Los enigmas de un escultor sobre el papel

. La trayectoria de Juan Muñoz (Madrid, 1953/Ibiza 2001) estuvo marcada por el deseo de plasmar sus ideas de manera disciplinar: De la escultura al dibujo, de la escritura a las piezas de sonido o teatrales. Un artista que falleció en plena madurez artística pese a que sólo tenía 48 años y que, aunque destacó en la escultura, dejó un excepcional corpus de obra en dibujo. El Centro Botín, coincidiendo con la celebración de su quinto aniversario, reúne por primera vez más de 200 de esos dibujos en una muestra que se inaugurará mañana, que podrá visitarse hasta el 16 de octubre y que está comisariada por Dieter Schwarz, autor y experto en arte moderno y contemporáneo.

Esta novedosa exposición, producida por el Centro Botín en colaboración con el Juan Muñoz Estate y coleccionistas privados europeos y estadounidenses, pone en valor la trayectoria del artista como dibujante y refleja los registros explorados en su práctica a lo largo de dos décadas. Una serie de obras «enigmáticas y personales» que relatan historias nunca antes contadas, mediante un formato figurativo, lo que en su tiempo supuso una rebelión contra la hegemonía del lenguaje abstracto, según explica Dieter Schwarz.

La muestra cuenta con doce secciones, organizadas en su gran mayoría de manera cronológica y centrándose cada una de ellas en un tema específico de su obra. Se mantiene así la esencia de exposiciones anteriores, reuniéndose por primera vez todas las obras en un único contexto y agrupándose trabajos de periodos concretos de su trayectoria. La exposición se cierra con una conmovedora sección que incluye un conjunto de dibujos titulados 'Una breve descripción de mi muerte' (1999), con obras creadas por Muñoz tan sólo dos años antes de su repentino e inesperado fallecimiento.

La Sala Robayera de Miengo y el Palacete del Embarcadero fuero dos de los lugares en los que el artista mostró sus esculturas. Pero el acto de dibujar fue una constante a lo largo de la vida de este artista, oscilando entre el dibujo abocetado o como expresión de una idea y el más elaborado o detallado de sus planchas; del dibujo a mano alzada a los que ejecutaba proyectando imágenes sobre un lienzo. El resultado, tal y como recuerdan desde el Centro Botín, es una copiosa producción, con obras que podían formar parte de piezas escultóricas o concebirse como escenas narrativas, pero también adoptar la forma de creaciones autónomas que permitían al artista idear imágenes de gran carga metafórica.

La trayectoria –resueltamente libre– de Muñoz estuvo marcada por el deseo de plasmar todas esas ideas en multitud de formatos. Un espíritu que sale de nuevo al encuentro del espectador en esta cita expositiva que revela en su trayectoria como dibujante. Aunque Juan Muñoz realizó la mayor parte de sus dibujos en papel, desde muy pronto aplicó esta disciplina en materiales diversos, creando unos dibujos autónomos y dotados de una increíble cualidad escultórico. Por todo ello, Dieter Schwarz ha decidido poner ese abanico expresivo del artista a dialogar con sus dibujos sobre papel, seleccionando piezas clave de la obra dibujística que Muñoz realizó en una enriquecedora variedad de materiales.

Las obras

En esta exposición en el Centro Botín se podrá contemplar 'Late Portrait', una obra de 1985 en la que Muñoz dibujó con carboncillo sobre cemento; la instalación 'The Nature of Visual Illusion' (1994-1997), compuesta por tres figuras rodeadas de un gran acrílico sobre lienzo a modo de telón; o las series 'Raincoat Drawings' (1988-1995) y 'Back Drawings' (1990-1995), ejecutadas con tiza blanca y óleo blanco en barra sobre tela negra, a medio camino entre el dibujo, la pintura y la escultura.

Como el propio Juan Muñoz decía, «dibujar es un placer, una tarea solitaria y muy hermosa. Siempre dibujo. Nunca quise dibujar las piezas que estaba realizando porque pensaba que serían como ilustraciones, así que intento hacer dibujos que sean entidades separadas».

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