
Jesús Ruiz Mantilla
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Jesús Ruiz Mantilla
Jesús Ruiz Mantilla (Santander, 1965) publica hoy nueva novela: 'Franco y yo' (Galaxia Gutenberg), un artefacto, como a él le gusta llamarlo, en el que ... realiza un recorrido por lo que fue la vida íntima y pública del dictador al tiempo que ahonda en los resortes que han marcado y siguen marcando nuestra vida y la del país que gobernó. Un libro que también pretende ser un aviso ante la nueva ola fascista que predomina en Europa y, sobre todo, un homenaje a aquella generación, como la de sus padres, que vivió toda la vida bajo la bota del franquismo y que «solo al abrazar la libertad fue consciente de la represión que había vivido». En este libro, mitad autobiografía, biografía y ficción incluye además documentos inéditos fruto de una investigación llevada a cabo para escribirlo y es que el periodismo, su profesión, está también presente en esta obra que este viernes presentará, a las 19.00 horas, en la librería Gil acompañado de otra periodista y escritora: Marta San Miguel.
–Su nuevo libro está protagonizada por Franco. ¿Es su novela más ambiciosa o la más osada?
–Las dos cosas. Sin duda es la novela más ambiciosa que he escrito hasta ahora y también es muy osada porque el tema lo merece. La dictadura y todo lo que rodeó al franquismo es un tema al que no dejamos de dar vueltas y que precisamente por eso hay que afrontar con osadía.
–Su historia comienza con su primer recuerdo del dictador en una visita que hizo a Santander cuando usted apenas tenía tres años.
–Sí. Ahí fue cuando Franco y yo nos conocimos. En julio de 1968. Vino a Santander para asistir a unas maniobras de la Semana Naval. Creo que fue la última vez que visitó esta ciudad y aquello supuso un acontecimiento durante varios días con todo tipo de prácticas y exhibiciones. En una de esas jornadas, Franco saludó al pueblo desde el balcón del Ayuntamiento y mis padres, que tenían un amigo con un despacho justo enfrente, me llevaron para que lo viera. Fue todo un acontecimiento porque prácticamente toda la ciudad acudió a verle y vitorearle. Será porque al parecer la memoria se conforma en torno a los tres años pero aquello es uno de mis primeros recuerdos infantiles aunque para el libro lo he reconstruido con datos históricos y con lo que se publicó entonces en la prensa de aquella visita en la que estuvo acompañado por el entonces príncipe Juan Carlos y Carrero Blanco que acabaría siendo nombrado presidente del Gobierno... Bueno y con toda la plana mayor del Gobierno y del Ejército.
–¿Por qué ha escrito 'Franco y yo'?
–Hay que tomar el título desde el punto de vista irónico, obviamente, pero creo que los españoles de varias generaciones tenemos una relación muy íntima con Franco. Para bien y para mal. Me parecía que ahí había un tema para analizar y profundizar.
–Habla de ironía. En las páginas de este libro. ¿Hay más humor, biografía, autobiografía, ficción...?
–Un híbrido de todo eso. Lo llamo novela porque dentro de todo el artefacto hay una parte de fantasía que lo convierte en novela, pero en el fondo es una biografía de Franco desde mis ojos. Una memoria personal de los diez años de franquismo que viví y de todo lo que pasó después con la llegada de la democracia, porque aunque es una novela sobre un dictador, también es una novela sobre la conquista de la libertad. Es el retrato de un colectivo que se quitó aquello de encima y supo abrazar la libertad con mucha facilidad. Lo que he querido hacer con esta novela es un homenaje a aquella generación, como la de mis padres, que vivió toda la vida bajo la bota del franquismo y que solo al abrazar la libertad fue consciente de la represión que habían vivido.
–¿Por qué ahora?
–Me parecía que este libro era muy necesario ahora, en una época en la que en algunos sectores de la sociedad incluso entre la juventud, y esto me apena mucho, hay elementos que por frivolidad y desconocimiento reivindican el fascismo de una manera absurda y por pura ignorancia. Me parece que es bueno recordarlos que por más que vean defectos y que las democracias no resuelvan todos los problemas complejos, lo contrario, es decir las dictaduras y el autoritarismo, como estamos viendo, no son la fórmula para resolver nada y que únicamente servirán para volver atrás.
–El pasado mes de febrero también Julián Casanova publicó una biografía sobre Franco que por cierto está en la lista de los libros de no ficción más vendidos. ¿La ha leído?
–Cuando acabé esta novela aún no había salido esa biografía, pero sí me he servido de muchas cosas que ha escrito Julián Casanova porque es uno de los historiadores a los que más respeto y que más me ha aportado para este libro. También Paul Preston, Ángel Viñas, Gerald Brenan o Gabriel Jackson que son muy rigurosos, no como otros que se dicen historiadores y que en realidad son prodigadores de bulos. Pero también he leído a historiadores profranquistas y gente del Régimen que escribieron sus memorias y otros libros como los del propio Franco que fue bastante prolífico como escritor para ser un mandatario y que además era un gran amante de firmar con seudónimos.
–En ese proceso de documentación, ¿qué ha descubierto de Franco que no conociera?
