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Discurre entre Lisboa, Madrid y San Sebastián. La inspiración musical del jazz envuelve una historia de amor. En las páginas asoman el pianista Santiago Biralbo, Lucrecia y Bruce Malcolm. Un cuadro de Cézanne desaparece. Es 'El invierno en Lisboa'. La obra de Antonio Muñoz ... Molina, escritor y académico, obtuvo el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Literatura en 1988, y fue llevada al cine. Ahora esta historia, una de las narraciones clave de la literatura en español de las últimas décadas, tiene su reflejo en el arte. La ficción, un claro homenaje al cine negro americano y al jazz, evocación de las pasiones amorosas, ha sido reinterpretada en el arte a través de las miradas de diez de los grandes artistas figurativos españoles, entre ellos el cántabro Emilio González Sainz. El artista, prolífico y premiado, una de las miradas románticas y paisajísticas más personales de la pintura contemporánea, sigue siendo reclamada en exposiciones y también en proyectos multidisciplinares.
El proyecto Lucha de gigantes, que tendrá una exposición en Madrid del 15 al 18 de este mes en la sede de Adolfo Domínguez (C. Serrano, 5 ) reúne a diez grandes artistas figurativos que aportan su particular visión de 'El Invierno en Lisboa' en un original y conmovedor homenaje a la más aclamada obra de Muñoz Molina. Es la quinta edición de la inclasificable factoría de arte llamada 'Lucha de Gigantes', creada hace dos años por Gabriel Suárez y Aleix Gordo.
Tras sus tributos a Goya, Frida, el Pop-Art y La Pantera Rosa, le toca el turno a esta obra maestra, que es ya un clásico de la literatura contemporánea española. Todo ello con el apoyo y la implicación de uno de los grandes narradores y pensadores de nuestro tiempo.
«Al otro lado de un puente iluminado y rojo que cruzaba un río semejante al mar» y tras «arrabales de bloques de edificios que se levantan como faros o islas en medio de los descampados» estaba la capital portuguesa, según la describía el escritor Antonio Muñoz Molina hace 37 años en su célebre obra . El «romanticismo fantástico» de Emilio González Sainz, artista vinculado históricamente a la galería santanderina Siboney, se une a las instantáneas desenfocadas de Hugo Alonso, el realismo pesimista de Gorka García Herrera, el lenguaje cinematográfico de Ernesto Crespo, las atmósferas densas de Sara Quintero, la figuración metafísica de Dis Berlin, el realismo poético de Damián Flores, el lápiz mágico de Bartolome Rey, la melancolía expresionista de Carlos García Alix y la figuración pop con referencias al cómic y el cine negro de Ángel Mateo Charris. Una gran parte de los artistas que han aceptado este desafío forman parte de la trayectoria de la veterana galería de Juan Rancho.
Como dice Muñoz Molina en 'El invierno en Lisboa', «antes de verte, ya te estaba imaginando». Y también añade: «No quiero que me imagines. Quiero que me veas». Es lo que mrefleja esta literaria exposición impulsada por la factoría de arte, creada y dirigida por Gabriel Suárez y Aleix Gordo.
Gabriel Suárez se quedó prendado de esta historia, de marcados códigos estéticos del cine negro americano. Años más tarde, siendo director creativo de la firma de alta joyería Suárez, rescataría su apego por ella creando una colección alrededor de la figura de su heroína.
El pintor cántabro Emilio González Sainz ha protagonizado este verano una exposición 'El gabinete Friedrich', que está expuesta en el Castillo de Argüeso, Campoo de Suso, organizada por el Gobierno de Cantabria y comisariada por Gloria Bermejo. Esa suite Friedrich, integrada por 24 dibujos con pluma, con tinta roja y azul, copa su última comparecencia. Antes Siboney volvía a albergar sus últimas creaciones que agrupó bajo el título de 'La luna del cazador'. Son registros dobles, superposición de narraciones, leves modificaciones de una misma escena, que ya ha incorporado a un lenguaje expresivo propio e identificable y que ha mantenido de forma muy coherente a lo largo de los años. Ello le ha permitido formar parte de una exclusiva nómina de creadores que, sin formar un grupo propiamente, encuadran sus trabajos en muestras de lo que se puede llamar la 'Nueva figuración española'.
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