de amanecer de noche de vendaval ...». «Todo va siendo ausencia de lo que tanto contentó a mi alma. Un rumor natural de buen lienzo, rumor de naturaleza verde, contenta de sol propicio contenta de aires que no dañan flor...», escribió.

La fuerza del título «nos abre las puertas a imágenes de otra guerra, la que por ahora puede tener perdido el medio ambiente con nosotros como único bando agresor». Y de este modo la muestra se compone de «soledad, destrozos, devastación, aridez, abandono o, de otro lado, esperanza». Estas serán las palabras que acompañarán al visionado del conjunto de la exposición.

La selección de las imágenes, en opinión de Feliciano López, «ha tenido la dificultad de tener que ceñirse al número que exigía el espacio y las dimensiones de las obras. Lo que me produjo un cierto pesar al tener que prescindir de fotografías que disponían de calidad en el discurso estético, compositivo y por la buena resolución del tema exigido».

Los matices de cambio climático sobre el que se ha trabajado es muy especial. «No se mira suficientemente a estas cuestiones, aunque el medioambiente nos esté, como me comentaba un amigo ecologista, mordiéndonos las puntas de los pies. Lo que viene a decir, que ya son tan evidentes los cambios por usos no adecuados de los recursos y sus desechos, que sus efectos se producen con demasiada frecuencia».

Las obras fotográficas que se van a ver tratan diversas cuestiones plenamente relacionadas y conforman un complemento no disociable. «Desde las imágenes documentales que nos traen realidades palpables -más aún por el contenido-, hasta las recreaciones compositivas que nos llevan a las preocupaciones de autor por los efectos en el medio».»

En este tipo de imágenes, muchas de ellas relacionadas con el paisaje, «es obligado incidir en los aspectos compositivos y en la búsqueda de causar un doble efecto al observador; el puramente fotográfico y el ideológico», apunta el comisario.

A juicio de López Pastor, la muestra «ha conseguido representar una temática que nos tiene que hacer reflexionar sobre los cambios que se suceden, hacernos buscar nuestra implicación en ellos y concienciar a próximos y extraños en una cosa tan espacial como debiera ser nuestro espacio, que no deja de ser otro que el lugar en el que se desarrolla la vida».

El MAS y la Fundación Caja Cantabria presentan desde este viernes la exposición 'Mirada I Silencio', tal como se avanzó. La muestra coorganizada entre las dos instituciones, está fundamentada con obra artística fotográfica propiedad de ambas colecciones e incardinada en PhotoEspaña2020 Santander.

El edificio Casyc (Planta 2) reúne una selección de casi un centenar de fotografías. Un trabajo seleccionado por un equipo curatorial formado por Juan Muñiz, Salvador Carretero, Fernando Zamanillo e Isabel Portilla.

En realidad y como concepto madre de trabajo, 'Silencio y mirada' es un homenaje al mirador santanderino, ese característico mirador de madera de las antiguas casas de las localidades del norte de España que pueblan nuestras ciudades y que, de puntillas, sobrevuelan nuestras calles, se encaraman sobre ellas y, de forma silente, forma parte del crossing santanderino en este caso. «Es ese mirador que se incrusta desde el aire sobre el entramado urbano, inunda las calles, incorporando al ciudadano a la vida urbana de la ciudad. Es ese mirador que invita a mirar y observar..., desde el silencio de cada casa, sin ser mirado u observado».