–Ha sido un descubrimiento continuo, pero sobre todo he descubierto y doy a descubrir documentos inéditos. El libro tiene cuatro pilares: el biográfico, el de la memoria personal, el de la ficción y también el periodístico que me proporcionó el descubrimiento de unos documentos inéditos que aparecen en la novela y que me facilitó José María Castañé, al que nunca dejaré de estar agradecido. Él tenía una fundación sobre la violencia en el siglo XX que durante varias décadas recopiló papeles y documentos históricos relacionados con la violencia en el mundo. Una colección que ha acabado en la Universidad de Harvard y de la que pude recuperar varios documentos sobre el franquismo. Algunos los publiqué en El País hace diez años y el resto además de inspirarme para este libro, aparecen en él.
–¿Desde que empezó a escribir este libro, acontecimientos como el auge de la extrema derecha en Europa le han obligado a cambiar su argumento?
–Sí. Este es un libro pegado a la Historia pero fundamentalmente al presente por esa urgencia de ponernos en guardia por el resurgimiento del autoritarismo. He estado muy atento a todos los brotes que han ido surgiendo porque quería ponerlos en común con lo que fue el autoritarismo del pasado, que empezó justo hace cien años en Italia, Francia y España, y me parece alucinante comprobar como los nuevos fascistas reproduce los mismos discursos de entonces, las mismas ideas, sin ninguna originalidad. Y eso es muy aterrador porque ya sabemos como acaba. Sabemos hacia donde vamos y la gente que elige esto ya conoce el efecto que produjo: el Apocalipsis. No solo en España, que se castró a tres generaciones, en Europa los autoritarismos causaron la Segunda Guerra Mundial que es lo más cercano al Apocalipsis que hemos vivido. No olvidemos que murieron 45 millones de personas. Así que me impresiona muchísimo que hoy, en Alemania y en Francia sean la segunda fuerza más votada y que en Italia estén en el Gobierno.
–¿Está a favor o en contra de la distribución de 'El odio', la novela sobre José Bretón?
–Por su puesto que estoy a favor. No hacerlo es sentar un precedente de censura peligrosísimo. La sociedad es lo suficientemente madura para saber lo que quiere y lo que no y el libro debería de estar en las librerías porque no le puedes incautar a la sociedad el derecho de decidir si quiere afrontarlo o no. Creo que la polémica ha ido degenerando y que estamos hablando de una nueva censura de izquierdas que es tan peligrosa como la de la derechas porque todos nos ponemos en el lugar de esa madre, pero ¿quién tiene derecho a no facilitar a la sociedad un arma como un libro que te pueda poner en guardia en cuanto a lo que es el mal?¿Prohibimos también 'El adversario' de Carrère, 'A sangre fría' de Capote o la Biblia en la que Dios manda a Abraham matar a su hijo? ¿Prohibimos todo lo que tiene que ver con el mal? ¿El derecho de esa madre a la que evidentemente hay que proteger se sobrepone al de la sociedad a conocer las experiencias de ese mal para ponerse frente a ellas?
–En su novela también aparece Juan Carlos de Borbón, ¿qué opina de la demanda que le ha interpuesto a Revilla?
–Una de las cosas que he aprendido en el estudio para escribir 'Franco y yo' es que uno de los personajes más deleznables de la Historia Contemporánea en España es Juan Carlos I porque a Franco se le veía venir, pero a este no. Este, de manera camaleónica y con arreglo a los intereses que tenía, que eran dos: las mujeres y forrarse, fue mutando en todas las circunstancias posibles para poder desaforarse en ese camino. Yo creo que hubo un momento en el entendió que iba a tener más facilidad de hacerlo en democracia que en dictadura. Así que me parece un personaje repugnante por lo cual, en esto, estoy hasta el fin con Revilla.
–La próxima semana el cántabro Álvaro Pombo recibirá el Premio Cervantes.
–Estoy leyendo 'El exclaustrado' y no deja de asombrarme el talento, la originalidad, la agudeza y la brillantez que tiene. Álvaro Pombo tiene ese rasgo de genialidad de una voz propia y poderosa que los escritores buscamos toda la vida. Él es un referente salvaje y originalísimo en la literatura contemporánea española. A mí me ha influido muchísimo y admiro sus voces, su forma de retratar a los los personajes femeninos, cómo plantea los dilemas y esa habilidad que tiene de pasar de lo mundano a lo místico. Es genial.
–Después de 'Franco y yo', ¿qué es lo próximo?
–Normalmente cuando escribo una novela siempre sé que voy a hacer después y además me viene bien para no ponerme nervioso mientras se edita. Pero con esta me he quedado seco. Sí te puedo contar que tengo un libro de poemas que está prácticamente acabado y que en uno de esos regalos que te da la vida, el compositor Israel López Estelche ha tenido la generosidad de componer con ellos un ciclo de canciones que se van a estrenar el 13 de mayo de 2026 en el Auditorio Nacional interpretados por el Cuarteto Quiroga. Y además me voy a enfrentar a un reto, publicar mi primer cuento infantil. Fue una amiga editora Anna Vicens la que me dijo que ella veía un libro infantil en mi novela 'Gordo' y acepté el reto ahí estoy trabajando con Monchón el protagonista.
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